El presente artículo divulgativo es una continuación de las reflexiones planteadas en 2013 acerca de la autenticidad de Maciel y la Congregación. Debido a la longitud del texto, el equipo de Liberabit Veritas publicará en 3 partes todo el contenido. Para facilitar la lectura algunas acotaciones se incluyeron en notas de pie de página. Sirva este esfuerzo para fomentar una auténtica reflexión histórica, espiritual y teológica.
Un juicio objetivo sobre el caso “Maciel” y sus consecuencias no lo hay hasta la fecha. El corto tiempo ha sido un factor. Pero mucho más, han sido los intereses y las afectaciones lo que ha impedido tener claridad sobre lo sucedido. Comenzando por la Curia Vaticana, no sólo salpicada por Maciel, sino involucrada y engañada. Es sabido que sin “monseñores” corruptos Maciel no hubiera prosperado. También ha tenido parte en este retraso el deseo sincero de no afectar el fervor de una comunidad fervorosa: «La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará» (Is.42,3 y Mt.12,15). O simplemente el problema de organizar una “repatriación” de personas y recursos…
El caso de Maciel no es el único de alto impacto en este período de la Iglesia. Lamentablemente están en situaciones similares otros fundadores e iniciadores de obras: Joseph Kentenich, fundador de Schoenstatt; Werenfried van Straaten, fundador de “Ayuda a la Iglesia que sufre”; Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana y el Cardenal Theodore McCarrick entre otros eclesiásticos[1].
De algún modo u otro, todos estos clérigos tuvieron contacto con la Curia Vaticana. ¿Por qué tantos casos “contemporáneos”? De todos éstos, la Santa Sede sólo ha publicado una investigación.
Columnas en los ornamentos |
Perspectiva desde el caso McCarrick
El Vaticano realizó una investigación[2] sobre el caso del obispo McCarrick. El reporte público tiene 449 páginas; pero el mismo documento señala que sólo se ha publicado la parte documental y aquellos testimonios cuyas víctimas dieron permiso de publicación (a pesar de anonimizar identidades). De igual modo, la investigación reconoce que no se tiene conocimiento de todas las víctimas y qué posiblemente hay personas que aún no o quizás nunca señalen que fueron víctimas de abuso por parte de McCarrick.
McCarrick fue un sucesor de los apóstoles; obispo titular en tres diferentes diócesis norteamericanas y cardenal romano. Es el primer cardenal en la historia de la Iglesia expulsado y secularizado por abuso de poder y abuso sexual. El Prefecto de la Congregación de Obispos, obispo Marc Ouellet, declaró[3] que la investigación era necesaria ante todo por respeto a las víctimas.
Sin embargo la investigación no se realizó por respeto a las víctimas. No fue académica, no fue forense ni mucho menos judicial. Con claridad, en varias ocasiones se establece que el objeto de la investigación fue determinar el conocimiento institucional que se tenía de la conducta de McCarrick en el contexto histórico en el que los Papas (Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI) tomaron decisiones acerca del mismo McCarrick.
Cuando Pablo VI nombró obispo a Theodore McCarrick no hubo ninguna señal de alerta durante las indagaciones previas[4]. Cuando Juan Pablo II lo promovió como obispo de Washington ya había acusaciones, por eso 4 obispos realizaron una ulterior investigación que no fue concluyente. La investigación sesgada, la falta de rigor al analizar acusaciones y las mismas declaraciones de McCarrick jurando sobre su investidura episcopal inclinaron al Papa Juan Pablo II a creer al depredador. Aún no se conocía ninguna víctima y no había habido ninguna acusación[5].
McCarrick fue un depredador[6] serial. Usó su investidura para depredar sus víctimas, las cuales fueron principalmente adultos en una relación asimétrica; ello significa abuso sexual con abuso de poder, abuso de confianza, abuso de autoridad, abuso psicológico y abuso de conciencia. Pero el daño causado va mucho más allá del agravio que sufre únicamente la persona abusada. El daño se extiende a la comunidad eclesial y a la sociedad. ¡Más le valiera una piedra de molino al cuello! (Mt.18,6).
Si bien el Vaticano trata de preservar la autoridad pontificia, el Papa Juan Pablo II personalmente queda bastante implicado. Humanamente el Papa cometió un error grave. El reporte y los documentos muestran con claridad que fue un error, no fue complicidad, no fue negligencia, no hubo encubrimiento. El error humano de Juan Pablo II tampoco afecta su santidad de vida… simplemente lo hace eso, humano[7].
