Planteamiento
En
una reflexión previa concluimos de mano de la Sagrada Escritura que la
Congregación fundada por Marcial Maciel NO es y nunca fue una obra suscitada ni
querida por Dios. Sin embargo, debido a que logró atraer a muchos jóvenes el
Papa Benedicto XVI consideró que era oportuno “hay que darles un nuevo aliento”
para, según dijo en “Luz del Mundo”: “No se debe destruir ese entusiasmo”.
Se
han movido muchas cosas, se han pronunciado muchas declaraciones, se han tenido
asambleas en distintos niveles, se ha reunido mucha gente en Roma una y otra
vez, se aprobaron las Constituciones, se trabaja en la Ratio Studiorum, en el itinerario formativo, en la formación
permanente, en los apostolados, se emiten comunicados, se reforman
procedimientos, se nombran directores espirituales, etc., etc., etc., etc.
Pero
la pregunta sigue abierta. ¿Hay verdadera renovación en el sentido de “una
nueva estructura”? ¿de una “redefinición del carisma” ? ¿es posible?
Con
la presente reflexión no pretendemos ni podemos resolver semejantes cuestiones,
pero sí resolver aquello que la sabiduría popular sintetiza: «no se piden peras
al olmo».
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Gabriel Sotres Sáinz |
La Brújula
Con
agudeza casi profética Benedicto XVI señalaba que el entusiasmo de los jóvenes
caería en el vacío si no se dotaba al grupo de una “estructura nueva”. Es por
ello que aunque el Gran Éxodo de legionarios terminó, la sangría a goteo
persiste a ritmo constante. Más que caer en el vacío, podemos decir que los
jóvenes han venido cayendo en el des-engaño (abren los ojos a la
realidad-verdad).
No
hay un asidero fuerte para anclarse y continuar en una obra por demás golpeada,
hasta por el mismo Papa Francisco, que sin mencionarla la ha caracterizado
recientemente. ¿Cuáles son esos lugares firmes para orientar la propia brújula
en medio de la incertidumbre?
Los Superiores
La Espiritualidad
La Misión
La Vida
Comunitaria
a) Los Superiores.
La
tradición de “confianza” en los superiores se remonta hasta los días de la
fundación. Siempre se subrayó la importancia de la apertura con el “Instrumento
elegido por Dios”, la Dependencia, estar “colgado” de la Voluntad de Dios a
través de los Superiores, la guía e
iluminación de la conciencia por parte de los Superiores, el que obedece no se
equivoca, con permiso todo se puede, Dios da sus gracias al que está unido a
los superiores, etc., etc. Los Superiores como “institución” de firmeza y
confianza está destruida; los legionarios han dado el bandazo de la confianza
total a la suspicacia sistemática. ¿Causa? La Institución de los Superiores ha
sido mermada por los mismos superiores, comenzando por Álvaro Corcuera, sus
favoritismos y sus mentiras, hasta el más novato de los superiores que teme
exigir por miedo a ser descalificado. Por tanto, el superior, en cualquiera de
sus niveles, ya no es un lugar de confianza ni un punto firme para orientarse y
no caer en el vacío…
b) La Espiritualidad
Se
denominaba “espiritualidad legionaria” a un conjunto de libros con pasta verde
llamados “Cartas de Nuestro Padre” con el andar del tiempo se enriqueció el
colorido de la espiritualidad con rojos y azules. En rojo las “Conferencias de
Nuestro Padre” y en azul los Comunicados del Capítulo General. Obviamente los
textos legislativos, también en rojo (CLC y Estatutos) y en ocre las Normas de
Urbanidad y los Principios y Normas… mucho más que los 613 preceptos…
La
“espiritualidad”, o lo que se denominaba tal, fue contestada inmediatamente con
tres argumentos principales: plagio, ausencia de fuente (múltiples redactores)
y posible uso de drogas para algunos textos atribuibles al mismo Marcial
Maciel. Aunque durante casi 70 años la espiritualidad era “eso”; de pronto dejó
de ser eso y pasó a ser una “experiencia común” del Amor a Cristo que todos
compartían con una fisonomía propia distinta de las demás experiencias
eclesiales.
En
lugar de ser un punto firme de orientación clara, la espiritualidad se
convirtió en una búsqueda. La predicación legionaria llena de citas de CNP
comenzó a citar a Madre Teresa de Calcuta casi con ansiedad (por la época se
publicó “Ven, sé mi luz”) y a otros autores varios como Jacques Philippe, José
Luis Martín Descalzo, etc.
