Wednesday, March 27, 2024

Abusos de autoridad en la Congregación de Maciel

 Parte 1 de 3

En el llamado «III Informe anual Verdad, justicia y sanación» de los legionarios con fecha del 30 de marzo de 2023 (Referencia en la nota[1]) los legionarios se comprometieron a afrontar los abusos de Autoridad y de Conciencia.

El informe dedica la cantidad de dos párrafos (Inciso III, G  página 21) al tema.

El primer párrafo dice que han atendido puntualmente “algunos” casos. Sin embargo la redacción de dicho párrafo se antoja mentirosa y falaz pues dice que algunas personas se han acercado a un canal independiente. ¿No habían dicho que el canal era independiente y que no compartía datos con la Congregación? ¿cómo resulta que se acercan al canal independiente y la Congregación los atiende puntualmente? Y aunque el “canal independiente” contactara a la Congregación con permiso de la víctima, ¿qué garantiza la independencia si hay semejante nivel de comunicación y tan poca transparencia? ¿hay algún organismo independiente que garantice la privacidad de las víctimas?

El mismo párrafo dice que se han iniciado caminos de sanación, conversión institucional y reconciliación (se entiende que gracias a esos casos puntuales). ¿Cómo puede darse una conversión institucional a partir de unos casos puntuales que además no acudieron a la Congregación? ¿En qué consiste la conversión institucional? ¿Hay algún documento o instructivo al respecto? ¿Cómo puede un caso puntual que acude a un “canal independiente” ser causa de conversión institucional?

Dirección espiritual / Diálogo formativo

 

El segundo párrafo establece el compromiso para el 2023 de formar una comisión para afrontar global y sistemáticamente este tipo de abusos.

Sin embargo, a lo largo de todo el 2023 no hubo ningún comunicado de parte de la Congregación; por tanto se entiende que nunca se estableció ninguna comisión. Es posible que el siguiente “informe”[2] incluya algún párrafo que asegura que ya trabajan sobre ello y que hasta han nombrado a un equipo… un equipo que no ha sido dado a conocer y que estará consultando a algún reconocido canonista[3].

Afrontar los abusos de conciencia y autoridad es una tarea establecida por el Capítulo General; el mismo párrafo del llamado “III Informe” cita dicho compromiso (nota de pie en el documento num. 21).

Diversos colaboradores y el Equipo de Liberabit Veritas han intentado contactar a quienes participaron en el Capítulo General preguntando por el compromiso. La respuesta ha sido siempre la misma: el silencio[4].

 

Tipificación de los Abusos

Los miembros del Capítulo General de 2020 establecieron (num.21 del comunicado):

 

El ministerio sacerdotal nos exige respetar con suma delicadeza la dignidad de toda persona redimida por Cristo y su libertad. Habiendo constatado con tristeza también algunos abusos de poder y de conciencia en el ejercicio de la autoridad y en nuestra actividad apostólica, pedimos al gobierno general analizar esta realidad compleja y proponer medidas apropiadas en vista de la formación pastoral, de la prevención de cualquier tipo de abuso y de la sanación de las personas afectadas.

 

El Capítulo General no definió que entienden los legionarios por “abuso de poder” o por “abuso de conciencia”. Tampoco el gobierno de John Connor, a la fecha, ha especificado el término. Por tanto, la primer tarea de una comisión para afrontar los abusos no sexuales debe ser definir el alcance y la comprensión del abuso en sus diferentes modalidades.

A diferencia del abuso sexual donde la mayoría de las líneas son nítidas y están definidas, en el abuso de conciencia, el abuso de poder y el abuso psicológico todos los bordes están borrosos. Si para el reporte de abuso sexual en la Congregación fue suficiente (según el criterio mismo de la Congregación) un equipo interno del núcleo fiel, para otro tipo de abusos es necesario contar con expertos externos pues la Congregación no los tiene.

Han pasado 4 años desde el Capítulo y sólo se promete que se establecerá una comisión, deseamos que no suceda lo mismo que con otras promesas[5].

Nota: la presente reflexión se refiere a la Congregación fundada por el depredador serial, Marcial Maciel, actualmente llamada “legionarios”. El abuso se da en otras realidades sociales que exceden el alcance de esta reflexión.

