Tuesday, December 4, 2018

Comentario a la intervención de Gianfranco Ghirlanda, Asesor Pontificio, Asamblea Pro-FedexRC



El tema de la renovación es como un prisma que revela múltiples colores dependiendo de la experiencia que haya tenido quien afronta el tema.

Desde un ‘nunca ha sido necesaria una renovación’, pasando por ‘ya hemos sido renovados’ hasta ‘no hay renovación posible’, el arcoíris incluye toda la gama de colores.

Es evidente que un cambio de nombre no es renovación; así como es evidente que tratándose de una realidad contingente siempre está en movimiento y cambio. ¿Qué hay pues de la renovación a 10 años de la coyuntura?

Alguno ha escrito que él cree en la posibilidad de cambiar… lo cual es algo evidente, siendo que la mayoría de los que ingresaron a la Legión, lo hicieron de buena fe, con espíritu de sacrificio y con pureza de intención.

"Asesor" Pontificio, Gianfranco Ghirlanda, SJ


Conviene distinguir distintos ámbitos de renovación para evitar equívocos. Cada uno de los miembros de la Congregación y del llamado 3er grado (sea cual sea su nombre actual o su denominación jurídica) debe vivir y asimilar un proceso personal. Primero en el plano psicológico (humano) y después en el espiritual. La oración “Indue me, Domine, novum hominem” (Eph.4,24) sólo tiene sentido si hay convergencia entre el pensmiento (raciocinio) y las intenciones (voliciones). Un divorcio entre ambos ámbitos obedece las más de las veces a problemas subyacentes. Se ha dicho mucho al respecto, pero poco con profundidad; y ciertamente no hay estudios más rigurosos. Los legionarios y las personas vinculadas a las obras fundadas por Marcial Maciel han vivido un auténtico trauma (τραῦμᾰ, τραύμᾰτος: herida); tal trauma requiere un tiempo de sanación.

El trauma legionario (por llamarlo aquí de algún modo) no se refiere solo al descubrimiento de la ausencia de santidad y vida criminal del fundador. Aunque durante casi 70 años la vitalidad de la Congregación se vinculó a la santidad heroica de Maciel (ver CNP 1536)[1], siempre se insistió en el origen divino del grupo (ver CNP 43)[2]. La interrogante parecería obvia: si el Fundador era un fraude, el Grupo por él fundado, ¿también?

Sin embargo frente a esta “espontánea” consideración el “trauma legionario” adquiere complejidad y una gran diversidad de facetas:
·        El Grupo es de origen divino y Maciel sólo fue un instrumento.
·        Dios no se engaña ni nos engaña, el Grupo no puede ser de origen divino.
·        Dios lo quiso, pero el instrumento fue débil, entonces hay que purificarlo.

Y cada quien elige su postura y afirma con vehemencia y reiteradamente:
·        Regnum Christi, sí; Legión y Maciel, no.
·        Legión, sí; Maciel, no; Regnum Christi es posterior.
·        Legión sí; Regnum Christi, sí; Maciel, sólo algunas cosas.
·        Legión, no; Maciel, no; Regnum Christi tampoco.
·        Etc., etc., etc.

Durante los primeros meses después de la muerte de Maciel la división se hizo nítida y enconada; la división iba a la par de los segmentos generacionales las más de las veces, por eso los Superiores optaron por abstenerse de marcar una postura concisa. No fue sino hasta el Capítulo General (2014) que institucionalmente se marcó una distancia oficial respecto al Fundador. Esta falta de afirmación durante los primeros meses contribuyó enorme y nocivamente al “trauma legionario” con fuertes componentes de negacionismo.

Si se compara el “trauma legionario” a una pérdida (muerte, divorcio, etc) cualquier tanatólogo o terapeuta del ámbito puede ver las similitudes y los elementos que han conducido a ciertas posturas en muchos de los miembros (incluidos Superiores y miembros del Consejo, pues todos somos humanos).

Cualquier intento de renovación institucional, requiere antes la renovación de las personas y no como una renovación social donde “para que cambie la sociedad, todos debemos cambiar primero”. La renovación institucional depende de la postura ideológica de cada uno de los actores de dicha renovación.

