Desde el inicio de la Congregación, nunca ningún superior había
enfrentado un juicio por hechos, negligencias o responsabilidades como superior. En
el caso de Milán donde el Estado Italiano imputa a cinco miembros de la
Congregación sólo hay un Superior entre ellos pero es la primera vez que
legionarios se presentan ante la justicia por hechos específicos relacionados
con la “actividad legionaria”. El hecho en sí mismo ya es importante.
Los acusados son: Luca Maria Gallizia (italiano), Víctor de Luna de
Santiago (mexicano), Óscar Náder Kuri (mexicano), Manuel Cordero Arjona
(español) y un empleado italiano.
Es la primera vez que miembros de Congregación son llevados a juicio
nominalmente por acciones concretas realizadas en cuanto legionarios (incluido
el consagrado Manuel Arjona). En definitiva se trata de un juicio sobre la “cultura
legionaria”.
A lo largo de la historia de la Congregación hay más acciones
delictivas, algunas se cuentan incluso como anécdotas o historias “simpáticas”
entre los miembros. Es importante destacar que entre los miembros no se
perciben dichos actos como delictivos.
Por ejemplo Jesús Sánchez Gómez relató en varias ocasiones como dañó la
propiedad ajena para cumplir los gustos del fundador, otros religiosos le
festejaban cómo había entrado cuando estaban ausentes (invasión de propiedad
privada) los dueños a la casa vecina y puso sal (daño a la propiedad privada)
al árbol para que se secara (daño ecológico) y no llegara a tapar la vista del
balcón del fundador. Stephen Fichter junto con otros compañeros, robaron una
calle al Comune di Roma, la acción fue en oculto y de noche, según uno de los
participantes “éramos como 20 hermanos, vestidos de negro y no podíamos hablar,
todo con señas, pusimos masetones bloqueando la calle y después rellenamos con
tierra el pavimento subiendo suficiente el nivel para plantar varios árboles y
formar un jardín donde estaba la calle de ingreso desde Vía Aurelia Antica…”, etc.
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Involucrados en el daño a la familia de la víctima sexual
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Los Hechos
Esos casos que pudiéramos llamar “menores” y muchos otros mayores como
obstrucción de la justicia, coacción, extorsión, complicidad y encubrimiento
solían descargarlos en “actos de obediencia” realizados por indicación del
Fundador. Así por ejemplo, argumentaron que fue la gestión de los sucesos para
evitar la justicia en el caso de los abusadores Fernando Martínez, Guillermo
Izquierdo, Antonio Rodríguez y varios otros; siempre diciendo que la decisión había
sido de Maciel.
Pero el caso Reséndiz-Gallizia es posterior a Maciel; además, el
Delegado Pontificio tuvo participación y la renovación ya estaba en acto.
Como es sabido y consta por la condena jurídica tanto civil como
eclesiástica, Vladimir Reséndiz fue declarado culpable de abuso sexual de
menores en los seminarios de la Congregación con adolescentes que estaban a su
cuidado. En Italia en el seminario menor ubicado en Gozzano.
Reséndiz fue trasladado de Italia a Venezuela y la Congregación “no tuvo
conocimiento” de los abusos pues el rector del seminario donde se cometieron no
cuidaba los ambientes seguros.
De hecho, los abusos se conocieron externamente gracias a terapia que
recibía una de las víctimas y de acuerdo con las leyes civiles se dio aviso a las
autoridades (el psicólogo que trató a una de las víctimas). Los legionarios
intentaron silenciar a la familia de una de las víctimas condicionando una
mínima “ayuda compensatoria” a la firma de un documento que implicaba una forma
de extorsión. Para hacer esto, violaron el sagrado fuero de la dirección espiritual
involucrando al abogado Luca Gallizia, miembro de la Congregación que “dirigía”
espiritualmente a la familia de la víctima.
La familia no dejó presionarse, no cedió a la extorsión. El Estado
italiano presentó una demanda contra quienes fueron responsables formales del
intento de extorsión y además por obstrucción de la justicia (pedían a la
víctima que negara los hechos). La Congregación pidió representar civilmente a
los demandados.
El Estado Italiano demandó a cinco implicados directamente; pero además
de ellos, participaron en el caso, otros miembros de la Congregación y el mismísimo
Delegado Pontificio, Velasio de Paolis (qepd).
La Congregación declaró que colaboraría con las autoridades; sin embargo
contrató un costosísimo despacho de abogados para enfrentar el caso cuya
estrategia no fue la colaboración, sino el retraso buscando llevar el caso a
prescripción.
La cultura legionaria puesta en evidencia
¿Qué se puede pensar de una organización que recluta a un puberto (14
años) con la ilusión del sacerdocio y lo prostituye para transformarlo en un
depredador sexual?