 

Abuso de Poder y Autoridad

El Equipo de Veritas Liberabit ofrece un acercamiento al abuso de poder y/o autoridad apoyándose en la experiencia de quienes lo han sufrido. A diferencia de los informes abstractos con mucha presentación donde se habla de algo que alguien cometió en algún lugar, tratamos de ser concretos y respaldar lo que se dice con testimonios específicos.

Antes de desglosar este un intento de definición es necesario decir que el ejercicio torpe de la autoridad no es propiamente un abuso. A lo largo de las entrevistas nos hemos encontrado con múltiples experiencias negativas de exlegionarios que sufrieron a más de un Superior de comunidad, pero que no constituían propiamente un abuso de autoridad. La lista de Superiores que hirieron a legionarios con un ejercicio torpe de la autoridad es muy amplia, y esto se explica porque la mayoría de quienes ejercían el “servicio” de la autoridad eran seleccionados por su lealtad a Maciel, por su adhesión al sistema, por su capacidad de informar o incluso por el patrimonio familiar, pero no por su prudencia en el gobierno[6]

El tema del ejercicio de la autoridad en la Congregación al menos desde 1947 a 2020 merecería un estudio independiente. La forma de ejercer la autoridad en la Legión implica todo el “sistema de poder”[7] con el que la Congregación era gobernada y esto se ve con claridad cuando se afronta objetivamente la cultura interna de control.

Es un hecho que el ejercicio de la autoridad en la Congregación era muy defectuoso (omitimos cualquier valoración a partir de la llamada “renovación”[8]) por varios motivos que valdría la pena estudiar. Tal ejercicio también causó muchas heridas a muchos religiosos pero de suyo no constituyó un abuso de autoridad o de poder.

El Vaticano se refirió al ejercicio de la autoridad en la Congregación como un “sistema de poder”; de hecho las primeras acciones del Delegado Pontificio[9] se dirigieron a sanear el servicio de la autoridad. Para muchos legionarios esas disposiciones no significaron demasiado pues entendían que por estar en tiempo de “fundación” no se tenían Consejos y demás órganos reguladores del ejercicio de la autoridad…. El tema merecería una reflexión independiente pues sin incurrir propiamente en el abuso de autoridad, la forma en cómo se ejercía el “poder” en la Congregación era muy dañino para muchos religiosos.


Informe genérico y con espacio vacío

 

A lo largo de un sinnúmero de entrevistas y testimonios hemos podido constatar dos esquemas distintos. El primero se refiere a acciones que afectan en particular y que podríamos calificar como abuso de autoridad o de poder. El segundo esquema se refiere a acciones que afectan a muchos a la vez y que no podríamos calificar directamente como abuso de autoridad, sino como una acción controladora, la cual es en sí, un abuso de autoridad o de poder.

De este modo, podemos definir el abuso de autoridad/poder como una conducta basada en una relación de poder, jerarquizada y desigual, por acción u omisión, que lleva a la ruptura o distorsión de la relación de confianza dentro de la cual la persona es manipulada o es utilizada para propia gratificación o de la institución.

La acción controladora podría ser reconocida (más adelante se clarifica mejor) cuando alguien repetidamente atemoriza o hiere o aísla a otra persona o personas para controlarlas.

 

Continuará

Desglosaremos ambos acercamientos en la siguiente entrega



[2] La presente reflexión comenzó a prepararse durante febrero de 2024; a inicios de marzo aún no ha sido publicado el siguiente informe de atención a víctimas.

[3] Con ese argumento escamotearon el compromiso de establecer una comisión para esclarecer responsabilidades. A la fecha no han hecho y los informes anteriores hablaban de que habían consultado a alguien.

[4] Hablamos de silencio macielista pues Marcial Maciel afrontaba los señalamientos verdaderos en su contra con el silencio y sólo cuando se levantaban falsos en su contra, respondía. De hecho, cuando se publicó en 1998 el artículo en el Harford Courant la indicación fue NO RESPONDER. Aunque de hecho sí se manejaron distintas respuestas a personas seleccionadas.

[5] Recordamos también que el Capítulo General publicó el compromiso de establecer una comisión para atender a las víctimas del depredador legionario Fernando Martínez (que Dios tenga misericordia de su alma) y hasta la fecha no hay nada. Más aún, el actual director territorial, Alberto Simán, ha dicho que de él no depende y a él no le toca.