Surgió
entonces la iniciativa “Semillas de
Espiritualidad”, como una expresión más de esta búsqueda casi ansiosa. Michael
Ryan quien fuera consejero general tuvo el atrevimiento de admitir que había un
vacío de espiritualidad. Porque en efecto, la espiritualidad era “eso”: un
conjunto de volúmenes con las CNP. Los textos de “Lecciones de Cotija”,
“Oraciones de Corazón a corazón” y otros refritos eran más de “eso”, pero
compilados por Evaristo Sada, Florián Rodero, Juan Ledezma, Mariano de Blas,
etc.
Por
tanto, la espiritualidad, como había sido entendida en la Legión por más de 70
años no era un lugar de confianza ni un punto firme para orientarse y no caer
en el vacío…
Si
indagamos críticamente en las fuentes de “espiritualidad” intentando hacer una
heurística con seriedad encontramos sólo una placa (colocada por Evaristo Sada)
en una calle de Cotija donde ocurrió un supuesto encuentro con dos mujeres
mayores que plantearon la vocación al atribulado adolescente Marcial Maciel
(ver nota). No existe ninguna otra experiencia fundante o experiencia
espiritual; no hay Manresa, no hay “I thirst”, no hay “lupi che si
cangiavano in agnelli”… los legionarios no tienen
nada, salvo la placa que mandó poner Evaristo Sada… no hay punto firme.
c) La Misión
Para
muchos el apostolado ha sido el único asidero sin llegar a ser propiamente un
punto firme. El tema es controvertido porque se ha hecho mucho bien, pero
también se ha manipulado y usufructuado de las personas a favor de “la misión”.
Después del escándalo de Maciel, después de la retórica de los superiores y
después de las, en veces aburridas, a veces acaloradas, reuniones de revisión
de las Constituciones muchos legionarios optaron por la “fuga in avanti”: «a mí, déjenme trabajar», «lo que importa es el
apostolado y las almas», etc., etc. La fuga
in avanti en realidad es una manera disfrazada de semi-pelagianismo, como
recientemente ha señalado el Papa, sin mencionar directamente a la Legión.
¿Cuál
es la Misión? ¿Cuál es el apostolado? La simple formulación de la pregunta
indica que algo no está asumido correctamente. En cada una de las 7 décadas de
la historia de la Congregación ha habido una respuesta diferente, siendo la
década de los 90s casi una síntesis de todas las respuestas anteriores: la
familia, la educación, los jóvenes, los líderes, la acción más eficaz,
recristianizar la humanidad, el Reino de Cristo, trasmitir la Caridad, etc.,
etc.
Parecería
que no existe una línea conductora y que la experiencia apostólica del
legionario en Quintana Roo no tiene nada que ver con un humanista en su
cursillo del ECYD o con un legionario procurando acercarse a business leaders con el Lumen Institute.
Sin embargo encontramos una fuerte constante: la metodología.
Los
apostolados legionarios no tienen ninguna forma específica ni prevalente, desde
la educación hasta la moda, la promoción de valores, la bioética y los bancos
usureros como Compartamos; pero sí una metodología semejante que podríamos
sintetizar con la frase: de vértice a base.
Durante
la primera década del 2000, Luis Garza Medina y el Grupo Integer trataron de
recluir a los legionarios en el confesionario y en el despacho para dar
dirección espiritual, porque decían “lo específico de los sacerdotes son los
sacramentos”.
Sin embargo la actividad apostólica de los legionarios tampoco tiene una gran
dedicación a la administración de los sacramentos. Es de todos conocida la
renuencia legionaria para acudir a asistir a un enfermo (en líneas generales)
cuando se trata de una familia sin ranking AAA; algunos legionarios con descaro
han llegado a decir que “para ello tienen a sus párrocos, que acudan a ellos”. No por nada, en el
comunicado del segundo Capítulo General se insistió reiteradamente en la
necesidad de dedicarse a los sacramentos y la dirección espiritual dejando las
tareas “administrativas” como se le denominó en cierto modo a la labor
apostólica.