¿Por qué el Vaticano no realizó una investigación en el caso Maciel como la de McCarrick, o sobre el caso Figari, el caso Kentenich, o los demás casos de alto impacto? ¿No debería el Vaticano realizar una investigación sobre este fenómeno en conjunto y el involucramiento de la Curia? Pareciera que mientras la figura del Papa salga “limpia”, no importa que la Curia sea un sepulcro blanqueado (Mt.23,27).
San Juan Pablo II y su amigo Maciel |
Si analizamos el caso Maciel con la perspectiva del reporte sobre McCarrick encontramos que éste también cometió abuso sexual contra seminaristas y abusó de su investidura, cometió abuso de poder, abuso de conciencia y ejerció abuso psicológico; pero además cometió otros crímenes gravísimos (abuso sexual de menores no seminaristas, bigamia, abuso sexual de sus hijos, tráfico de drogas, drogadicción, fraude, daño a la propiedad ajena…) y otra serie de crímenes que por atentar contra Dios y la santidad de los sacramentos podrían considerarse aún más graves: sacrilegio, absolución del cómplice en materia de sexto; posible simulación en la celebración de sacramentos, etc. La comparación es repugnante, pero el número de personas dañadas, la diversidad de crímenes y el alcance geográfico es mayor en el caso del depredador Maciel con respecto al depredador McCarrick. Uno fue presbítero y el otro obispo, hay una diferencia de grado importante, pero de cara al daño social y eclesial, el grado sacerdotal no parece significar mucho. Ambos engañaron a Juan Pablo II y Maciel además engañó también a Pablo VI.
Es necesario aclarar que sí hubo una investigación sobre Maciel. Puntualicemos: la investigación sobre McCarrick tenía por objeto contextualizar el conocimiento que se tenía al momento de tomar decisiones acerca de la persona que estaba siendo promovida a una dignidad eclesiástica o a una sede. Es decir, propiamente no se investigó a McCarrick, sino que se investigó el conocimiento que se tenía de sus actos criminales; en definitiva se trató de averiguar cuánto sabían los Papas y con qué soporte promovieron a McCarrick. En cambio, la investigación sobre Maciel tenía por objeto adquirir certeza moral de la veracidad de las acusaciones de las que se tenía amplia documentación[8].
McCarrick no mancha el pontificado de Pablo VI[9], pero sí[10] el de Juan Pablo II y lo hace directamente aunque existe el atenuante de un informe no conclusivo. Maciel en cambio, mancha a ambos Papas; pero respecto a sus decisiones la afectación es indirecta porque no tenían que ver con la persona de Marcial Maciel sino con su Congregación; sin embargo la afectación es más personal porque ambos Papas respaldaron la persona de Maciel.
El informe acerca de Maciel no fue hecho público y tuvo más corto alcance que el de McCarrick; se entrevistó a algunas de las víctimas más públicas y a algunos testigos; fueron entrevistados también varios obispos cercanos a Maciel… no se buscó ser exhaustivo por lo que en cuanto se contó con elementos suficientes para tener una “certeza moral” se concluyó la investigación.
Al constatar que Marcial Maciel era un criminal, ¿qué pasaría con su obra? ¿Un Fundador que se corrompió? ¿Desde cuándo comenzó a suceder todo esto? ¿Afecta a la inspiración de fundar?
El Evento Fundacional
La Santa Sede[11] huyó del problema (¿nunca se lo planteó?) que implicaba un fundador criminal. Irresponsablemente Benedicto XVI no repasó las aprobaciones vigentes que de algún modo estaban vinculadas a la persona y figura del Fundador. ¿Desde cuándo Maciel se corrompió? ¿Acaso desde la fundación o ¡incluso antes!? ¿Fue legítima la fundación? ¿hubo fraude como señalaban algunos exlegionarios?
A diferencia de
santos fundadores donde hay un “evento fundante” que implica una fuerte
experiencia espiritual y teológica, en el caso de Marcial Maciel no hay nada; o peor aún, hay narraciones mentirosas.
Este dato es importante porque no se trata de una persona que recibió una experiencia fuerte del Espíritu y posteriormente se deformó. Algunos de los primeros religiosos siguen creyendo de algún modo en la deformación a causa de la automedicación; es decir, argumentan que Maciel era fiel, pero acabó con su salud por exigirse demasiado y automedicarse.
