Saturday, October 26, 2019

Autenticidad y Pobreza de cara al Capítulo


En la Iglesia, toda renovación pasa por la pobreza. De cara al Capítulo General hay mucho nerviosismo entre las Consagradas. Este artículo, largo, analiza brevemente el camino de la pobreza

En una reflexión anterior, el equipo de Veritas analizó si la Congregación fundada por Marcial Maciel podía llamarse “obra de Dios”. El razonamiento es contundente. Dios no suscita un Falso Profeta para llamar seguidores.

Sin embargo, la obra cuenta con muchos adeptos de buena voluntad y sincero espíritu cristiano, por eso la Santa Sede decidió preservarla para que los “jóvenes no caigan en el vacío” (parafraseando al Papa Benedicto XVI).

Jesús pobre, con los pobres


Continuar con la obra de un Falso Profeta genera muchos problemas. Por eso a partir de que la Santa Sede reconoció que el Fundador de los legionarios y/o el Regnum Christi era un hombre carente de espíritu religioso se han intentado muchas explicaciones para acomodar la transmisión de un carisma a través de un Falso Profeta.

  • Fue sólo un transmisor, como el agua limpia pasa por un tubo oxidado
  • De inicio era auténtico, pero se deformó por debilidad
  • Fue sólo el iniciador
  • Los que han permanecido fieles son los verdaderos depositarios del carisma
  • Un carisma no se puede encerrar en una frase, es toda una vivencia, etc.


Pese a todas las explicaciones y al difundido y continuo uso del tema del carisma, en realidad, nunca se ha hecho una teología del carisma o de la fundación. ¿Hace falta?

El daño más grande que puede hacerse a la Congregación de los Legionarios y a las Sociedades de Vida Apostólica de Consagrados y Consagradas del RC es mostrar la verdad. No es que ellos la oculten o que sigan con el esquema de su Fundador (de mentir y engañar), sino que simplemente no la afrontan.

La verdad debilita a los legionarios y a los consagrados porque muestra falta de autenticidad.

En la Iglesia, todas las reformas encuentran una piedra de tropiezo en la vivencia auténtica de la pobreza, y la pobreza es un claro signo de autenticidad de la renovación.


Pobreza según quién…

Las normas y Constituciones de de los legionarios y su derivación en los Consagrados y Consagrados tienen doctrina clara: "Los legionarios den testimonio de pobreza y austeridad evangélicas (...)" CLC edición 2014 # 25. Pero en la obra de Maciel siempre una cosa ha sido lo escrito y otra la vivencia.

No existe una regla matemática para determinar qué implica ser pobre (religiosamente hablando). Tampoco se trata de una consideración prudencial. ¿Puede una comunidad religiosa ser pobre teniendo un nivel socioeconómico muy superior a las demás comunidades? ¿se trata de pobreza sólo espiritual? ¿qué es lo que determina que un modo de vestir, de comer, de trasportarse, de vivir sea pobre y otro no? ¿el uso del tiempo? ¿por qué algunas formas de entender la pobreza son consideradas por la Iglesia como desviaciones y exageraciones y otras no? ¿cuál es el criterio?

La vivencia de la pobreza emana del carisma; y si el carisma es auténtico, la pobreza será también inspirada por el Espíritu. Un grupo que no tiene carisma o que tiene un sucedáneo de carisma, como diría el Papa Francisco: un carisma humano, evidentemente mostrará muchos signos de incongruencia en la vivencia de su pobreza.

Cuando el carisma determina e ilumina todos los aspectos de una vida religiosa no lo hace como una serie de límites, parámetros, normas y reglamentos, sino como un ideal que orienta e informa desde el interior la vivencia de cada aspecto.

En la historia de la Legión, la pobreza tiene 3 etapas, podríamos decir:

  1. Desde la Fundación hasta el primer año del Instituto Irlandés. En esta etapa el sostenimiento de la obra depende completamente de donaciones.
  2. Desde los primeros ingresos económicos de los centros educativos hasta el nombramiento de Velasio de Paolis. En esta etapa la obra se sostiene principalmente de los centros educativos de México y se usan los donativos para la expansión de la obra. Sin contar el tremendo desvío de fondos de parte del Fundador. 
  3. Con Velasio de Paolis inicia una etapa de “renovación”; cae la recaudación por donativos debido al impacto en la imagen de la Congregación y se inicia con la venta de algunos inmuebles innecesarios.

La primera etapa en realidad es la que marca la pauta y el estilo del resto de la vida en la Congregación. Si la pobreza como se vive y se aprende del Fundador es auténtica, el resto será auténtico.


