Wednesday, May 23, 2018

Reconciliación y Virutas en la Asamblea RC



El 19 de abril de 2018 los participantes seleccionados de la Asamblea del RC publicaron un texto cuyo título hacía referencia a la Reconciliación. El “mensaje” consta de 10 puntos y una breve introducción. No es un comunicado. Está dirigido a los miembros del Movimiento, no a las víctimas, no a la opinión pública.

La prensa y las redes sociales interpretaron este mensaje como parte de la respuesta a las Víctimas de las Institución (los llamados “8 Magníficos” y muchos otros anónimos). Sin embargo no es así. El tema del daño causado no aparece en el texto; las víctimas no se mencionan, ni los 8 Magníficos ni las demás víctimas.



¿Por qué entonces un documento sobre reconciliación y comunión?

Muy sencillo: hay muchas 3GFs (principalmente) muy inquietas y hay tensiones al interno del Movimiento. Recordemos por ejemplo que hace tiempo un grupo de ellas había manifestado inquietudes por la vida contemplativa. La iniciativa fue cortada de tajo y se les dijo que debían realizar su vocación en el Movimiento (en lugar de orientarlas a buscar la vida contemplativa si a eso les llamaba Dios, como correspondería en un lugar donde hay libertad de espíritu). Algo semejante ocurre ahora con el “tema” de la Federación.

Vayamos al texto…

Introducen el mensaje hablando de la comunión y los retos que ésta implica. Llama la atención que se hable de la comunión como un proceso “doloroso”. En primer lugar porque todo lo que habían publicado hasta el momento era sintonía total, comunión de alegría, cor unum, etc., etc. Si la comunión es un proceso doloroso, quiere decir que está iniciando y que no existía tal comunión, al menos no como decía su propaganda; ello implica, por tanto, que las afirmaciones previas o eran falsas o eran exageradas. Hayan sido falsas o exageradas, ¿qué garantiza que no vuelvan a mentir o engañar?

El aspecto “doloroso” de la comunión se explicita un poco más en los siguientes números del mensaje. En el número 3 explícitamente mencionan heridas entre personas, equipos y ramas. Analicemos un poco esto.

Las heridas entre personas son algo normal y propio de la condición humana caída; es algo que se da incluso entre los que se aman (por ejemplo los esposos). No tendría nada de extraordinario a no ser que se tratara de heridas específicas, por ejemplo como cuando el Vicario General faltaba a la caridad en nombre de su Autoridad; o cuando un Director Territorial humilla a determinada 3GF por el “bien” del apostolado (hay múltiples testimonios de ambos casos).

Se habla de heridas entre equipos (el equivalente a comunidad entre los miembros del Tercer Grado) y heridas entre “Ramas”. Tanto los equipos como las ramas, se refieren a fricciones entre los legionarios y las Señoritas del Tercer Grado (3GF). Estos hechos no se han dado entre los varones (3GM) porque hasta hace muy poco han estado asimilados en comunidades legionarias casi como “Hermanos Legos”.

Las heridas entre “Ramas” y Equipos, las llevan las 3GFs; los legionarios generalmente “no se enteran”. Dice el texto «nos hemos hecho más conscientes de las heridas que, sin mala intención, nos hemos provocado unos a otros».

Las causas de estas heridas pueden ser variadas, pero en general son estos los motivos:

  •    Menosprecio de la actividad de las 3GFs
  •    Conflicto por algún inmueble (casa de apostolado o de residencia)
  •    Desplazamiento de las 3GFs por “falta de capacidad” en el apostolado.
  •    Relegación a puestos no directivos
  •    Menosprecio del nivel formativo y cultural de las 3GFs


Hay una frase muy elocuente en el texto del No.3; dice «Ponernos de pie después de la crisis vivida, (…) ha implicado mucho esfuerzo». El significado de esta afirmación se destaca más como contraluz ante la negativa de tantos legionarios “aquí no ha pasado nada” (Jorge Cortés), “la vida sigue igual” (Andreas Schöggl), “lo mejor está por venir” (Charles Sikorsky) “las aguas vuelven a su cause” (Alberto Simán), etc., etc. Ponerse de pie, implica que se ha estado caído. ¿Cuántos legionarios y 3G son capaces de reconocer que han estado caídos, tirados, derrotados…?