[6] Se atribuye a Santo Tomás la siguiente respuesta cuando fue propuesto para superior de comunidad; rechazó el nombramiento diciendo: “el que es docto, que nos enseñe, el que es santo que nos edifique, el que es prudente, que nos gobierne”.

[7] Cfr. https://www.vatican.va/resources/resources_comunicato-legionari-cristo-2010_sp.html Comunicado sobre la Visita Apostólica, 1 de mayo de 2010, num. 5

[8] Pero anotamos que una trayectoria de más de 60 años no puede ser “renovada” con un Capítulo General o con una nueva edición de las Constituciones aunque el volumen sea más delgado.

[9] El obispo Velasio de Paolis (qepd).

Saturday, March 16, 2024

Fiducia Suplicante y Legionarios

Los Hechos

En diciembre de 2023 el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el documento titulado “Fiducia Supplicans”. El documento fue sumamente controversial pues además de confusión, ha provocado división en la Iglesia.

La Congregación de los Legionarios, fundada por Marcial Maciel, no emitió ninguna postura oficial. Tampoco en público, ningún legionario lo ha hecho.

Sin embargo, recientemente, el tercer sucesor de Marcial Maciel, el actual Superior General de los legionarios, John Connor publicó una carta[1] con ocasión de la fiesta de la Cátedra de san Pedro. La carta va dirigida a los miembros de la Congregación.


Uno de los libros publicados por el principal redactor de FS

 

Introduce el tema repasando el arte de Bernini que destaca la silla (cátedra) de Pedro en la basílica vaticana, después habla del primado de Pedro apoyándose en la Escritura y en la Tradición de los primeros siglos del cristianismo; habla del papel de los organismos de la Santa Sede y su participación en el magisterio papal citando Donum veritatis[2] y de la adhesión al Papa por parte de los legionarios. Por último afronta el tema: «Reconozco que actualmente atravesamos un tiempo de especial dificultad en la Iglesia para vivir con serenidad nuestra adhesión al Santo Padre. Observo que, en ciertas ocasiones, hay fuertes diferencias de posturas doctrinales y pastorales que han sido causa de alejamiento a su magisterio (…)».

La postura de Connor tiene cierto mérito pues evita la polémica y exhorta a la unidad: «Los animo a saber distinguir y a mostrar siempre adhesión y filial respeto ante la persona y el ministerio del papa, esforzándose por comprender lo que nos quiere comunicar y enseñar, incluso cuando no se trate de doctrinas infalibles.». También es consciente de la responsabilidad que tienen los sacerdotes de la Congregación por ello exhorta también a «Evitemos especialmente transmitir a los fieles dudas o desafección.»

 

El mérito y el miedo de Connor

Lamentablemente el mérito de Connor con su llamado a la unidad y adhesión al Papa se ve demeritado por varios factores. Ante todo la cobardía.

El silencio de Connor ha sido una característica que ha ido creciendo según avanza su periodo de gobierno. Inició abriendo nuevas cuentas de Facebook y hasta delegando a un administrador para ellas, pero su actividad ha disminuido hasta ser nula. Como superior territorial en Norteamérica publicaba más actividades. De hecho antes aparecía fotografiado en diversas visitas, convivencias y actividades, ahora pesa una prohibición de publicar sus imágenes. El colmo ha sido esta carta dirigida a los legionarios, la cual fue publicada en la página oficial, pero sin membrete y sin firma.

En los foros donde se comenta la actividad de los legionarios continuamente se critica la negatividad con la que se habla de cualquier tema relacionado con ellos; ahora que había una ocasión positiva y meritoria… hay temor y por ello no la firman ni colocan membrete.

 

La responsabilidad

Un segundo aspecto que puede demeritar la carta de Connor es su falta de toma de postura y con ello su falta de respuesta (responsabilidad) ante los sacerdotes y seminaristas a quienes se dirige. En la carta reconoce dificultad y serenidad para la adhesión al Papa Francisco. Dice que observa diferencias de posturas, pero no indica cuáles son. Después anima a saber distinguir (…) esforzándose por comprender (…) incluso cuando no se trate de doctrinas infalibles.