Indue me, Domine, novum hominem… pero ¿cómo es eso posible con una ruptura interior y una negación de la relidad? La imagen del “vestido” que usa San Pablo condujo a los Pelagianos (entre otros) a creer que la gracia era algo que se “usaba” encima de nuestra inmundicia. Y que no importaba cuán sucio estuvieras por dentro, lo importante era el vestido blanco. Jesús habló contra eso (Mt.23,27) usando la imagen de la putrefacción al interior de los sepulcros encalados por fuera. El revestimiento del que habla San Pablo, por tanto, implica a toda la persona.

La renovación interior y la gracia, sanan las heridas (traumas); pero ello supone una creación en justicia y santidad (Eph.4,24).

¿Cómo ha sanado su “trauma” cada uno de los miembros del Capítulo General (CG)? ¿Están dispuestos para revestirse del hombre nuevo? ¿hay justicia y santidad verdaderas?

El tema no es de menor importancia. ¿Cómo perciben la realidad eclesial actual los asistentes al CG? ¿cómo perciben la vida y las relaciones del Grupo fundado por Maciel? ¿cómo perciben su propia pertenencia al Grupo y su misma designación al CG?

Recapitulando este punto: El hecho de que el Fundador haya sido un fraude impacta necesariamente al Grupo fundado por él. Sin embargo, cada persona ha manejado privadamente el alcance de este impacto por falta de una postura institucional o de parte de la Iglesia. Es necesario añadir que incluso hay algunos miembros (sobre todo legionarios mayores) que tratan con tanta indulgencia la situación del Fundador, al grado de negar el daño.

Después del CG de 2014 la línea institucional minimizó hasta la negación (en algunos aspectos) la influencia del Fundador en el Grupo. La Iglesia siempre se ha mostrado ambigua a partir de lo que ha llamado “acompañamiento”, primero con Velasio y después con Ghirlanda. Dicho acompañamiento- ambigüedad dio pie a una lectura de aprobación: La Iglesia nos acompaña, luego nos aprueba. La Iglesia nos aprueba y rechazó a Maciel, luego no afectó a la Congregación.

De este modo, lo que sería una inquietud razonable: si el Fundador era fraude, ¿por qué no su fundación?; pasó a tener una respuesta espontánea apoyada en la influencia de la Iglesia.

La renovación legionaria, de los consagrados y de los demás miembros vinculados, está partiendo de este supuesto espontáneo y no de una “sanación” y reconciliación con la historia y con la realidad. El punto de partida de la renovación (sin la reconciliación con la historia) viene reafirmado con la participación del jesuita Ghirlanda en las sesiones de la Asamblea, Capítulo y demás juntas.

Gianfranco Ghirlanda tiene el nombramiento de “asistente pontificio” para la renovación de los Legionarios; no tiene voz ni potestad en la Congregación, sólo aconseja[3].

Sin embargo, en su intervención al inicio de la Asamblea de la Congregación de Maciel y los recién erigidos Consagrados y Consagradas (ex3GM y ex3GF respectivamente) sus consejos van más allá del mandato recibido de “asesorar”.

Dijo Ghirlanda que los Estatutos ya tienen qué ser aprobados y que deben ser los Estatutos de una Federación. Apoya esta determinación diciendo que «La Congregación (CIVCySVA) no está dispuesta a que la cosa se aplace ulteriormente» (sic).

¿Por qué un dicasterio vaticano estaría urgido de aprobar unos estatutos?

¿Qué no fue esa la “urgencia” la que en 1947 llevó a la erección fraudulenta de la Congregación?

¿Es Ghirlanda sólo “asesor” o ha tomado una postura poco imparcial?

¿Cómo “asesor”, por qué ha evitado afrontar el tema del origen/carisma espurio?


Meras preguntas retóricas pues la postura del “asesor” parece clara.

Cuando la Legión se fundó en 1946 (según la documentación de la Santa Sede), no fueron necesarios y no existían ni el 3GM ni el 3GF. Los miembros seglares del “tercer Grado” existían para funciones dentro del cuerpo del Movimiento[4] y aunque se decía que “por un carisma especial de Dios” algunos pasaban a la rama sacerdotal, en realidad el 3GM fue una etapa en el proceso de captación de muchos[5].

Los miembros del 3GM fueron una gran aportación para la administración y el desarrollo de muchas obras de apostolado; pero contrariamente a lo que afirma Ghirlanda, no fueron necesarios. En líneas generales nunca ocuparon cargos directivos y sus labores administrativas dependían del gobierno legionario. Es por eso que se ha dicho que históricamente los 3GMs se asimilaban más a una Orden Tercera, sin autonomía y dependiendo completamente de la Congregación.

