Hace poco más de mes la Federación del Regnum Christi publicó un YouTube con
testimonios del grupo de señores en la Ciudad de México. Es el video del 50
aniversario de la sección de señores en México. La acción de Dios es evidente.
Dos y hasta tres generaciones de varones se han enriquecido con la formación,
la espiritualidad y el compañerismo.
En el video hablan Pepe Carredano (adherido en 1973),
Coco González (adherido en 1974) y el hijo de Francisco Laguardia. Testimonian
que desde el inicio se sintieron muy “a gusto”,
cautivados por la “misión del Movimiento” y contentos con la red de amistades
que formaban allí. También habla Guillermo Narro representando al grupo de
jóvenes y menciona desde luego el tema aspiracional.
El testimonio de uno de ellos dice: «el Movimiento (sic) su misión principal no es
hacer apostolado, es formar apóstoles».
La frase va con la línea editorial más reciente donde
continuamente se menciona el “don del carisma que hemos recibido de Dios”, “la
misión que Dios nos ha dado” y la “formación de apóstoles”. ¿Es ahora distinta la
misión a la de antes? ¿a qué tipo de misión se refieren? ¿por qué ha cambiado?
El concepto de misión
Misión se refiere a una tarea que debe cumplir la
persona enviada (missio); en este sentido, la misión no se la da alguien a sí
mismo porque no sería un enviado. Por otro lado, actualmente en marketing la palabra “misión” se usa
para indicar el propósito de un comercio o empresa; y la “visión” es el
objetivo que busca alcanzar. A menudo se presentan como “misión” y “visión”; se
trata de algo que brota de la reflexión interna de acuerdo con su estrategia de
negocio.
Dependiendo del origen de la misión se tratará de una
misión en sentido estricto o en un objetivo de marketing.
Entonces, afirmar que la misión del RC no es hacer
apostolado sino formar apóstoles, ¿brota de una reflexión interna o es una
tarea establecida por Alguien (con mayúscula)?
La respuesta a esta pregunta nos devuelve al punto de
partida: ¿Dios suscitó la Congregación por medio del Fundador y le mandó formar
apóstoles? ¿o la misión es fruto de la reflexión al interno del grupo?
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Señores de "Monte Blanco" adheridos al grupo de Maciel Imágenes tomadas del video conmemorativo |
La misión en los orígenes
En 1945 el Fundador expone
formalmente que el fin de la obra es propagar la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús, así fue ratificado
por su obispo Rafael González Arias en 1946 añadiendo como medios las “misiones
populares”, la promoción de vocaciones eclesiásticas y la colaboración con la
Acción Católica.
Posteriormente el Papa Pablo VI en el Decretum
Laudis estableció como fin del instituto la instauración del reinado de
Jesucristo mediante el apostolado y la difusión de la doctrina católica.
Por tanto, es claro que en los orígenes nunca se habló
de la formación de apóstoles como una misión específica o como fin de la
Congregación.
La misión después de la expansión de apostolados
Al inicio de la expansión de la actividad de los
legionarios, en los años 70s, surgía la pregunta acerca del carisma específico.
Para los que trabajaban en colegio decían que la educación, otros que la
familia; varios argumentaban que no se excluía forma de apostolado mientras se
buscara la acción más eficaz de vértice a base. Oficialmente se
decía que su misión era extender el Reino de Cristo en colaboración con los
obispos.
En agosto del año 2001 en la península de Termini
durante unas “questions”
improvisadas, Maciel respondió que el carisma de la Congregación era la
caridad.
El tema inquietó a Evaristo Sada; era la primera vez
que el Fundador declaraba directa y explícitamente cuál era el carisma. Por
ello organizó una sesión de preguntas el 12 de agosto de 2001 (tres días
después) para afrontar el tema. Allí Maciel dijo que el carisma era la
contemplación del misterio de la Encarnación… y señaló que él lo había dicho
desde el inicio.
A partir de lo anterior en el Capítulo General de 2005
los legionarios declararon que «el
carisma específico de la Legión (es):
“conocer, vivir y predicar el mandamiento del amor que Jesucristo Redentor vino
a traernos por su Encarnación”».
Los legionarios que participaron en ese Capítulo
General sólo parafrasearon textos atribuidos a Maciel sin una reflexión propia.
De hecho, citan en el Comunicado Capitular el texto
de Jesús Colina con la falsa entrevista a Maciel. Es por ello que dicha
expresión del carisma duró poco; ni siquiera alcanzó a arraigar en los miembros
como algo fundamental o fundante.
Vino después la revisión de las Constituciones con el
esfuerzo de reflexión por comunidades.
La misión después de la revisión
Según el informe
de la comisión para la revisión de las Constituciones “se alcanzó notable
unanimidad”
en toda la Congregación que el fin (de la Legión) es «vivir la caridad y de dar a conocer el amor de Dios a los hombres»
mediante el apostolado con el apoyo de los seglares. A su vez, se sustituyó la
expresión “contemplativo y conquistador” por “contemplativo y evangelizador” y
se sugirió no hablar de líderes, sino de apóstoles.
En el Capítulo General de 2014 recogieron
todas esas ideas y lo expresaron así: «Si
evangelizamos y formamos a las personas en profundidad, ayudamos a que también
ellas evangelicen en su entorno y la sociedad, poniendo su liderazgo al
servicio de la Iglesia». El
punto de partida de los Capitulares es el apostolado de la Congregación: «Lo que buscamos en nuestro apostolado es que
las personas se encuentren con Cristo y que él las haga apóstoles». Titularon
a ese inciso: «La misión de ser apóstoles
y formar apóstoles».