Distinguir es de suyo una acción que implica juicio, pues significa separar eligiendo. Para distinguir es necesario conocer.

El Papa Francisco se ha caracterizado por un estilo ambiguo o mejor dicho, poco claro, pues deja mucho margen a la interpretación personal; John Connor reconoce las dificultades en torno al estilo del Papa y particularmente las dificultades acerca del contenido de la declaración Fiducia Supplicans pero no distingue nada, al igual que el Papa Francisco, John lo deja a la interpretación personal.

¿Exhortar a la fidelidad sin tomar postura es falta de responsabilidad? Depende de quién sea quien exhorta y a quién lo hace.

Cuando se trata de un superior religioso la falta de postura puede ser sólo una actitud política. Máxime cuando la carta no tiene firma. ¿Por qué no hay membrete? ¿Otra vez un error del secretario que publicó el archivo equivocado? ¿o teme incomodar a algún curial vaticano?

 

El ultramontanismo y el papismo

Quienes hemos pertenecido a la congregación fundada por Maciel conocemos cómo se inculca positivamente la adhesión al Romano Pontífice. Sin embargo, dado el infantilismo del ambiente, esa adhesión muchas veces deriva en formas de papismo y papalotría (especialmente en el periodo de San Juan Pablo II).

La fidelidad, la adhesión y hasta el amor filial al Papa deben promoverse, pero no de manera irracional, pues eso equivale a una forma de fanatismo. En este sentido la carta de John Connor es ecuánime y acertada; exhorta al «obsequio religioso de la voluntad y el entendimiento»[3] siguiendo la Constitución Dogmática Lumen Gentium. Incluso habla de oración y estudio ante la dificultad de entender algún texto (refiriéndose implícitamente a Fiducia Supplicans).

Pero a John le falta el discernimiento para distinguir lo que la misma Lumen Gentium llama magisterio auténtico…, subrayamos la palabra auténtico.

En realidad, entre los legionarios y personas adheridas a la Federación RC (y en otros segmentos católicos) más que papismo se da una forma de pensamiento ultramontano[4] (invitamos a leer la nota de referencia de este complejo concepto que ha tenido distintas acepciones  a lo largo de la historia). Y es que el ultramontanismo moderno que se divulgó después del Concilio Vaticano I, arraigó profundamente en la “espiritualidad” legionaria.

En el ultramontanismo moderno con la afirmación de la infalibilidad pontificia algunos teólogos, siguiendo al jesuita Johann Baptist Franzelin (teólogo del Vaticano I y posteriormente nombrado cardenal), promueven la idea de la infalibilidad en la práctica. Esto es: se afirma que el Papa es infalible cuando habla ex cathedra pero como hombre puede cometer errores y pecados; sin embargo, en su actuación como Sumo Pontífice, por especial asistencia de Dios, no puede inducir a los fieles al error o la confusión aunque no hable ex cathedra; por tanto goza de un especial carisma de infalibilidad en su actuar.

La convicción ultramontanista ha arraigado en muchos sectores católicos, de modo que la actuación de un Papa con “errores” sería un indicativo de sede vacante; es decir sería indicativo de que el Papa no es Papa o mejor dicho, de que es un antipapa.

Cuando en Roma se tuvo aquel evento con la Pachamama[5] se comenzó a manejar la idea de que Francisco no era legítimo obispo de Roma. Después ha habido otras intervenciones del Papa que dejan mucho qué desear en cuanto a claridad doctrinal, como el diálogo en el programa “Amen. Francisco responde”[6], etc.

A pesar de está tan difundida y arraigada, esta convicción ultramontanista choca con la misma Sagrada Escritura, pues el apóstol Pablo reprendió al apóstol Pedro (Gal.2,11) pues su conducta era reprobable debido a que daba un testimonio del cumplimiento de la ley ante judíos y no lo hacía ante gentiles. Es decir, su actuar causaba confusión.

Por tanto, el Papa sí se puede equivocar; por ello el obsequio religioso de la mente y voluntad al que se refiere Lumen Gentium requiere del juicio para discernir el magisterio auténtico.

Palabras del Papa en un diálogo espontáneo que no son muy claras o tienen imprecisiones sobre la doctrina moral, no pueden considerarse magisterio auténtico. Una declaración, aún firmada por el Papa, que contradice la doctrina perenne de la Iglesia no puede considerarse magisterio auténtico.