De una forma incluso más acentuada, el grupo del 3GF dependía en su totalidad de la Congregación; a diferencia de los varones, las mujeres sí eran necesarias para el desarrollo de colegios femeninos, pues hasta hace unos años, la Legión seguía con la educación diferenciada en todas sus escuelas.

Afirmar que Congregación y Grupo de laicos (3GM y 3GF) históricamente han requerido unos de otros es incorrecto y falso. La Congregación perfectamente puede prescindir del Tercer Grado, incluso para los colegios femeninos, como recientemente lo ha demostrado la consolidación del Cumbres de México colocando como director (de la parte masculina y femenina) a un profesor de educación física.

Ghirlanda afirmó que la Congregación no puede prescindir del Tercer Grado (o de las ya erigidas Sociedades de Vida Apostólica), lo cual también es falso, tanto en el ámbito espiritual como en el apostólico. De hecho, si la Congregación requiriese de estos otros grupos para existir, nunca habría sido erigida por la Santa Sede.

Un tema muy diferente es que actualmente la Congregación para subsistir requiera del Regnum Christi, pues en los últimos años, prácticamente sólo han podido reclutar al interno del RC. El hueco generacional aún no llega; sin embargo ya se prevé que en breve no habrá generación de recambio.

Por otro lado; es un hecho que las Consagradas (3GF) no pueden subsistir sin la Congregación, de la cual dependen principalmente en lo material, pero también en lo apostólico. También significativamente en los últimos años han tenido una mayor independencia “espiritual”. Los Consagrados (3GM) en cambio no tienen ninguna actividad fuera del ámbito de la Congregación y su identidad propia tiene algunos conflictos de hecho.

El otro Grupo, los laicos no consagrados, mucho mayor en número, no tiene personalidad propia, pero es en realidad quien nutre de miembros a los demás.

Ghirlanda afirmó además que la Legión es la primer expresión histórica de un carisma que el Espíritu Santo quiso donar a la Iglesia y que además, la Legión fue el medio para la acción del Espíritu para suscitar el RC. Con la diplomacia digna de un curial romano, evitó cualquier referencia a Marcial Maciel. Como si lo que él llamó “expresión histórica del carisma” hubiese brotado por generación espontánea; como si las campañas epistolares y de presión, los engaños, las fotografías trucadas, los informes redactados, las estadísticas alteradas y todos los fraudes no hubiesen existido; como si el cultivo de los eclesiásticos, los sobrecitos, las vacaciones, los coches y los departamentos amueblados fuesen obra del Espíritu Santo.

Ante semejante afirmación, conviene preguntarse cuál podría ser la agenda de este prelado pues suponemos que no ha recibido sobrecito[6].

Lo que se ha venido denominando “el complejo legionario de avestruz” refleja perfectamente las afirmaciones de Ghirlanda. Todo aquello problemático o incómodo debe evitarse, por eso la cuestión de un Fundador Falso Profeta no se afronta. Y la interrogante espontánea “Si el Fundador era un fraude, ¿también lo es su obra?”. Encuentra respuesta indirecta en la autoridad “pontificia” de un consejero que elide la cuestión.

Marcial Maciel Degollado fue rechazado 3 veces del seminario por su falta de idoneidad para la vida sacerdotal. Cuando Maciel acudió a Mons. Francisco María González y Arias buscando reincorporarse al seminario Mons. Gonzáles y Arias recibió una carta circular en la que se boletinaba el nombre de Marcial Maciel indicando que el jovencito carecía de idoneidad y que andaba buscando un obispo para ingresar al seminario. Mons. González y Arias decidió acogerlo y darle en particular los estudios que requería para la ordenación.

Este hecho también marcó profundamente a Maciel; incluso en alguna de las narraciones de la historia de la Congregación mencionó con aires reivindicativos cómo su tío le decía: “Si ellos te lo niegan, te lo doy yo”[7]. Maciel aprendió que había otros caminos, incluso para lo sagrado. “Si no me aceptan allá, crearé yo mismo un grupo…”.