Vladimir Reséndiz fue abusado sexualmente en el seminario de los
legionarios, y ya en el noviciado constaba su desequilibrio psicosexual. ¿Se ha
exigido cuentas a los responsables de su formación? ¿se ha juzgado a quien
abusó sexualmente de él?
Para la Congregación, lo más sencillo fue deshacerse de él, “como lo que larga el pirata en la playa, lo
que queda arrojado de la herida que sangra”. Fue
dimitido de la Congregación.
Cultura legionaria: El director espiritual
La mayoría de los exmiembros y también personas que se han alejado del
llamado “Movimiento RC” coinciden en que la dirección espiritual es un
ejercicio de manipulación pues los legionarios y miembros consagrados carecen
de la formación adecuada para ello. ¿Qué se puede pensar de un sacerdote que
usa su autoridad moral para intentar hacer firmar un documento a familiares de
las víctimas? No fue algo personal de Luca Gallizia, sino que es parte de la
Congregación y de sus falta de signos de credibilidad; o mejor dicho, de los
claros signos de falta de carisma: Mons. Jorge Bernal usó su autoridad
episcopal para ayudar a escapar de las autoridades al depredador sexual
Fernando Martínez.
Alfredo Márquez usó su autoridad moral para evitar que las víctimas del
accidente del Cumbres de Chile demandaran al colegio, Eduardo
Lucatero usó su investidura sacerdotal para “tranquilizar” a los padres de los
niños abusados por un prefecto en el Cumbres de México.
Estos hechos más graves se destacan del uso manipulativo que dan a esa
forma de diálogo “espiritual” que aprovechan entre otras cosas para obtener
viajes, vacaciones, camionetas y casas prestadas.
Cultura legionaria: El psicólogo
Víctor de Luna es uno de los sacerdotes legionarios señalados en la
demanda; antes de ser reclutado en la Congregación de Maciel realizó estudios
de psicología. Víctor interviene en todo el proceso de intento de extorsión y
explícitamente considera que no conviene asumir la responsabilidad de ayuda
psicológica para la víctima de abuso sexual.
Según Víctor de Luna, el tratamiento psicológico de una víctima de abuso
sexual “en ocasiones son infinitos o lo hacen infinitos sea el paciente o el
terapeuta y puede durar hasta años… es por eso que este tipo de tratamientos no
lo cubre ninguna póliza sanitaria” (Mensaje de correo electrónico de Víctor de
Luna a Óscar Náder el 18 de julio de 2013). ¿Qué se puede pensar de un
sacerdote con estudios de psicología que no recomienda un tratamiento porque no
lo cubre ninguna póliza sanitaria? ¿Cuál es el criterio que rige la “pastoral”
de los legionarios? ¿el costo de una póliza o el bien de víctimas que ellos han
causado?
Cultura legionaria: El Superior
La participación de Óscar Náder es muy importante en este caso, no sólo
por ser superior mayor (ordinario canónico), sino por su larga trayectoria como
formador, director espiritual y rector en el principal centro de formación. De
entre los acusados, quien más reflejaría la “cultura legionaria” es precisamente
Náder. En un mensaje de correo electrónico fechado el 18 de octubre de 2013,
Óscar Náder se dirige al abogado (empleado de base) Corrado D’Agostino, para
recomendar 6mil euros para pagar una terapia a la víctima, 6mil quinientos para
pagar su colegiatura y 2mil quinientos en compensación a la víctima y añade
2mil quinientos a los papás como compensación.
En el mensaje, Náder no dice cómo llegó a esos números. Al final, la
Congregación determinó una cantidad ligeramente menor a la propuesta por Náder;
pero siendo él sacerdote, siendo él superior, habiendo sido formador sólo está
reflejando la pequeñez humana de la “cultura legionaria”. Además de la poca humanidad,
la actitud de Náder como superior fue en todo momento de acabar con el problema
y no tanto de atender a a la víctima.
Cultura legionaria: El Formador
Algunas notas periodísticas más superficiales han declarado que Reséndiz
era rector del seminario. Dato erróneo pues Guillermo Meade era el rector y
formador en el seminario menor de los legionarios situado en Gozzano, Italia.
Meade trató de sacudirse toda responsabilidad declarando que los abusos se
conocieron cuando él ya no estaba en Gozzano. Esta falta de responsabilidad,
¿es por cultura o por cobardía? El abogado incluso señaló que las declaraciones
de Meade eran tan genéricas y ambiguas que en sí mismas debilitaban la posición
jurídica de la Congregación.
El hecho del que huye el “formador” es que Guillermo Meade es culpable
del abuso sexual que cometió Vladimir Reséndiz por falta de control, es decir
“culpa in vigilando”. En definitiva, Meade no puede ser considerado un formador
porque cuando ve venir al lobo, huye dejando a las ovejas, según se desprende
de sus propias declaraciones.