Connor exhorta en su carta diciendo que en «estos casos, se ora, se estudia a fondo el texto magisterial, se procura ahondar en los motivos doctrinales, pastorales o espirituales que están detrás de ciertas posiciones, para comprender mejor las razones por las cuales el Santo Padre la propone». Y eso está bien, pero es insuficiente. Es insuficiente porque cuando se contradice una doctrina perenne de la Iglesia, la oración y el estudio para “convencerse” sólo son una huida del problema.

La Iglesia no puede bendecir el pecado bajo ningún eufemismo ni con ningún pretexto pastoral. Si sólo se insiste en orar y entender dejando de lado la razón, se incurre en derivas voluntarísticas o se cae en la fuga in avanti a la que tanto recurren los legionarios.

 

La corriente moral detrás de FS

A la base de Fiducia Supplicans está una corriente moral que busca el “bien posible” la cual ante la imposibilidad de mayores exigencias morales, busca evitar «males mayores» y conseguir el «bien posible». Es decir, ante la desinformación e ignorancia moral respecto a los valores morales, pues mejor tratar de obtener el bien posible disminuyendo el mal menor inevitable. Por ejemplo, en muchos países hay una generalizada deformación de conciencia respecto a la moral matrimonial, a la moralidad de uniones de personas del mismo sexo, a la moralidad del poliamorío, etc.; esta corriente moral busca mitigar el mayor mal buscando el bien posible. La raíz de esta corriente es el utilitarismo moralista de génesis kantiana.

Por eso mismo, Fiducia Supplicans remplaza el llamado a la conversión por un “proceso de acogida y acompañamiento” de acuerdo a su realidad y al bien posible. Y en esto Fiduccia Supplicans colisiona con los principios morales al hacer malabarismos para introducir la acogida y el acompañamiento con simples bendiciones espontáneas. Justamente en foros de discusión circulan cuestionamientos acerca de las bendiciones: ¿se puede bendecir a miembros del crimen organizado? ¿a secuestradores? ¿a clínicas abortistas?, etc. ¿Por qué se podría considerar un «bien posible» en el caso de una pareja en estado de adulterio o sodomía y a la vez no se podría considerar lo mismo para un par de personas que solicitan la bendición antes de ir a cobrar «derecho de piso»?

 

La falta de formación no se suple con nada

No sabemos si la frase fue plagiada, pero se atribuye el mismísimo Marcial Maciel. Como en muchas otras cosas con la agudeza de un psicópata, ¡cuánta razón tenía! La falta de formación, no se suple con nada. Lo vemos ahora con el obispo Víctor Manuel Fernández pues su cargo al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe no suple su falta de formación.

Por ejemplo, en la declaración Fiduccia Supplicans (No.6) al hablar del sacramento del matrimonio “subraya” que la bendición del ministro ordenado «está directamente conectada» al consentimiento que constituye el sacramento. Con un poquito de catecismo podría haber redactado mejor ese párrafo para no dar a entender que el obispo, el sacerdote o el diácono son también ministros del sacramento del matrimonio.

Un sacerdote bien formado con su corazón orientado a Dios no tiene necesidad de algo como «Sáname con tu boca: El arte de besar»[7], que es un libro publicado por Fernández cuando era sacerdote. Posteriormente ha tratado de explicar que se trataba de una “catequesis” para adolescentes y que las frases son de jóvenes; es decir, que él no lo ha experimentado.

Pero, vamos a ver… ¿Una catequesis? ¿para adolescentes? ¿Cómo puede un adolescente tener experiencia de mucho sexo y mucha satisfacción sexual con su pareja (página 21)? Nuevamente un poco de catecismo habría ayudado a Fernández a entender el alcance del sexto mandamiento.

Si me preguntaran, yo pensaría que un libro sobre el arte de besar corresponde más a la mística de Marcial Maciel que al Prefecto de un Dicasterio. Pero el Fundador de los Legionarios no dejó escritos “místicos” sobre sus experiencias sexuales, sobre sus abusos o sobre los besos.