Dice el texto «la crisis vivida». Vivida es participio pasado; es decir, ya la vivieron, ya pasó. ¿Es así? ¿No continúa, aunque a goteo, la sangría? ¿no sigue pendiente el tema del daño causado y las víctimas? ¿han clarificado el carisma?, etc., etc.

Ponerse de pie, supone mucho esfuerzo… Muchos legionarios no se han dado cuenta que requieren “levantarse”. La Legión y el Movimiento no han podido aún ponerse de pie, los números siguen mermando y ya comienzan a ocultar las estadísticas, como ocurría en los años de Maciel.

Número 4

Ante semejantes heridas, ante la “caída”  y subsiguiente necesidad de levantarse es necesario, dice el texto: «Hoy nos reconocemos necesitados de pedir perdón y de perdonar».

Frase valiente, llena de sabiduría y de humildad, muy significativa viniendo de la Legión y del Movimiento… sin embargo todo el valor que implica reconocer “la necesidad de perdón” se devalúa completamente a causa del “objeto de misericordia”. Recordemos que la opinión pública entendió que el “mensaje” era parte de la respuesta a las víctimas; sin embargo vemos que no es así. Dice el texto (citamos textualmente para conservar el contexto de modo que se vea con claridad que no hay tergiversación ni manipulación de lo que se dice).
«Hoy nos reconocemos necesitados de pedir perdón y de perdonar, para reconciliarnos con nuestra propia historia y entre nosotros, y así poder seguir caminando unidos en la realización de la misión a la que estamos llamados».

Am I missing something?

El Mensaje de los Miembros de la Asamblea (LCs,3GFs y 3GMs) reconoce la necesidad de “reconciliarse con la historia” y “entre ellos”. ¿Qué significa reconciliarse con la propia historia? El tema merece todo un ensayo (que afrontaremos en otra entrega)…

Cualquier persona con “inteligencia más que mediana” entenderá que las víctimas no son ellos, ni entre ellos; sin embargo hablan de reconciliación, pero con un alcance que no va más allá. ¿Qué no deberían reconciliarse ante todo con aquellos a quienes han DAÑADO? Pero no... Los legionarios y miembros del Movimiento son como una viruta, volcados sobre sí mismos.

Número 5

En sí mismo, es un número con una redacción hermosa, sabia y profunda: el perdón como don de Dios, el reconocimiento de las heridas y del daño causado. Pero al igual que el número anterior, es como una campana sin badajo o como un platillo ruidoso (1Cor.13) porque los Miembros de la Asamblea refieren todo esto a sí mismos y para sí mismos.

¿Cómo pueden reconocer las heridas que han causado si no salen de sí mismos? ¿cómo pueden perdonar con una voluntad de no saber?

El número 6 nos indica que estas valoraciones son correctas, pues textualmente afirman que las heridas son causadas por no aceptarse entre ellos, por no aceptar a la otra rama (principalmente hablando de las 3GFs).

Hablan de la caridad, pero al igual que la reconciliación, se trata de una caridad volcada sobre ellos mismos, como una viruta. Dicen textualmente: «Reconocemos que hemos cuidado menos la caridad, tan característica de los miembros del Movimiento». Luego señalan que las faltas de caridad son por comentarios negativos, como cuando las 3GFs te dicen: “no es por faltar a la caridad, pero fíjate que el padre…”, o como cuando los legionarios hablan de las 3GFs como unas mantenidas, etc.,

Los siguientes números (especialmente 7 y 8) reiteran en lo mismo: caridad y reconciliación en el Movimiento, custodiar la unidad y la comunión en el Movimiento. Eliminar los focos de tensión en los territorios, etc., etc.

Parece que nunca les llegó ninguna información sobre las víctimas que han generado. Si queremos dejar las víctimas de Maciel y de los Legionarios al Capítulo General, podemos ver la cantidad de víctimas que dejó Red Misión o Grupo Integer; son víctimas del RC, personas y familias dañadas por el fervor mesiánico de un grupúsculo contagiado con las ideas de Marcial Maciel.

Una cosa es cierta, el mensaje de la Asamblea sobre la comunión y la reconciliación es una ventana que muestra el resquebrajamiento interior del grupo. No encontrarán cohesión, ni comunión mientras sigan despreciando la caridad.

Mientras tanto veremos si los legionarios son capaces de salir de sí mismos y buscar una auténtica reconciliación pidiendo perdón a quien se los ha solicitado. Esperamos gestos concretos hacia las víctimas legionarias y de Marcial Maciel.