La expresión “nuestra misión y nuestro carisma es
formar apóstoles” en realidad es fruto de un camino de reflexión y ajustes que
terminó por acuñarse en el Capítulo General de 2014.
Se podría objetar que desde antes de que se iniciara
el trabajo con seglares, el Fundador de algún modo hablaba de la formación de
líderes… que llegar a esta expresión del carisma ha sido un proceso de
descubrimiento del querer de Dios para con la Congregación…
Tal argumento es falso. En realidad Maciel comenzó a
hablar
de “líderes obreros” a mediados de los 40s influenciado por las noticias de los
movimientos sindicales. De hecho, en la llamada carta de la TWA,
Maciel expone el método “que han de seguir los nuestros” y dice: «Para la actuación: Crear centros para la
formación de la helite laica (…)».
Para el Fundador, la “formación de la helite” (sic) es
parte de la metodología y no forma propiamente parte de la “misión”.
A su vez, ya se comentó en otra reflexión
previa, que las ideas de buscar la salvación a través de la formación de la
élite fueron posiblemente tomadas de Mons. Charles Gibier que publicó un libro
al respecto en 1923 y cuya traducción llegó a Latinoamérica en torno a 1928.
Maciel se refirió a la élite (él escribía helite) sólo en tres ocasiones: dos
hablando de laicos y en una ocasión refiriéndose a la “helite sacerdotal”
siempre en el contexto de influir sobre ellos para orientar la opinión de las
masas.
El silogismo que presenta el Comunicado Capitular
muestra otro aspecto que también es digno de consideración; dice el número 11: “si
evangelizamos a profundidad, ayudamos a que las personas evangelicen en su
entorno…”. Pero eso no puede ser ni un carisma ni una misión, es sólo una
metodología que Maciel también destacó hablando del arte de “Hacer hacer”
(este tema es recurrente y merece una reflexión aparte).
Un eslogan
Después de todo esto, declarar que el carisma y la
misión es formar formadores resulta más bien un eslogan. Para respaldar lo
anterior, están los hechos.
El mismo video del grupo de señores muestra varios
apostolados que han surgido del grupo de señores. Incluyen el logo de “Comer y
crecer”, “Confraternidad Carcelaria México”, “Fundación Cristo Sacerdote”, “Holifly”,
“Famflix”, “His way at work” y otros… Aunque varias de las iniciativas no han
surgido del grupo de señores sí han encontrado apoyo en ellos.
Ninguna de las actividades presentadas tiene como
objetivo específico “formar apóstoles”. De hecho, de toda la actividad
apostólica de la Congregación, sólo hay un par de obras destinadas propiamente
a la formación de apóstoles: La Escuela de la Fe y los Evangelizadores a Tiempo
Completo.
Sin embargo, la “Escuela de la Fe” se limita a ser una
obra de formación donde el 90% de los participantes son señoras mayores sin la
responsabilidad de hijos pequeños y que reciben la formación para crecimiento
personal. Es decir, debido al segmento socioeconómico que buscan los
legionarios este apostolado no se dirige a los agentes de pastoral, catequistas
o colaboradores parroquiales. No forma apóstoles, sino forma personas en su fe…
es evidente que toda persona formada en la fe, a su vez es un apóstol en su
familia y en su entorno.
Por su parte, los Evangelizadores son agentes de
pastoral al servicio de algún párroco, reciben formación de parte de los
legionarios y un sueldo para dedicarse a la labor pastoral. Como apostolado no
es gran cosa, pues en realidad se trata de una especie de agencia de recursos
humanos para la pastoral: Ubica candidatos, los examina, los capacita y les
paga un sueldo. El “apostolado” está limitado por el alcance de su presupuesto.
Conclusión
En definitiva “formar apóstoles” es más el eslogan de una
metodología que un carisma. Tampoco se puede decir que esa es la misión; en
realidad el concepto surgió como una reflexión al interno del grupo y no como
algo inspirado divinamente.
Es importante considerar que toda acción apostólica
proviene del Espíritu (1Cor.12,3) y que los legionarios, los consagrados y las
consagradas han sido convocados por Dios que puede sacar bienes de grandes
males. Es Dios el que envía a todos los bautizados a hacer discípulos. Las
personas adheridas a la Federación no tienen una vocación “especial” por el
hecho de pertenecer a ella.
La actividad del grupo surgido de Marcial Maciel se
inscribe dentro del mandamiento de Jesús al discipulado. No hay ningún indicio
de que Dios haya inspirado un carisma especial para formar apóstoles.
A sus discípulos Jesús les dijo «id, y haced discípulos a todas las naciones» (Mt.28,16-20) y «Id al mundo entero y predicad el Evangelio»
(Mc.16,14). Jesús no envió a formar a otros para que esos otros sean los
enviados.
La actual Federación
del Regnum Christi que agrupa a los
legionarios, a las consagradas y consagrados junto con algunos seglares
adscritos es sólo un grupo de personas que después del engaño del Fundador
continúan unidas con el ideal de extender el Reino de Jesús. A diferencia de
fundaciones como la de los Salesianos, los Franciscanos o incluso las
Misioneras de la Caridad donde hay muestras de inspiración sobrenatural, en el
grupo del Regnum Christi sólo hay un
esfuerzo de síntesis cristiana para permanecer unidos en torno a una
metodología de acción arraigada en las ideas de Mons. Charles Gibier.