Monday, February 3, 2020

Guía de Cultivo Vocacional


¡Venga tu Reino!

ORIENTACIONES FUNDAMENTALES
DEL CULTIVO VOCACIONAL DE JÓVENES *

Anuncio de reclutamiento vocacional legionario

Dado que el candidatado es responsabilidad de todos los legionarios y miembros consagrados (no sólo de los reclutadores) y que en el proceso de maduración vocacional colaboran el Espíritu Santo, el joven llamado y el director espiritual, es preciso tener presentes las siguientes orientaciones, fruto de la experiencia de varios reclutadores vocacionales.

Pasos para el cultivo de jóvenes que no están en una sección

1. Identificar a los jóvenes con buen perfil humano, formación cristiana, sensibilidad espiritual, estabilidad psicológica, vida normal. Hay quienes desde el inicio abren sus inquietudes vocacionales. Con ellos hay que pasar lo más rápido posible a los pasos 6 y 10, pero teniendo en cuenta que suelen ser los menos.
2. Invitarlos a algo: a una actividad que responda a sus gustos o directamente a tener un seguimiento espiritual personal.
3. Conocer la actitud de cada joven para ver cómo y cuándo se le puede ofrecer un mayor compromiso con Cristo. Ello supone tener la intención de conducirlo al descubrimiento y maduración de su vocación.
4. Pasar a ofrecerles un programa o apostolado que dé la oportunidad de tratarles personalmente y con frecuencia. Es importante provocar que cada joven participe en estos apostolados; hay que salirles al paso, sin limitarse a la simple espera de que venga. Lo importante es mantener un trato estable con cada joven, ofreciéndole toda la atención personal propia de un pastor que ama a sus ovejas.
5. Ganar su confianza.
6. Invitarlos al Regnum Christi.
(Ordinariamente se puede pasar rápido del punto 2 al 6. La incorporación es clave, pues cuando el joven pertenece al Movimiento no hay que estar inventando excusas para tratarlo habitualmente. Además, la dirección espiritual y la confesión se vuelven “parte normal” de la relación que uno tiene con él. Sin embargo es importante tener en cuenta los pasos previos para visualizar mejor el proceso).
7. Invitarlos a actividades de mística de la Legión y el Regnum Christi. Si son del Regnum Christi, en cualquier momento; si aún no lo son, deberían estar en alguno de los pasos del 2 al 5.
8. Propiciar las circunstancias para que el joven manifieste su inquietud vocacional y acepte enfrentar el tema. Si no lo hace espontáneamente, se le debe preguntar con prudencia y oportunamente. Si tuviera inquietud por la vida consagrada o sacerdotal, hay que ayudarlo para que lo vea y lo exprese con más claridad. Suele ser una experiencia muy común entre los jóvenes creyentes y especialmente los que tratan de vivir un compromiso serio con su fe. Se puede presentar también en forma muy poco definida en un primer momento. Es una atracción, inquietud, identificación todavía muy confusa. Es necesario que el joven reconozca en la dirección espiritual que la tiene. Cuando se conoce a un joven con todo el perfil humano y espiritual para la vida consagrada, es muy lícito, buscando siempre el momento adecuado, preguntarle si no tiene esa inquietud, porque para él es a veces difícil tomar la iniciativa incluso porque no sabría ni cómo explicarla o describirla.
El joven debe pasar a la aceptación: enfrentar esa inquietud y participar en el proceso de discernimiento. Finalmente hay que ayudarlo a adoptar una actitud positiva, de amor generoso, hacia la voluntad de Dios, y no defensiva. Todo el enfoque del director espiritual debe ser el amor. Amor es donación, correspondencia al amor de Dios que nos amó primero.
Las actitudes defensivas pueden provenir de:
- Falta de generosidad simplemente.
- Falta de apoyo familiar.
- Fuerte apego a una novia.
- Fuerte apego a la carrera.
Es posible que de estos elementos se den simultáneamente varios, dependiendo de la edad y de las circunstancias del interesado. Hay que saber esperar el momento de la gracia y respetar su ritmo en cada joven, sin querer ir más de prisa de lo que se puede, pero sin abandonar el camino y la lucha por falsa prudencia. La mejor forma de ir dando pasos en ese camino es la aceptación y creciente entrega a la voluntad de Dios en la propia vida, por medio de los compromisos y del apostolado en el Regnum Christi.
9. Acompañarlo para que madure su decisión. Tener paciencia, pues este paso puede ser largo; en algunos casos puede ser cuestión de años, pero no es bueno pensar que siempre va a durar mucho. Más bien, una vez que el joven se abre a la posibilidad de la vocación, hay que llevarlo con agilidad hacia la decisión generosa, porque el demonio no duerme y ordinariamente en este momento es cuando comienzan las dificultades interiores, los temores, las dudas. Si el chico no está decidido a dar a Cristo el primer lugar, si no reconoce que éstas son tentaciones y no las trata como tales, sino como posibles señales de que no tiene vocación, las consecuencias suelen ser el pesimismo, la inseguridad, tristeza, confusión…
Son esenciales  los compromisos de vida: oración, apostolado, dirección espiritual.  Y también es importante lectura de la espiritualidad de Nuestro Padre: el sentido del tiempo, la urgencia de la misión, las necesidades de las almas. Debemos ofrecerles estas lecturas.
El medio privilegiado es la dirección espiritual. Es importante en ella abordar todas las áreas de vida personal que se relacionan con posibles impedimentos: vida moral, apegos, internet, etc.
10. Invitarlo a actividades propiamente vocacionales: convivencias en el noviciado, en el centro de tercer grado, peregrinación vocacional a Roma, etc.
En este momento ya es muy importante que el reclutador vocacional esté involucrado, porque es quien lo va a seguir en la convivencia o peregrinación. Se requiere un trabajo en equipo entre el director espiritual y el reclutador vocacional. En realidad, el reclutador puede involucrarse durante los tres primeros pasos y va a depender de cada caso encontrar el mejor camino.
Cuando se llega a este momento, es mejor siempre optar por la actividad vocacional que por otras actividades o apostolados propios de la sección de jóvenes.
En las convivencias, en la dirección espiritual y el apostolado, hay que ayudar al joven para que llegue al candidatado. También este paso de la primera convivencia al candidatado puede tardar meses, porque es muy importante que cuando vaya al candidatado lo haga con actitud positiva de encontrar la voluntad de Dios y no simplemente para “quitarse la espina” y poder quedar en paz de conciencia.
11. Invitarlo al candidatado y concretar el compromiso.