Sunday, May 20, 2018

Temor y Víctimas



Semanas atrás se habló mucho de las víctimas de Marcial Maciel y de la Legión. La actitud ante el tema es antagónica y divide posturas. Tanto exmiembros como miembros actúan como víctimas; los exmiembros por una injusticia nunca reparada, los miembros, sujetos a una campaña de desprestigio mediático.

Es necesario acotar algunas ideas.

La imagen de la Legión se ve afectada realmente. No atender víctimas no sólo genera mala opinión pública, sino además aleja bienhechores y levanta suspicacia entre posibles nuevos contactos. El daño a su imagen es real.

¿Esto hace que los legionarios sean víctimas?

¿Qué no son capaces los exmiembros de pasar la página y dejar la amargura de sus resentimientos?



Las víctimas de Marcial Maciel son como la parte visible del iceberg


Para atender a estas incógnitas es necesario considerar por qué se consideran víctimas muchos de los exmiembros y por qué los legionarios se consideran victimizados por los medios de comunicación.

Es un hecho que la Legión ha influido en la vida de muchas personas de modo positivo y de modo negativo. Por el lado positivo podemos hablar de la educación, la formación religiosa, amistades, viajes, conocimiento de otras culturas, en muchos casos el sacramento de la confirmación e incluso el sacramento del orden sacerdotal, etc., etc. Las experiencias positivas son muchísimas y muy variadas.

La afectación negativa en muchos casos puede describirse como una mala experiencia o un conjunto de ellas. Mala experiencia con tal superior o mala experiencia con una situación específica. Sin embargo, en líneas generales podemos decir que el balance de lo positivo y del enriquecimiento personal, supera con mucho los sinsabores propios de nuestra condición de creaturas caídas y dañadas por la culpa original. Las experiencias negativas forman parte de nuestra vida y ello no constituye a nadie en víctimas.

Hay, por otro lado, un grupo de personas en el que las experiencias negativas son además un daño. Éstas son las víctimas.

Dañar, según el diccionario RAE es causar detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia.

Un ejemplo de “daño” que convierte a un seminarista en una “víctima”: Mes de trabajo en España; uno de los novicios indica al Superior que tiene una malformación congénita en la columna y que no puede trabajar en el cultivo de la remolacha. El Superior responde “ofrézcaselo a Dios”… Resultado: daño permanente en la columna vertebral. Cuando esta persona sale de la Legión (ya sacerdote) la Congregación no se hace responsable de aquella indicación del Superior.

"Mes de trabajo" en Salamanca


El grupo de personas que podemos denominar “víctimas” ha sufrido daño y/o detrimento en uno o varios ámbitos de su persona. A continuación un elenco (no exhaustivo):


Daño sexual

La sexualidad de una persona implica su psicología, sus emociones, su integridad física, etc., etc., Los profesores de antropología y de bioética pueden ilustrar mejor estas afirmaciones. Una persona que ha sufrido abuso sexual recibe daño y detrimento en múltiples facetas de su persona y de su realidad humana. Lamentablemente el número de personas que han sufrido esta afectación dentro de la Legión es desconocido incluso para los mismos Superiores. Sin embargo, es un dato cierto que el abuso sexual ha sido más numeroso al interno de la Congregación que en sus colegios y esto por simples razones “estadísticas”. La cantidad de tiempo que los apostólicos pasan con algún potencial depredador es mayor que el de los niños en un colegio.

Es imposible medir el daño sexual y sus secuelas. Además, son heridas que se arrastran toda la vida y que muchas veces nunca cicatrizan.

Este “detrimento” jamás puede ser reparado con dinero, ni siquiera ser compensado. La integridad sexual simplemente no tiene precio, porque toca y permea a toda la persona. La Legión presume tener la primer y única facultad de bioética en el mundo, ¿cómo es posible que no haya reflexión ni investigación en este ámbito?

Además, debido a que los abusos se dieron al interno de la Congregación, precisamente como parte de la misma, la Institución es plenamente responsable de ellos independientemente de quien haya sido el perpetrador.

Si pensamos por ejemplo en (rip) Guillermo Izquierdo (para mencionar un caso simple). Sus crímenes no fueron algo simplemente a título personal, sino que él obró desde su posición de Superior. El abuso se dio no sólo en una relación establecida por la Congregación, sino que además se dio en inmuebles de la Congregación cuyos habitantes además estaban (están) bajo el cuidado de la Congregación (de esto dan testimonio cartas responsivas, por ejemplo en trámites migratorios).