Es
a partir de la “interpretación auténtica” de las Constituciones por parte del
Fundador que se comenzó a decir que el carisma específico de apostolado de la
Legión era el Movimiento. Para muchos legionarios aquello constituía un
“choque”. ¿Qué eran Alfa y Omega? ¿Las misiones en Chetumal eran parte del
Movimiento? ¿Y los colegios?, etc.
En
definitiva los legionarios tampoco tienen una misión clara y definida con la
suficiente firmeza como para constituir un punto de apoyo firme. Han sido
demasiados los bandazos y redefiniciones del apostolado. Algunos sacerdotes ya
desde hace tiempo dedican parte de su labor a la “cura de almas en parroquias”
como una colaboración estable y definida con los párrocos. Ciertamente lo hacen
en parroquias “elegidas”. Esta labor eminentemente sacerdotal, estaba prohibida explícitamente en
todas las ediciones anteriores de las Constituciones. El punto es importante,
porque para muchos, esta labor sacerdotal ha constituido un auténtico refugio
ante el fracaso de una “vocación de engaño” y la fuga in avanti se presenta patente en estos casos. No tienen la
capacidad ni la fuerza de emprender el camino de la incardinación, pero pueden
gozar del confort legionario a la vez que colaboran con la Iglesia local en una
parroquia.
La
Misión no es algo que pueda definir el entusiasmo legionario, cada uno tiene lo
que ha conseguido; no hay claridad, no es un punto firme, muchos se van dando
cuenta de la instrumentalización de los apostolados (como obras generadoras o
económicas), del uso de las personas, del uso de la evangelización como forma
sofisticada de simonía (ejemplo la Megamisión). Pablo VI indicó pautas claras
del apostolado específico; nunca se ha seguido dicha línea, se han buscado
otros intereses, no hay claridad… La Misión no es un punto firme, cada quien
tiene lo que ha conseguido…
d) La Comunidad
La
vida comunitaria forma parte esencial de la vida religiosa en su formulación
actual. Durante muchos lustros, la mayoría de las comunidades legionarias
fueron lugares de encuentro fraterno y de auténtica vivencia de la caridad
fraterna. La sana convivencia y el intercambio común formaban parte del
equilibrio humano necesario para “no caer en el vacío” o en formas aberrantes
de perfeccionismo humano. Aunque esto no se ha perdido en su totalidad, la
mayoría de las comunidades han colocado una bandera blanca en los lugares
comunitarios.
La
suspicacia viva hacia los superiores (factores de unidad), el relajamiento
disciplinar, los temas irreconciliables de los que se habla sólo entre
camaradas, la dispersión de actividades “apostólicas”, la brecha generacional
transformada en brecha “ideológica”, etc. han desdibujado las comunidades
legionarias.
Conviene
recordar que hay bastante “ingeniería social” en la conformación de una
comunidad legionaria. En Roma, durante las reuniones de “destinos” el “consejo”
determina dónde vivirá cada religioso, se analiza la afinidad y convivencia
entre los miembros, etc. La decisión se basa en las informaciones que se tienen
de cada religioso, no es un tema local ni provincial. Por tanto no se tiene un
conocimiento directo y todo es mediado a través de los “informes”. Ahora bien,
si la suspicacia ha crecido y el fuero interno comienza a respetarse (al menos
por cautela) ya no hay tanta información sobre cada miembro de modo que la
ingeniería social para configurar una comunidad resulta cada vez más
deficiente.
Habrá
que añadir que la experiencia de quienes siempre han estado en comunidades
“grandes” o nunca han salido de un centro de formación es completamente diversa
de quien ordinariamente cena solo por la noche en horario de “segundo turno”…
¡Y cuidado con hablar del “tema” con el padre tal o sacar el “tema” al hermano
N…
En
definitiva ni los Superiores, ni la Espiritualidad, ni la Misión, ni la
Comunidad en su estado actual pueden constituir puntos sólidos para “no caer en
el vacío”. Los legionarios carecen de brújula y andan buscando.
¡Esto
no es cierto!, dirán muchos de ellos al leer. Sin embargo andan presumiendo
(dime de qué presumes y te diré de qué careces): «Llevo el carisma en mi
corazón», «Soy un happypriest y les pido perdón por ello», «consafeliz», «una
espiritualidad acabada» y eslóganes del género que más que una presunción constituyen
una autoafirmación personal, como tratando convencerse de lo que declaran.
