Tuesday, October 23, 2018

Transformación de los novicios


Un neonovicio de la Congregación de Maciel en 2018 redacta su “experiencia”. En apenas 5 párrafos, acerca de «lo que significó para mi dar el paso al noviciado». El título de su escrito es: «“Que descanse en paz”, dijeron mis pasiones».

Los primeros 2 párrafos muestran la ilusión de un alma fresca que desea responder a  Dios y ha renunciado al “mundo”. Entre líneas puedo leer la ilusión y el entusiasmo (etimológico) que yo también experimenté en los albores de mi vida en la Congregación de Maciel. Estos sentimientos nobles y hermosos fueron compartidos por la gran mayoría de quienes fuimos o son legionarios.

Imagen tomada de la publicación en la Web Oficial


Sin embargo, mucho de lo que dice es como escuchar al mismísimo Marcial Maciel. Por ejemplo se refiere a su entrada al noviciado como «respuesta de la Congregación a Dios», como cuando Maciel hablaba de la misión y de la grandeza a la que están llamados “los nuestros”. La última frase de ese párrafo dice así: «ser Legionario es un llamado a formar parte de una verdadera familia que, cual batallón en plena guerra, te sostiene para perseverar en el camino y ser partícipe de la victoria final». Quitando lo de verdadera familia, hablar de “batallón”, “guerra”, “perseverancia” y “victoria final” no puede no recordarme las charlas de Maciel.

Este muchacho ingresa al noviciado, a hacer un discernimiento y conocer la Voluntad de Dios; pero habla de perseverancia antes que de discernimiento y habla de victoria final con ese sentido escatológico con que Maciel a veces sazonaba su mesianismo narcisista. Qué bien lo expresó el Honorable Don José Barba (ex): «los viejos conceptos manidos, dichos con buena presencia y una retórica aceptable» y más adelante dice: «Un gravísimo Mal es el que más se parece (sin serlo) al verdadero Bien.».

Un novicio narra su experiencia llena de ilusión con lo que parecería frescura y entusiasmo. Pero lo que describe es el mismo discurso hueco, aunque correcto, de cada generación. Los más superficiales sólo verán una narración personal y sin problemas doctrinales. Quienes hemos experimentado la maldad de Maciel y de muchos de los Superiores reconocemos el mal que se presenta con apariencia de bien.

Ejercicio estilístico de narcisismo (carisma macielista)


El último párrafo se titula «Una respuesta de Dios a la congregación» y es aterradoramente “legionario”. Un neonovicio con apenas 10 días en la Congregación dice: «Ante la respuesta generosa de estos jóvenes Dios no se quedó callado y pidió también comunicar algo muy especial a la congregación». ¿Por qué un novicio de alma fresca a 10 días de su ingreso es capaz de usar el nombre de Dios como lo usan los “grandes” legionarios? ¿Habrá redactado Robles-Gil o Eloy Bedia este párrafo?

El párrafo es un acto completo de narcisismo legionario donde se usa a Dios para vestirse a sí mismo de gloria. Dios pide comunicar algo, ¿a quién le pide Dios? ¿por qué Dios tiene que pedir (permiso) para comunicar algo? ¿qué comunica? ¿cómo sabemos que es comunicado de parte de Dios? ¿no será invención humana? ¿por qué comunicar a la congregación?, etc., etc.

Dice: «A una congregación aún lucha por purificarse y en la que muchos religiosos se esfuerzan por mantenerse firmes en esta gran misión que les confía a través de su Iglesia.»

Purificarse, ¿blanqueando el exterior con comunicados de prensa y ocultando al interior las víctimas? ¿luchar por mantenerse firmes con motivación por encima del discernimiento? ¿cuál es la “gran” misión? ¿reclutar, recaudar y crecer más?

De verdad, ¿puede decirse que es Dios el que confía esta incógnita “gran” misión? De hecho, históricamente lo único que la Iglesia (San Pablo VI) ha confiado a la Congregación es un territorio de misiones en la península de Yucatán, México. Territorio en el que no ha habido mucha “gran” misión pues la mayoría de los legionarios se concentra en torno a la zona hotelera.

Continúa diciendo el neonovicio: Dios le concedió un regalo a la Legión esa noche; indirectamente dice “Ese regalo fui yo y otros 29 jóvenes…”: «¿Qué prueba del amor de Dios que recibir a más de 30 nuevos jóvenes dispuestos a seguir su llamado?». Narcisimo, vanidad, soberbia.

A tan sólo 10 días de noviciado, este joven ya cambió los criterios eclesiales por una visión legionario-macielista del mundo y de la Iglesia.

1 comment:

  1. Es lo de siempre, hábiles manipuladores y personas que se dejan manipular

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