La pobreza en la transmisión del “carisma”

La pobreza en los primeros años de vida de la Congregación era relativamente fácil de vivir; éramos Misioneros del Sagrado Corazón y pasábamos muchas estrecheces propias de una economía sin ingresos, sólo donativos. La pobreza material estaba presente en casa, vestido, comida y distracciones. Había mucha motivación y la situación no se veía de ninguna manera como algo excepcional; éramos religiosos que habían optado por seguir a Jesús, que no tenía una piedra para reclinar la cabeza.

Sin embargo, de vez en vez el Fundador sorprendía a la comunidad con algún gusto que iba más allá de la pobreza. Aquello siempre supuso una alegría, sobre todo porque era principalmente en el descanso cuando había más indulgencias. Un paseo o unas vacaciones se transformaban completamente si se contaba con la presencia del Fundador. El Fundador no escatimaba, así se nos decía.

Cuando se mira la pobreza en retrospectiva,  el Fundador, lejos de trasmitir un carisma fue corrompiendo los criterios de los religiosos. La pobreza era estricta; pero había momento de “descanso”. Y poco a poco el Fundador fue salpicando de excepciones la vivencia de la pobreza. Al final, la pobreza consistía en pedir el jabón y la crema para peinarse al superior; el resto podía ser conseguido por “donativos” siempre que el superior estuviera contento con las aportaciones a la Congregación.

En cuanto al estilo del Fundador, lo más evidente fue la elección y uso del transporte; pero también la ropa, los lugares de vacaciones, el tipo de comida y los aparatos para registrar y ver programas de televisión entre otras cosas.

Si Marcial Maciel fue un transmisor del carisma, ¿cómo se explican sus faltas a la pobreza? Y nos referimos a la vida ordinaria y no a los excesos con que vivía en lo secreto.

Si el carisma no vino a través de Maciel, sino de los cofundadores, ¿cómo se explica el estilo de vida en la horma del Fundador (repetimos, en lo ordinario y no en los excesos)? ¿por qué algunos legionarios al viajar se hospedan en hoteles o exigen primera clase? Esto se sigue dando (en menor cantidad) hasta el día de hoy; por ejemplo, en los viajes a Tierra Santa (fuera de Jerusalén), los legionarios se hospedan en hoteles y no en casas religiosas.


La pobreza en lo ordinario

La pobreza siempre es un signo muy poderoso de autenticidad religiosa. El religioso pobre lo es por convicción y en todos los aspectos de su vida.

Siempre ha resultado grotesco para el Pueblo de Dios, ver que un fraile saca de la bolsa de su raído hábito un iphone de última generación… aunque lo haya recibido de regalo. La gente se fija… que tal fraile en lugar de sandalias usa zapatos; lo pueden entender y justificar tratándose del frío. Pero si son zapatos de una marca de lujo, aunque sean regalados o adquiridos con descuento, contradicen el signo de la pobreza.

La pobreza religiosa, duele. Siempre duele. Es parte del don de uno mismo.

En la Legión y entre los Consagrados de la Federación RC (que ahora ya tienen votos religiosos), la pobreza está falseada de raíz. Las manifestaciones de esto son muchas y muy variadas y tiene que ver con el origen o trasmisión de su “carisma”.

El Fundador justificaba los coches que usaba con la misión; así, los legionarios y consagrados de hoy justifican ciertos medios con la misión. Como si la predicación del Evangelio necesitara palabras persuasivas de humana sabiduría (1Co.2,4). Pero no sólo justifican ciertos medios con la misión, sino que incluso adquieren y consiguen medios de lujo, por ejemplo el uso de ordenadores portátiles de marca Apple.

Legionario en Asamblea con su MacBook

Consagradas en Asamblea con sus MacBooks


En cuanto a las comidas, por ejemplo durante las Fiestas o Solemnidades. Hay lugares donde los adeptos a la Federación RC, se organizan para llevar la comida a las comunidades en las fiestas. La mayoría de los legionarios y consagrados ven esto como algo normal, algunos hasta reclaman si las porciones fueron insuficientes, si no llegó a tiempo o si no fue suficientemente espléndida, por no decir refinada. Después de la comida (o banquete) un encargado preparará una cartita de agradecimiento que firmará el superior o todos los miembros de la comunidad dependiendo del “nivel” de quienes regalaron la comida.

Si a una religiosa de las Misioneras de la Caridad le regalan algo que no va con la pobreza, inmediatamente lo rechaza sin complicaciones o sofismas de que el donante se ofenderá.