Todas las personas que han sufrido daño sexual al interno de la Congregación tienen derecho a que la Institución de algún modo repare el detrimento y mitigue el sufrimiento a lo largo de toda su vida.

Cuando el vocero de la Congregación, siguiendo las indicaciones del Superior General, emite un comunicado indicando que se buscarán “encuentros personales” como reparación del daño (o para negociar la reparación) está manifestando una mezquindad humana tremenda que nada tiene que ver con el cristianismo y mucho menos con un corazón sacerdotal.

Depredador sexual y Maestro de Novicios



Daño emocional

El daño emocional es más difícil de conceptualizar; sin embargo puede llegar a ser incluso más profundo que el abuso sexual, porque también afecta a la integridad de la persona. No todos reciben daño del mismo modo pues se requiere una psicología susceptible de daño.

Por ejemplo el joven Robert Wills (oriundo de Washington, EUA) cuya psicología no soportó los procesos interiores que él vivía y buscó respuesta en el suicidio. Un daño irreparable pues terminó con su vida.

Este breve artículo no es el lugar para analizar (además de que carecemos de información suficiente) lo que condujo al suicidio a Robert en una casa de la Legión en Alemania.

Lamentablemente el caso de Robert no es único. Es muy difícil “conceptualizar” el daño emocional. En el caso del abuso sexual las cosas son nítidas: sucedió tal o cual, que en sí constituye una forma de abuso o un abuso propiamente. Punto. En cambio, en el daño emocional las formas de abuso psicológico pueden ser muy sutiles, muchas veces inconscientes.

Ejemplo: en una comunidad de apostolado, un religioso concluye su período de votos temporales y no se ha dicho nada de su renovación. Algunos compañeros bromean sobre el hecho diciendo que ya es “seglar”, al grado de dañar su estabilidad emocional. Alguno, superficialmente, podría decir que son sólo bromas; otro podría categorizarlo como bullying… hay que tener en cuenta que la aceptación a la profesión (temporal o perpetua) no son sólo una admisión, ni sólo una etapa más, sino que afectan la identidad de la persona “lo que soy”. Bromear con ello, en algunas psicologías puede desestabilizar emocionalmente a la persona.

En el grupo de personas que han sufrido daño emocional y psicológico dentro de la Congregación, hay un subconjunto de quienes han padecido formas graves de “maltrato psicológico”. Lamentablemente nuevamente los casos son decenas… pueden ser religiosos que recibieron contradicciones de parte de Superiores diversos. Y no son casos de acciones concretas: haga esto y otro superior le dice, no lo haga. No, se trata de casos donde los elementos tocan la propia identidad: acceder a la profesión, un año más de prácticas, acceder a los ministerios, etc., etc.

Ejemplo: un religioso que ama su vocación legionaria desde el centro vocacional está siendo orientado paulatinamente por el director espiritual a la vida seglar. En la dirección espiritual de esa semana por primera vez abiertamente le dijo el director espiritual que debe considerar la vida seglar. Dos días después el Superior le comunica que fue aceptado para acceder a los ministerios.

Aunque estos casos podrían darse en cualquier congregación incluso en seminarios diocesanos, en la Legión se dan en modo recurrente y en grado superlativo debido a la disfuncionalidad de la Institución. Por ejemplo, hay muchos casos (algunos sin mayor daño) en los que la persona vio con claridad que no debía seguir en la Legión, lo habla con el Superior (antes también director espiritual) y deciden que debe salir de la Congregación, pero no se le permite salir (además de carecer de recursos para regresar a su casa, no tiene consigo sus documentos, pasaporte, etc.). Tiene que esperar a que el Superior General lo autorice… Hay casos en los que después de esto, mientras el interesado esperaba la “carta de salida”, ¡recibió un “cambio de destino”!. En el nuevo destino comenzar el proceso con el nuevo Superior, etc. No se trata sólo de un abuso por “robar” tiempo al afectado, es otro año más de vida y de retraso en emprender una vida normal, sino que además hay un daño emocional.

El mayor número de casos de maltrato psicológico tiene que ver con el abandono de la Congregación. Una vez dentro, pareciera que “le perteneces” a la Congregación y la decisión de salir, independientemente de que se tome o no en fuero interno, debe ser sancionada por el Consejo de Personal. ¿Cuántos casos de jóvenes han determinado regresar a sus casas durante prácticas apostólicas… y se le prolongan las prácticas uno o dos años más?