Cuando se le preguntó a Maciel directamente acerca de la motivación para fundar, desvió la respuesta refiriéndose a Dios[12] que le preparó con “suavidad” hacia la fundación. Todo lo que dijo Maciel acerca del origen de su vocación en diferentes ocasiones (principalmente en conferencias o quaestions[13]) da una pista de sus motivaciones, quizás incluso desconocidas para él mismo.
Maciel había referido[14] que su niñez fue marcada por el sufrimiento físico y moral; es decir no hubo la suavidad de Dios que falsamente mencionaba. Del sufrimiento moral en la niñez y adolescencia sus hermanos dieron testimonio en una conferencia[15]; mencionaron que “Marcialito” se orinaba por la noche en la cama hasta los 12 ó 13 años. Este síntoma[16] se maneja en psicología como una manifestación de un desajuste psicoafectivo, estrés o ansiedad y se piensa es que “Marcialito” sufrió algún tipo de abuso físico o sexual por parte de los jornaleros de su padre o por parte de alguno de sus hermanos mayores. No es normal el sufrimiento moral de un niño con una familia formada, con recursos económicos altos y vida de campo.
En una[17] de las narraciones[18] de la historia de la Legión, Maciel refiere cómo le vino la idea del sacerdocio. Evaristo Sada, David Murray y Ángeles Conde recogieron y amplificaron ese suceso en el libro “Fundación, historia y actualidad de la Legión”[19]. Fue en mayo de 1934 (14 años de edad) por un encuentro fortuito con dos religiosas que pensaban que él había ido al seminario. De acuerdo con el libro mencionado, el muchacho se preguntó “¿Yo puedo ser sacerdote?”[20] y las religiosas le respondieron que sí. El testimonio sigue completamente “endulzado”, según la narración Marcialito regresó al templo y de rodillas con la frente en la tierra besó la mano amorosa que le hacía ese don, bla,bla,bla…
Antes de las narraciones de 1992 (fuente principal del libro Fundación), Maciel había expresado en otras ocasiones[21] que había recibido la vocación sacerdotal a través de una voz interior en su conciencia. De suyo no hay contradicción entre el suceso con las religiosas y la voz interior, pero el énfasis narrativo es más que significativo; los propagandistas de Maciel destacaron[22] el encuentro de la calle “Javier Mina” relegando al olvido “la voz interior”. Maciel nunca corrigió esto, pues la anécdota de un encuentro con religiosas era más “tangible” que una voz interior.
Se ha manejado también la tesis de que Maciel vio en la vocación sacerdotal una salida de su pueblo natal lo cual le permitiría huir de quien había abusado de él[23]. Si bien no es posible definir con claridad la tesis de la huida[24], hay muchas expresiones del mismo Maciel en las que se puede apreciar un vínculo mental que relaciona los conceptos: dolor – vocación desde la infancia. Por ejemplo en 1956 escribe «Mi niñez y mi adolescencia las puedo definir en dos palabras: Dolor y Amor. Todos esos años El permitió que pasara por singulares sufrimientos físicos y morales. No me concedió tregua. Así me preparó para la segunda parte que me tenía designada en el amasar y formar de la Legión (…) Con esa base, en esa compañía, y por mandármelo Él, emprendí la obra de la Legión. Pronto me di cuenta que lo que Él más quería era asociarme a su dolor (…)»[25].
Significativamente él casi nunca habló de su vocación sacerdotal, sino que se refería a la vocación a la fundación[26]. Más aún, Maciel sustituyó la idea de la vocación sacerdotal con la idea de la fundación. Esto ocurrió poco después de haber salido de su casa. Según su narración, fue en la capilla del seminario de Veracruz ubicado en Atzcapotzalco en la Ciudad de México en 1936, una “moción del Espíritu Santo” según dijo Maciel en 1992 (más de 50 años después). La “moción” le comunicó a Marcial la idea de formar[27] un grupo de sacerdotes que se dedicara sin medida a la predicación y extensión del Reino de Dios.
Tal “moción del Espíritu” es el fulcro fundacional de la Legión, de la Federación, de los Consagrados, de las Consagradas, de los Permanentes, y demás iniciativas que reconocen a Maciel como fundador. Sin embargo ninguno de ellos le da mucho valor; o mejor dicho, no le prestan mucha atención. Tampoco Maciel le dio mucho valor, pues habló poco de ello y lo hizo más de 30 años después. Además, hay varios aspectos que hacen dudar de su autenticidad.