Las Voces Alzadas
y las Silenciadas
Cuando
Velasio de Paolis declaró que no revelaría los contenidos del informe de los
Visitadores Apostólicos, añadió: “ditevi
le cose, parlate tra di voi”. Muchos comenzaron un intercambio activo de
puntos de vista, visiones, juicios, comentarios, etc. en grupos abiertos y
cerrados, hasta en Facebook (como la iniciativa de Lino Otero intercambiando
documentos a través de un grupo cerrado en FB).
¿Cuáles
fueron las motivaciones interiores? Misterio. Pero Velasio de Paolis aplastó
todos esos brotes. Indicó que sí se podía hablar, pero con los miembros de la
misma comunidad… la comunidad que había definido el “consejo” de las reuniones
de personal. O sea que en el fondo estaban hasta dictando con quién podías
hablar y con quién no.
Algunos
“padres graves” reaccionaron escribiendo a título personal en privado a quienes
iniciaban mensajes o cadenas de discusión en Outlook, como una especie de labor
de contención. Comenzaron a revelarse muchos pensamientos, entonces los
superiores activaron una nueva reingeniería de comunidades para aislar a
“quienes tienen problemas de integración”.
Varios
escribieron a Velasio de Paolis, quien reconoció que no tenía tiempo para leer
“tantas cartas”. Miguel Romeo (RIP) bajó el volumen de su voz, pero no hizo
silencio. Dejó de hablar públicamente e inició un intercambio vivo de opiniones
con varios semejantes que al igual que él no traicionarían la confianza… algo
escucharon en Roma y fue llamado a estudiar.
Todas
las voces fueron oficialmente silenciadas. La única palabra aceptada era la del
Boletín Oficial de la Secretaría (bastante infantil, por cierto), la de los
Miembros del Consejo General y por supuesto la de Velasio de Paolis.
¿Todas
las voces?
Previamente
habíamos citado a Patrick Langan y Owen Kearns que en 2014 publicaron “The
Quest for the Core”; Luis Garza Medina había publicado en 2013 “El Sagrado
Corazón, centro y origen de la espiritualidad de la Legión y del Regnum Christi”;
Charles Sikorsky en 2011 “LC: The best is yet to come!” y en 2005 Roberto Aspe
y Gabriel Sotres habían publicado “Dirección espiritual, confesión sacramental
y libertad de conciencia en la LC a la luz de la historia y la legislación
eclesial”. Ahora nuevamente Gabriel Sotres vuelve a publicar: “La formación
religiosa y sacerdotal del legionario”.
¿Por
qué muchos, como por ejemplo Miguel Romeo (RIP), no podían ni hablar y otros
publicaban? Las conclusiones son obvias…
La Voz de Sotres
Gabriel
Sotres Sáinz es un personaje desconocido para la mayoría de los legionarios y
ciertamente para los miembros del Movimiento. Mexicano de origen, pero formado
en North Vancouver, Canadá. En 1979 Sotres obtuvo el “Award for Highest Class
Standing” en su escuela “St.
Thomas Aquinas Regional Secondary School” lo cual le proporcionó la plataforma
para ingresar a Capilano University (también en Vacouver) a School
of Science. Interrumpió sus estudios para ingresar a la Legión en Cheshire.
Dotado
de una mente brillante y de una capacidad de análisis excepcionales la Legión
ha sabido sacar partido de dichos talentos. Nunca hizo prácticas apostólicas (a
excepción de unos meses asistiendo a Luis Garza Medina por entonces director
territorial en México) y siempre ha estado en la Dirección General en Roma.
Sotres
es considerado el crocevia de todas
las áreas de la Dirección General; es el revisor final de los comunicados
oficiales importantes, responsable tácito de la comunicación institucional
(implícitamente incluso Benjas Clariond le reporta), miembro oficial del área
Legal, firmante en las cuentas patrimoniales y miembro de Board of Directors de
varias corporaciones holding, mastermind
de los sistemas y comunicación de la Legión, consejero adjunto del área de
destinos y diseño de comunidades, miembro de la comisión central de las
Constituciones, responsable último de la comunicación protocolar, miembro de la
comisión de Estudios y formación, etc., etc.
Un
ejemplo: Sotres no ha sido Padre Capitular, pero ha tenido sus intervenciones
en el aula capitular en algunos temas fundamentales.