Daño familiar

Cuando se habla de víctimas, pocas veces se incluye a la familia. Evidentemente no se trata solo de descontento, malestar o familias ofendidas. Para considerar víctima a la familia de un legionario o exlegionario debe haber daño real. Recordemos que Marcial Maciel aisló a los legionarios de su familia como una estrategia de protección para su vida de sexo y drogas. Aquello que comenzó como una estrategia de encubrimiento, se convirtió en norma para la Congregación. Bajo el pretexto de una vida disciplinar estricta se mantuvo un régimen normativo inhumano o a lo menos dañino.

Un ejemplo mínimo es la correspondencia epistolar y el correo electrónico. Si bien el religioso otorgó un consentimiento al menos tácito para que los Superiores dispusieran de su correspondencia, los demás miembros de la familia no lo hicieron ni fueron informados de ello. La correspondencia y los mensajes electrónicos no sólo eran revisados y leídos sin consentimiento, sino que, si el Superior así lo juzgaba, la carta era destruida o el mensaje era borrado, sin informar ni a remitente ni a destinatario. Cuando esto no se hizo en una ocasión, sino de manera sistemática “por el bien de la vocación”…

Sobre el tema de la correspondencia se ha discutido bastante. La clave para entender que no se trataba sólo de disciplina religiosa es la falta de acompañamiento. El superior destruye una carta o un mensaje dirigido a un religioso; no informa, no avisa, no acompaña. Simplemente decidió dañar la relación “por el bien de la vocación”.


Daño patrimonial

Si el daño a la familia casi no se considera dentro de la victimización, menos aún el daño al tiempo. De hecho, los legionarios parafrasearon la expresión “time is money” con la expresión “el tiempo es Reino”. Quien entró en la Congregación y salió después de 10 años... tendrá un cierto retraso en reemprender su vida normal.

Cuando alguien sale 15 ó 20 años después de su ingreso, lleva un retraso importante. No sólo porque no tiene pensión; tampoco tiene carrera, ni estudios válidos. Este “retraso” en reemprender una vida normal, es una forma de daño; se puede decir “daño patrimonial” porque el exlegionario lleva 10, 15 ó 20 años de retraso con respecto al tiempo de desarrollo normal.

Los Superiores legionarios saben que de abrir la puerta a las víctimas podría impactar la preciada economía de la Congregación. Si por cada legionario “activo” hay al menos 13 exlegionarios y de estos 13 al menos 2 reclaman algún tipo de daño…

Los números son muy generales, pues la variación es grande según la época; sin embargo, casi todos los exlegionarios hasta 1976 pueden reclamar algún tipo de daño (salvo quienes permanecieron periodo corto de tiempo). A partir de 1976 hubo un poco de más apertura por el ingreso de más jóvenes de “centros civiles”, pero hubo más ingresos.

Alguno podría objetar que está saliendo libremente de la Congregación y tuvo muchos años antes para salir “a tiempo”. Esta objeción solo puede venir de quien no conoce o no considera lo que ha sido la Legión.




Estrategia

El tema de las víctimas en la Congregación de los legionarios se afronta con la asesoría de expertos en control de daños e imagen.

Las víctimas de Marcial Maciel, las sexuales, son la punta del iceberg. Por eso los asesores han recomendado manejar con mucha discreción cada caso. Aquí no se trata del Evangelio o del espíritu cristiano, se trata de sortear esta que se ha considerado una crisis superada.

Las víctimas, se dice, son personas amargadas que no han sabido dar vuelta a la página y siguen relamiéndose las heridas; las víctimas hablan de un personaje que ya murió. La Legión de hoy, se dice, ya no tiene que ver con aquellos hechos  lamentables. Dicen, los reprobamos y pedimos perdón; ya hemos pedido perdón (y citan textos de 2014).

Pero todo esto que dicen, lo “dicen” a la opinión pública y a los medios. No hablan con las víctimas porque les siguen temiendo…

Los asesores de imagen saben que una víctima que ha transformado su humillación en acción es de temer. Y fueron 8 los que derrotaron y derrumbaron el imperio de mentiras que había creado la Legión en torno a su fundador Marcial Maciel. Por eso la Legión teme a las víctimas…