Elementos del proceso vocacional para revisar en la dirección espiritual, de manera especialmente intensa a partir de la convivencia de semana santa.

Considerando que es muy importante tener un objetivo en cada dirección espiritual, motivo por el que, por el bien de ellos conviene anotar las conclusiones a las que se llega con cada joven, y que la decisión vocacional nadie puede ser sustituido, el director espiritual tiene que preocuparse por ir a fondo en cada uno de los siguientes temas.
1. Vida de oración y vida de gracia, frecuencia en la recepción de los sacramentos.
2. Apostolado.
3. Sentido de la Voluntad de Dios.
4. Conocimiento cada vez mayor del joven:
            - Idoneidad moral: hacerlo con prudencia y paulatinamente.
            - Idoneidad psicológica: enfermedades propias o familiares.
            - Idoneidad física: enfermedades propias o familiares.
            - Historial académico: situación actual y posibles interferencias con el proceso vocacional.
            - Formación cristiana: solidez de valores.
            - Ambiente familiar.
            - Vida sentimental y afectiva: amigas y novia.
5. Dejar que el joven hable libremente de su “experiencia vocacional”, que relate los signos positivos y negativos, etc.
6. Actitud de la familia ante la vocación o ante la decisión vocacional.

* Tomado de indicaciones giradas a:

A los legionarios de Cristo y miembros consagrados del Regnum Christi, especialmente a los directores de sección de jóvenes, miembros del equipo auxiliar de las secciones de jóvenes, asesores espirituales de centros educativos y reclutadores vocacionales.
Prot. D.G. 0532-2006/8

                                                                                       

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