Pero
entonces… Si tiene tanto conocimiento… si es tan brillante, ¿por qué sigue
siendo legionario?
Es
difícil responder. Quizás su ausencia de experiencia pastoral, el ver el mundo
siempre a través de los informes, su falta de contacto con el sufrimiento moral
de las víctimas y su mismo sufrimiento físico por la situación de sus músculos
le han llevado a aferrarse a la idea del legionario como l’impero dell’armonia. Lo cual sí es evidente: Sotres está
enamorado del ideal legionario.
El
hecho es que cuando habla de la Legión, Gabriel Sotres es toda una autoridad;
quizás no haya otro legionario que conozca mejor la Legión. Ninguno de los
actuales consejeros generales, ningún director territorial ni superior actual
tiene la trayectoria y experiencia de Gabriel Sotres Sáinz.
Por
ello resulta motivo de consternación el siguiente párrafo de su libro:
«En efecto la Legión, como parte del
Regnum Christi, ha nacido del amor y de la iniciativa de Dios. Está inserta en
la Iglesia y en el plan divino de salvación. Con humildad y asombro, pero
también con objetividad, podemos afirmar que la Legión de Cristo –con un
espíritu propio y una misión específica– es un don para la Iglesia, para cada
legionario y para todas las personas que se benefician de su acción apostólica.
A nosotros corresponde hoy profundizar con amor en el conocimiento de este plan
de Dios. Más aún, es nuestra responsabilidad (…)»
Decían
los latinos: parvus error in principio magnus
est in fine. Gabriel Sotres funda y parte su conocimiento de un supuesto
erróneo. La primera afirmación no corresponde a la realidad histórica, pero la
línea editorial ha reemplazado la verdad histórica. La Legión no es parte del
Movimiento ni histórica ni canónicamente. La
segunda afirmación es piadosamente errónea, también.
Usamos
el adjetivo “piadoso” porque la mayoría de los legionarios de buena fe creyeron
durante muchos años en el origen divino de la Congregación, la inspiración y
santidad del fundador, etc., etc. Gabriel Sotres como si tuviese un bloqueo
mental de un estrés postraumático parece desconocer por completo la verdad
sobre el Fundador; simplemente es un tema que no se afronta o no existe en su
mente. Sin un Fundador criminal, la Legión brotó así simplemente de la
iniciativa de Dios.
Innumerables
veces se ha dicho que Dios no pudo haber obrado el fraude, la manipulación, el
engaño, etc. para suscitar una Congregación. Por tanto esta convicción tan
profunda que manifiesta Sotres sólo puede ser un autoengaño. Con el
conocimiento él que tiene, es imposible que no se dé cuenta del origen mezquino
de la Legión… su convicción parece auténtica, por tanto sólo se puede explicar
con un PTS (estrés post traumático, por sus siglas en inglés) o más acertadamente por lo que se denomina Cognitive dissonance (según nos ha sugerido uno de nuestros lectores, ver nota 14) que le lleva a
elidir mentalmente los aspectos de la realidad que desdicen sus convicciones
más profundas.
Entre más vivo el intelecto, con mayor fuerza se actúan ciertos mecanismos de
protección mental.
El
resto de las afirmaciones contenidas en el párrafo son “genéricas” es decir,
pueden aplicarse a los Salesianos, a los Jesuitas a las Ursulinas, etc. Están
insertos en la Iglesia y por tanto en el plan de salvación y las personas se
benefician de los dones de Dios, etc., etc.
Sin
embargo el párrafo concluye con dos enunciados peligrosos que son eco del
Comunicado del Primer Capítulo General del cual se preparó la “Oración por
Nuestro Padre”. El Comunicado en el Número 8 decía… A
nosotros corresponde hoy profundizar con amor en el conocimiento de este plan
de Dios. Más aún, es nuestra responsabilidad
El
tema es mucho más amplio y peligrosamente sectario, porque la Congregación,
bajo esta perspectiva, se considera casi como un misterio arcano oculto en el
designio de Dios y sólo mediante la meditación es posible conocerlo… La
afirmación de Sotres podría estar en la frontera de la ortodoxia; sin embargo
hay que señalar, que todos los dones de Dios proceden de su designio divino
(Cfr. Meditación de Pablo VI ante la muerte) y sólo mediante la fe es posible
ahondar en su riqueza. Es el énfasis y la exclusividad del conocimiento los que
marcan de qué lado de la frontera se está.