En el caso de los legionarios, no sólo no lo rechazan, sino que ni siquiera consideran que es algo contrario a la pobreza religiosa, por ejemplo el consumo de vinos refinados o de jamones especiales. Es tal la deformación de conciencia que ha habido religiosos que comparan o compiten a ver qué comunidad consigue más o mejores viandas. Un ejemplo de esto son las campañas que han circulado en redes sociales para pedir dulces de navidad para los centros de formación legionarios. Por ejemplo el “turrotón”.

Al ser cuestionado sobre el valor de una botella de vino que habían consumido en la comunidad, un legionario respondió, “¿acaso soy menos pobre por tomar ese vino?”

Fue el Fundador quien introdujo los gustos refinados en las comidas durante las fiestas. Con el paso del tiempo y el contacto con ambientes socioeconómicos privilegiados, el permiso pasó a ser norma.


La pobreza proporcionalista

Una forma errónea de entender la pobreza es cuando se establece el “grado” de pobreza usando el nivel socioeconómico de la sociedad en la que se está inserto. Esto es una forma de proporcionalismo.

Algunos religiosos (y no sólo los legionarios) consideran que viven la pobreza porque el artículo que usan es inferior o ligeramente inferior al que usan las personas del entorno socioeconómico en que se desenvuelven. Es decir, establecen una relación mental y en su conciencia la proporción les acredita como pobres que viven un voto de pobreza.

No es raro escuchar entre los legionarios, incluso de los mayores que tal o cual instrumento se necesita por el tipo de gente con el que trata. Por ejemplo, la tela del traje tiene que ser de este tipo de casimir y no de otro… por el tipo de personas con el que trata o el puesto que desempeña. Tal convicción es un signo de pobreza proporcionalista.

Es fácil entender que no se es más distinguido y limpio por usar una calidad de casimir en lugar de otra; entonces algunos lo justifican diciendo que es más económico a la larga. Para estos religiosos, la pobreza no es una vivencia, sino un esquema económico.

Si es relativamente fácil entender cuándo se trata de una falsa pobreza hablando del vestido, no lo es cuando se trata de la vivienda. En el caso del vestido, la opción por la pobreza o el sofisma proporcionalista son del religioso y/o de su superior directo; pero en el caso de la vivienda, la opción es de la Congregación.

Todas las comunidades de los legionarios se encuentran establecidas en zonas socioeconómicamente privilegiadas. Alguno puede decir que no es más pobre o menos pobre porque viva en otro lugar… sin embargo, la pobreza deja de ser un signo auténtico.

Sobre el tema de las casas en la que habitan los religiosos legionarios, hace un tiempo fue publicada en Legioleaks una lista de “cultivo de bienhechores”. Además de que las personas estaban categorizadas por niveles, cada uno de los “cultivados” tenía un objetivo; es decir, se había fijado una cantidad a obtener de esa persona para determinado proyecto. Algunos de los proyectos eran “la casa de la comunidad” o “la casa de las consagradas”. Los montos económicos para “la casa de los padres” o de las consagradas no tenían nada de “pobres”, al contrario. Con el monto a “conseguir” para la casa de las Consagradas en determinada ciudad, se podrían haber construido 10 ó 12 casas de clase media (10 ó 12 con capacidad para 4 personas; porque alguno hizo el cálculo en su lógica proporcionalista diciendo que la casa de las Consagradas costaba más porque era más grande porque vivían más personas; es decir, 20 ó 25).

En el tema de la vivienda, también fue motivo de escándalo en Legioleaks, que en Monterrey los religiosos en tiempo de calor dormían con cobertor debido a la intensidad del aire acondicionado. La justificación que se da a semejante lujo es la misión… los religiosos tienen que estar descansados para poder rendir mejor… ¿Y el signo de la pobreza?

Uno de los religiosos se justificó diciendo que él no podía controlar el aire acondicionado pues era de la casa; es decir, esta opción por la “pobreza” era de la Congregación y no de la persona.


El desclasamiento

En la vida religiosa no se tiene clase social; se es pobre y ya. Cuando aparecen las clases sociales es evidente que allí no hay pobreza religiosa o la pobreza está falseada.

Entre los legionarios hay dos fenómenos vinculados a este concepto: la clase social interna y el desclasamiento externo. Ambos fenómenos se pueden rastrear hasta su origen en el mismo Fundador.