En primer lugar, Maciel tomó esta inspiración como una idea absoluta, pues aunque refiere que lo comentó con el director espiritual del seminario (cuyo nombre omitió) no le da importancia a tal guía espiritual[28]. En segundo lugar, Maciel no habló de ella sino hasta mucho tiempo después, del mismo modo como habló post-factum de la “moción”[29] para proceder a la Erección Canónica. En tercer lugar, Maciel nunca “ejerció” dicha inspiración sino que siempre la aplicó a otros. Por último, Maciel se colocó siempre al centro de esa idea, aunque narraba con falsa humildad cómo le pedía a Dios que eligiera a otros…
La idea de la fundación es muy importante en la evolución del pensamiento de Maciel puesto que la idea del sacerdocio pasó a un segundo plano. Esto es muy delicado. Maciel no abandona la idea del sacerdocio, sino que ésta queda supeditada a su fundación[30]. La tarea, según la “inspiración” (que él dice haber recibido) ya no es tanto ser sacerdote, cuanto reclutar a otros para que lo sean.
De esta forma y con la idea de la fundación fija en la mente, en el seminario de Veracruz situado en Mixcoac[31] (Ciudad de México) forma un pequeño grupo con algunos compañeros; era el año de 1938. Narrado en 1992 este grupo de seminaristas es presentado como compañeros entusiasmados con la idea de la fundación; tal narración es un relato post factum puesto que el mismo Marcial reconoció que inicialmente no tenía idea de una fundación ya que por entonces sólo trataba de “formar un grupo de sacerdotes que se dedicara sin medida a la predicación”[32].
Después de esto, Maciel fue expulsado “repentinamente” del seminario.
El obispo González Arias el 3 de enero de 1942 con los adolescentes reclutados hasta ese momento |
Si la causa de expulsión hubiese sido la idea de fundación, previamente habría habido advertencias y avisos y Maciel lo habría incluido en sus narraciones. Pero sólo menciona que “los superiores del seminario (…) están disgustados con el grupo que se ha creado dentro del seminario y con sus ideas de fundación”[33].
Por un boletín eclesiástico de 1940 sabemos que Maciel había sido expulsado de Montezuma y que la causa que se comentó a propósito de dicho boletín fue “prácticas contra la moral que involucraba a otros”, ¿fueron estas causas también el motivo de la expulsión del seminario de Veracruz? ¿Fue Marcial Maciel el único expulsado o también otros “involucrados”?
El tema es gravísimo y de suma importancia incluso para el evento fundacional. Si Maciel fue expulsado del seminario ya en 1938 por incitar a otros a prácticas homosexuales[34] en el seminario, la idea de la inspiración fundacional puede ser completamente una construcción artificial; además queda claro ya desde 1938 que había dudas fundadas[35] sobre su falta de idoneidad para la vida sacerdotal.
Según las narraciones de Maciel, en el seminario de Veracruz reunió a unos 12 seminaristas; en Montezuma llegó a 34. Después en Cotija juntó 8 ó 9, pero esta vez fueron niños pubertos y no seminaristas; posteriormente en la Ciudad de México reunió a 13 adolescentes, de los cuales tampoco ninguno siguió.
Desde el inicio de la fundación Maciel hizo que se venerara su persona de un modo destacado. Para respaldar esta veneración se presentaba como el líder sacrificado[36], injustamente perseguido[37], calumniado y traicionado[38]. Para 1958 ya se comparaba[39] tácitamente con Jesucristo y aplicaba algunas características[40] de la Iglesia a su Congregación.
La Fundación de los misioneros, lejos de ser un evento teológico, fue una obsesión en la patología del Fundador. Maciel se considera a sí mismo el “indigno elegido”[41] por Dios para esta obra que es el postrer esfuerzo de su Corazón[42] y él y sólo él es el punto de referencia para la fundación[43].
No
es el caso repasar toda la historia de la Congregación, pero sí era importante destacar
lo que los propagandistas[44]
definen como el momento fundacional, en el cual de facto, no hay un evento de
inspiración fundacional. Maciel revisó la redacción de las crónicas y
posteriormente él narró la historia siempre acomodando y reinterpretando los
hechos no sólo para ocultar sus crímenes (ahora ya conocidos) sino para
presentarse en un aura de santidad. Poco se ha mencionado la mitomanía[45]
de Maciel, pero esta afección patológica juega un papel importantísimo en la
creación de su culto según veremos enseguida…
C o n t i n u a r á...
[1] Hay más casos de fundadores, como el chileno Fernando Karadima, pero dichas fundaciones eran de derecho diocesano. De Roma sólo requerían nihil obstat y otros trámites que no involucran directamente a la persona.