Toda esta etapa no ha sido estudiada y ciertamente no esperamos que el “asistente pontificio” pueda hacer algo al respecto para clarificar las cosas. Siguiendo indicaciones del dicasterio, prefiere continuar con el status quo y aprobar cuanto antes una federación.

Marcial Maciel pudo haber fundado una iglesia; sin embargo la religiosidad mexicana con la que vivió su infancia evitó el descarrío. En cambio creó una Congregación con todas las características de una secta (excepto la doctrinal) y se sirvió de la Iglesia y de las debilidades de los eclesiásticos para sus propósitos. Su idea inicial no era fundar, como él mismo admitió en diversas ocasiones, sino juntar un grupo de sacerdotes… ¿con qué propósito? Por esa época se publicó en México la traducción de “La Salvación por la Elite”, obra de Mons. Charles Gibier, obispo de Versailles. Plausiblemente de allí tomó la idea.

La idea inicial era “hacer apostolado y difundir la doctrina católica”[8]; de hecho ese fue el motivo de aprobación de la Congregación y su actividad específica. Sin embargo, con el paso del tiempo la Congregación fue restringiendo su alcance al punto que llegó a decirse incluso oficialmente que “el apostolado específico de la Legión es el Movimiento Regnum Christi”.

Gianfranco Ghirlanda con una manifiesta “voluntad de no saber” ignora los fundamentos y prefiere hacer malabarismos con el tema del carisma y hablar de una especie de circularidad por la cual los fieles asociados a la federación ya viven lo que los legionarios le van a testificar.

Evidentemente no es tarea del “asistente pontificio” realizar una investigación histórica, pero un buen consejero hubiera aconsejado esclarecer los orígenes para no construir sobre arena (Mt.7,26); sino buscar fundamentarse en las palabras de Jesús (Mt.7,24) y construir sobre roca.

Libro que inspiró la metodología de Maciel

Otro aspecto importante de la intervención de Gianfranco Ghirlanda, asistente pontificio, fue su indicación y determinación de asumir como definitivas las votaciones indicativas de la Asamblea anterior. Es más, añadió que si alguien quería replantear algo, sólo podría hacerlo de aspectos secundarios… y eso que no tiene voz, ni voto, ni facultades de gobierno…




[1] México: 14 de marzo de 1975 a Todos los Legionarios: « 55 años al servicio del Reino, y 34 de la Legión, han hecho una amalgama entre mi vida y la obra de Dios. Ya no soy yo por un lado y la Legión por otro; yo soy por la Legión que Dios me quiere, y como mi vida no puede verse separada de la Legión aquí estoy sin poderme ver separado de vosotros. De todos de: de los generoso, de los firmes, de los que dudan, de los que caen, de los que luchan. Sea cual sea la historia personal de cada uno, a todos he llegado a necesitaros por la necesidad de Dios que es la Legión, en cuyo asombroso plan vuestra historia particular se ha convertido en sagrada ».
[2] Tlálpan: 8 de abril de 1947 al Noviciado en Comillas, España: « Quería hablarles de algunos grandes problemas que se han presentado y de los tremendos enemigos que se han dedicado a hacer todo lo que pueden por desprestigiar y terminar con la obra de Dios ».
[3] Cfr. Bollettino Sala Stampa Santa Sede, N. 0466 - 25.06.2014
[4] Cfr. CNP 2347 del 1 de junio de 1980 dirigida  a los Jóvenes del tercer Grado en Madrid.
[5] Eduardo Robles-Gil, Luis Garza Medina, Álvaro Corcuera, y muchos otros para quienes la inducción vocacional requería primero una etapa “intermedia”.
[6] Aunque seguramente sí ha sido objeto del boato y cultivo legionarios… por eso dijo que ya hasta tiene amistad con la Legión y el RC
[7] La expresión no es exacta pues omitimos los mexicanismos “pues qué carambas”
[8] Medios específicos que señala el Decreto de aprobación.

2 comments:

  1. Ja,ja. Ya me había olvidado de esa carta, la de 55 años... que me hicieron recitar como pénsum.

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  2. Articulo con buenos datos, planteamientos y cuestionamientos que deberían de hacer pensar a la cúpula legionaria. Pero me temo que seguirán dentro de su crisálida hermética, su voluntad de no saber. “Tienen oídos pero no oyen” ?Sera que de verdad creen en Dios, en los 10 Mandamientos, “No mentir”? ...

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