La existencia de ciertas clases sociales al interno de la Congregación inició desde Marcial Maciel, quien desde el inicio privilegió a unos sobre otros (excluyendo aquí el tema de los favores sexuales). Los testimonios y hechos son múltiples y muy variados: tipo de permisos, nivel o lugar de atención médica, puestos ocupados, facilidad para progresar en algunos itinerarios, vehículos de trasporte, oficios, etc., etc., etc.

El desclasamiento externo se verifica cuando una persona de un estrato socioeconómico inferior, vive como religioso exigiendo tácita o explícitamente un nivel superior. Los ejemplos no son tantos, pero son constantes en todas las generaciones de religiosos legionarios.

Si tomamos como referencia el país donde más arraigados se encuentran, México, podemos constatar que los legionarios viven en zonas no sólo no pobres ni de clase media, ni de clase media alta, sino en las zonas económicamente más privilegiadas. Los medios de trasporte que los legionarios usan en México, corresponden al segmento económicamente superior; de hecho son excepciones rarísimas los legionarios que usan el trasporte público ordinariamente.

Uno de los síntomas más claros de una falsa pobreza es el “desclasamiento”. Siguiendo con el ejemplo de México; la mayoría de los legionarios (o consagrados y consagradas) que proceden de España, viven en México en un nivel socioeconómico superior al de su origen…. Y ello viviendo “pobremente”.

Un ejemplo claro de un legionario envuelto en ambos fenómenos es John Devlin, el antiguo secretario de Marcial Maciel. Devlin en múltiples ocasiones se ha vanagloriado de ser de una elite al interno de la Congregación. Del mismo modo, es evidente que su origen socioeconómico es inferior a su modo actual de vivir. Como el caso de Devlin, se puede mencionar Eloy Bedia, Cipriano Sánchez y muchos otros (principalmente los que viven o han vivido en México).


Los signos del descanso

El adagio dice que en la mesa y en el juego se conoce al hombre. ¿Cómo descansan o festejan los legionarios (y consagrados)? ¿se manifiesta en ello la pobreza religiosa?

La mayoría de los legionarios (y consagrados RC) consideran que si fue “gratis” corresponde a la pobreza. En su ingenuidad (o deformación de conciencia), no alcanzan a ver que nada es gratis y que alguien pagó por ello. El hecho de que descansen en una lujosa casa a orillas del mar en una playa semi-exclusiva (en México todas las playas son públicas), que les ha sido “prestada”, no por el hecho de ser prestada deja de ser un lujo. Si además consideramos que los legionarios se organizan para pedir las casas y hay una cierta coordinación para ello… es decir, no se trata de algo que recibieron gratuita y espontáneamente, sino que se trató de una opción querida y buscada, avalada institucionalmente. Es decir forma parte de lo que en la Legión se entiende dentro de la vivencia de la pobreza.

El hecho causa escándalo. Las formas de descanso de los legionarios causan escándalo porque para la gente común, porque aquello es un lujo. El escándalo es un síntoma muy claro de que algo no está bien.

Ante múltiples reacciones, críticas y escándalo en las redes sociales por fotografías que publicaban algunos legionarios de sus vacaciones o su descanso, el Superior General, Eduardo Robles Gil escribió una carta sobre la vivencia de la pobreza (carta del 18 de julio de 2016). En ella dice textualmente «si en alguna ocasión estamos en algún lugar lujoso que nos prestan, hemos de ser ponderados y discretos». Es decir, asume que los religiosos van a usar cosas o lugares lujosos. Es más, asume que «las personas que se pueden escandalizar si compartimos algunas fotografías fuera de contexto».

Es decir, en algunas ocasiones los legionarios pueden escandalizar con su vida porque su pobreza está falseada. El mismo Superior General de los legionarios reconoce que las personas se pueden escandalizar porque sabe que hay aspectos de la vivencia que no van con un religioso… de lo contrario no tendrían por qué ocultarlo “para no escandalizar”.

La carta del 18 de julio de 2018 ha salido en otras ocasiones en las redes sociales, principalmente en Legioleaks. Quizás no se le ha prestado la debida atención y no se tiene en cuenta la trascendencia o el calibre del tema: El Superior General es consciente que la vivencia de la pobreza de los religiosos causa escándalo y exhorta a no publicarlo.

¡¡El Superior General está exhortando a ocultar aspectos de su vida porque las personas que se pueden escandalizar!! ¿Forma esto parte del carisma?

El carisma del Fundador

Vacaciones


Con el signo evangélico de la pobreza es posible constatar que algo no está bien en la comunidad fundada por el Falso Profeta, Marcial Maciel. No hay autenticidad evangélica o hay muchas incongruencias en la vivencia de los votos. ¿será porque el carisma procede del Fundador?

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