Como nota, añadimos que en el Irlandés de Monterrey tuvo el mismo
comportamiento cuando se reveló que la colaboradora que proporcionaba las
víctimas a Fernando Martínez trabajaba en dicho colegio.
Actitud Pontificia
Velasio de Paolis fue nombrado por Benedicto XVI y, de acuerdo con el
nombramiento, actuaba con su autoridad y en su nombre en lo que se refería al
gobierno y renovación de la Congregación fundada por Marcial Maciel. El
documento que Luca Gallizia entregó a la familia de una de las víctimas de
Reséndiz fue conocido y aprobado por Velasio. Repetimos: Aprobado por Velasio.
Se ha comentado ampliamente cómo Velasio de Paolis en lugar de ser el que
impulsaba y dirigía la renovación, se limitó a secundar a los superiores macielistas
después de haber sido encandilado por la “cultura legionaria”.
¿Qué calidad moral tuvo la renovación si el prelado que actúa a nombre
del Papa contraviene la ley (obstrucción de la justicia) y autoriza cometer un
acto de extorsión?
Posición institucional
¿Cuál fue la posición institucional sobre los abusos sexuales en Gozzano?
El tema fue analizado en su momento por el Consejo General junto con el
Superior General y otros involucrados. Eduardo Robles-Gil, Gabriel Sotres,
Eduardo Vigneaux, José Cárdenas, Sylvester Heereman. Ellos consideraron que
cualquier ayuda que se pudiera proporcionar a la víctima de Reséndiz en
Gozzano, estaba condicionada a la firma de un documento legal porque dice
expresamente Eduardo Vigneaux (Mensaje del 1 de marzo de 2014) “este dinero
podría ser presentado como un acto de extorsión de nuestra parte buscando el silencio
de N.N. y sus papás”.
En ningún momento, en ninguno de los comunicados, intercambio de
mensajes, etc. hay ni una sola pregunta por la situación emocional o por el
daño a las víctimas. La única posición institucional es cuidar la imagen. La
única novedad es que la familia de una de las víctimas prefirió el estado de
derecho.
El juicio
Vladimir Reséndiz fue juzgado (en ausencia) y declarado culpable; pero
el Estado Italiano actualmente persigue otro crimen distinto cometido por los religiosos
mencionados. Lejos de buscar la verdad, lejos de colaborar con las autoridades,
la estrategia ha sido el retraso y la dilación para que los crímenes pasen a
prescribir.
Es importante considerar que como todo juicio humano, el resultado
obedece a muchos aspectos técnicos. Esperemos que la sentencia clarifique la
verdad de los hechos más allá de la posibilidad técnica de condenar o absolver.
Desde el punto de vista humano, considerando el trato a un adolescente
víctima de abuso sexual por un formador que había sido a su vez abusado cuando
adolescente también en el seminario, desde el punto de vista humano el
comportamiento de Luca Gallizia, Óscar Náder, Víctor de Luna, Eduardo Vigneaux,
Gabriel Sotres, José Cárdenas, Eduardo Robles-Gil, Guillermo Meade ha sido
objetivamente condenable. La preocupación de estas personas fue y ha sido la
imagen de la institución y no el bien de la persona ni la reparación del daño.
Desde el punto de vista social, hay un daño objetivo, hay una víctima y
hay una serie de comportamientos; el daño y los comportamientos están
vinculados lo cual constituye una grave responsabilidad civil. Es decir, al
daño cometido por el abusador se sigue el daño reiterado de los responsables
que calculan económica y jurídicamente cómo “solucionar” el problema.
Desde el punto de vista cristiano no sólo no se vive la caridad, sino
que se ejerce injusticia y se atenta contra la dignidad humana de las personas
dañadas.
Síntoma
El caso Reséndiz-Gallizia no es sólo una anécdota. Es la primera vez que
los legionarios son llevados a la justicia por intentar “solucionar”
(silenciar, extorsionar) el abuso cometido.
En el juicio no se ha afrontado la culpa in vigilando, o mejor dicho la
negligencia de Guillermo Meade (también ausente de Italia).
Es de notar que el comportamiento de las autoridades legionarias ha sido
reiteradamente el mismo cada vez que ha habido daño a terceros.
El juicio contra los cinco personajes que intervinieron directamente en
el intento de extorsión y obstrucción de la justicia, pronto concluirá.
Esperemos en Dios que la sociedad y la Iglesia aprendan a reconocer la
verdadera naturaleza del grupo fundado por el enfermo mental Marcial Maciel.
¿Cómo han tratado los sacerdotes del Regnum Christi a una de las
víctimas de Gozzano y a su familia?
¡Por sus frutos los conoceréis!