Además de la “catequesis” sobre el beso, Fernández tiene otro libro titulado “La Pasión Mística. Espiritualidad y Sensualidad”[8] que describe un camino de pasión sexual hacia la unión mística. El texto evidentemente no parece escrito por un sacerdote con la mínima formación moral pues hasta un adolescente de catecismo sabría llamar pecado al consumo de pornografía, cosa que Víctor Manuel desconoce cuando describe la excitación sexual en uno de los capítulos.

Y si no se trata de falta de formación, estos detalles manifiestan una peligrosa tendencia… Si Marcial Maciel y Theodore McCarrick eran los prácticos, ¿Víctor Manuel Fernández es el teórico?

¿Cómo puede llamarse «magisterio auténtico» un documento redactado por alguien con estas “tendencias”?

¿Lumen Gentium exhorta al obsequio religioso de la mente y la voluntad a algo que contradice la tradición y la doctrina perenne?

 

La postura del Equipo de Liberabit Veritas

Con todo lo anterior, subrayamos nuestra postura:

1. Una total adhesión a nuestro respectivo obispo, sucesor de los apóstoles, en comunión con el obispo de Roma.

2. Una total adhesión al Papa Francisco como sucesor de San Pedro, obispo de Roma, vínculo de unidad en la Iglesia.

2. Una total adhesión al magisterio auténtico del Papa Francisco como Pastor supremo que preside en la caridad[9]

3. Una adhesión a la doctrina y a la Tradición de la Iglesia íntegra de la Iglesia, sin epiqueyas o acomodos temporales.

4. La prevalencia lógica del ser sobre el obrar: agere sequitur esse. Esto significa también precedencia de la doctrina sobre la pastoral… las cuales no están en conflicto.


 

Propaganda

Durante el periodo de Maciel, los legionarios habían hecho alarde de su fidelidad al Papa con la frase “Al paso de la Iglesia”; decían (y dicen) que los legionarios estudian y divulgan las enseñanzas del Papa y atienden no sólo sus mandatos, sino también sus deseos.

Sin embargo, los mismos legionarios están “confundidos” respecto a las “enseñanzas” del Papa Francisco. Un sacerdote legionario (cuyo nombre omitimos expresamente) publicó una oración pidiendo luz y fortaleza ante el momento de confusión que se vive en la Iglesia.

Desde la encíclica Amoris Letitia, no ha habido legionarios que promuevan el estudio de las enseñanzas del Papa. Si tanto gozaban del cariño del Papa (en el corazón del Papa decían estar), ¿por qué el Ateneo no ha organizado un congreso sobre Fiducia Supplicans? La Anáhuac de México ya lo hizo…

 



[2] Documento del entonces obispo Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El documento trata de la vocación eclesial del teólogo. Cfr. https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19900524_theologian-vocation_sp.html

[4] El término “ultramontano” (más allá de los montes) se ha referido relativamente al Papa; en la Edad Media cuando el obispo de Roma no era italiano se decía que era ultramontano. Después de la Reforma Protestante el término se usó para referirse al papado como un poder político más allá de los montes, es decir en Roma, Italia; así por ejemplo los galicistas usaban el concepto ultramontano para referirse despectivamente a quienes asignaban un poder monárquico al Papa en el gobierno de la Iglesia. Para el s.XVIII el término se aplicaba a los fieles unidos a la Sede de Pedro. Es necesario entender estos conceptos en el contexto histórico donde el Estado y la autoridad tienen derecho divino y se da una transición del poder en el rey al poder en el pueblo (demos). De esta forma, para el s. XIX ultramontano es quien defiende la libertad e independencia de la Iglesia del Estado. Después del Concilio Vaticano I (1870) cuando el Papa perdió el poder temporal (Italia se anexionó los Estados Pontificios excepto el territorio de la colina vaticana), ultramontano es quien considera (entre otras cosas) que el poder de las llaves dado a Pedro incluye la jurisdicción temporal.

[7] Libro de Víctor Manuel Fernández en 1995 cuando era párroco; Ed. Lumen, Argentina 1995, ISBN 9789507245107

[8] Libro de Víctor Manuel Fernández en 1998, Ed. Dabar en México. ISBN 9789706520555

[9] Expresión de San Ignacio de Antoquía a la Iglesia de Roma (προκαθημένη τῆς ἀγάπης) y en la carta a los cristianos de Esmirna