La
última frase de dicho párrafo es también interesante; dice Sotres:
«Un acercamiento sólo humano, por la sola
colección de opiniones personales, es insuficiente».
Es
evidente que un conjunto de opiniones personales es insuficiente para cualquier
cosa; es necesario el ejercicio de la razón, las pruebas, la investigación, los
análisis, el ejercicio de la fe, la búsqueda de documentos, las raíces
históricas, etc. De lo contrario, todo podrá ser reducido a un ejercicio
pietista, fervoroso o fideísta, tan superficial como un mero conjunto de
opiniones.
La
tácita negación de la gravedad de los hechos en la vida de la Congregación (por
parte de muchos legionarios, sobre todo mayores) implica una cierta forma de
fideísmo. Es decir, un ejercicio de la fe sin fundamentos y desvinculada de la
razón. Las más de 500 páginas de Sotres lamentablemente derivan en un ejercicio
fideísta. Se acepta el “origen divino” de la Legión sin ningún cuestionamiento,
sin ninguna heurística… y todo se construye a partir de tal cimentación. La
doctrina de esas 500 páginas es parte de la riqueza bimilenaria de la Iglesia
(no hay novedades).
El Carisma, según
Sotres
El
siguiente párrafo dice:
«La Legión, impulsada por un ardiente celo
apostólico, según este designio divino, está llamada a promover la transformación
de la sociedad por la predicación del Evangelio, a través del desarrollo
integral de las personas y las sociedades»
Tal
cual es la síntesis del carisma según Sotres. Como ya se dijo, gratuitamente
afirma que ello procede de un designio divino. Pero analicemos cómo Sotres
desentraña “el carisma”.
«Esta misión, recibida de Dios y aprobada por
la Iglesia, rebasa las posibilidades de una congregación religiosa. Requiere
también una presencia y actuación desde dentro de las mismas realidades
familiares, sociales, culturales, políticas, financieras, académicas, etc. Por
eso en los primeros años, tras su fundación, la Legión de Cristo fue
descubriendo su papel como guía y fermento de grupos de fieles que estuvieran
dispuestos a vivir con autenticidad e intensidad su compromiso bautismal. Así
nacieron lo que hoy son las ramas del Movimiento Regnum Christi»
Según
hemos comentado previamente, afirmar que se trata de una misión recibida de
Dios es algo gratuito y que choca contra cualquier juicio escriturístico. Dios
no habla a través de falsos profetas… mucho menos concede “misiones” a través
de ellos. Pero Sotres parece omitir este pequeño detalle. Sólo en este sentido
se explica cómo la “misión” tiene que descubrirse con el andar del tiempo. La
frase de Sotres “fue descubriendo su papel como guía y fermento” también carece
de heurística y de fundamentos. En los textos de los años 50s que hablan sobre
la misión (vgr. Carta de la TWA) Maciel explica una metodología realizando lo
que muchos han reclamado: el carisma es la metodología.
De
igual modo, la Legión no ha querido indagar en las verdaderas raíces históricas
de los grupos de seglares que luego conformaron el Movimiento. Desde los
reclamos de Alfredo Torres como auténtico fundador del Movimiento, hasta las
acusaciones de plagio o copia de las ideas de Escrivá de Balaguer. ¿Cómo puede construirse
algo si se niega la búsqueda de la verdad?
Sigue
Sotres…
«La urgencia de esta misión y la metodología
apostólica propia del Movimiento presentan al legionario una opción y un reto
específico: desempeñar su ministerio sobre todo con seglares con capacidad de liderazgo (…)»
¡Vaya
forma de desentrañar que la metodología es la opción preferencial NO por los
pobres! Recordemos que la urgencia de la
misión es evangélica (Lc.12,49) y paulina (2Cor.5,14) y no es más urgente ahora
que antes (por aquello que también se decía de la Congregación, que era el
último esfuerzo del Sagrado Corazón). Y con la urgencia que el mismo Jesús
anunciaba la llegada de su Reino o la Voz de San Juan Bautista, ninguno de
ellos adoptó la metodología de “vértice a base”. En cierto modo podemos decir
que la metodología legionaria no es evangélica. Pero Sotres la presenta
envuelta en citas y referencias a documentos pontificios… como ha sido usanza legionaria,
sin cuestionar los fundamentos.
(continuará…)