[3] Rapporto McCarrick Ibid., pag. 5
[4] Sumario del reporte acerca de Pablo VI, pag.5. Cfr. https://www.vatican.va/resources/resources_rapporto-card-mccarrick_20201110_en.pdf
[5] Sumario del reporte acerca de Juan Pablo II, p.6-9. Ibid.
[6] Las víctimas fueron principalmente seminaristas adultos. McCarrick fue acusado anónimamente de pedofilia, pero al parecer fue efebofilia; es decir, abuso de jóvenes y no tanto de niños.
[7] Las voces que pedían el título de “Magno” para él, poco a poco se han ido apagando según emerge más evidencia de errores y negligencias que cometió.
[8] El Vaticano poseía documentación sobre Maciel desde los años 40s, pero la Curia lo negaba abiertamente y cuando lo admitía restaba valor a tal evidencia. Esto también amerita una investigación porque hay un daño real a las víctimas, a la Santa Sede, a la Iglesia y a la sociedad.
[9] La investigación mostró que la decisión de hacerlo obispo estuvo respaldada por múltiples testimonios positivos y no hubo ninguna sospecha de conductas negativas. https://www.vatican.va/resources/resources_rapporto-card-mccarrick_20201110_en.pdf p. 5
[10] Ibid. Pag 5
[11] Se usa Vaticano, Santa Sede y Curia Romana de modo indistinto; sólo al hablar del Papa o la autoridad pontifica se hace la distintinción.
[12] CNP 264 a señoritas; 25 de octubre de 1978 «La razón última de la fundación del Movimiento es la voluntad de Dios. El, con infinito amor me eligió, y me fue llevando con suavidad hacia la realización de esta obra.»
[13] Los legionarios denominan quaestions a una conferencia donde se responden preguntas. Maciel usó mucho este recurso para hacer ver que respondía a inquietudes de la comunidad; sin embargo en muchas ocasiones las preguntas habían sido pre-redactadas y asignadas a un religioso.
[14] CNP 275; 29 de marzo de 1956
[15] Roma, 1991. El testimonio es creíble por el mismo contenido de la revelación, por el pudor con el que lo exponen.
[16] La enuresis nocturna puede ser causada por motivos fisiológicos o psicológicos principalmente problemas afectivos.
[17] En otras ocasiones había dicho que la idea del sacerdocio comenzó con una voz interior; si bien no se contradicen ambas narraciones, la falta de claridad en un evento tan importante es un síntoma de inautenticidad.
[18] Maciel hizo varias narraciones de la historia de la Legión siempre con el mismo estilo “autohagiográfico”; en los años 80s registró en cassettes una serie de audios donde recorría desde el origen de su vocación hasta el decretum laudis.
[19] Fundación, Historia y Actualidad de la Legión de Cristo, Ed. El Arca, 2007; pag.19
[20] Ibid., pag.20
[21] Por ejemplo en la conferencia a los sacerdotes en su período de renovación espiritual, Cotija, Mich. 5 de julio de 1989
[22] Evaristo Sada hasta mandó a colocar una placa en el lugar donde supuestamente Marcialito tuvo el encuentro con las monjas.
[23] Maciel mencionó que él había sido abusado de niño. Lo hizo al menos a dos de sus víctimas mientras las solicitaba sexualmente. Juan José Vaca refiere que pudo haber sido uno de los hermanos de Marcial; Alejandro Espinosa indica que fueron los jornaleros del rancho “Poca sangre”.
[24] La tesis de que la vocación de Maciel fue una huida ya había sido planteada por Jesús González. Cfr. https://todomaciel.wordpress.com/2011/03/15/maciel-fue-vctima-de-abusos-sexuales-2/
[25] CNP 275; 29 de marzo de 1956
[26] Sería deseable establecer una cronología de las expresiones de Maciel (organizadas por nivel de autenticidad) sobre la vocación y sobre la inspiración de fundar; la extensión del presente artículo impide que agreguemos dicha información.
[27] Libro “Fundación…” ibid. pag 64
[28] Libro “Fundación…” ibid. pag 64
[29] Maciel comenzó a hablar de una moción del Espíritu Santo hasta los años 80s cuando inició la narración de la historia. Anteriormente nunca usó la expresión en ninguna de sus cartas, ni siquiera en las dictadas.
[30] Por ejemplo en una conferencia en el centro de estudios superiores de Roma, 7 de mayo de 1981, Maciel habla de su vocación a fundar.
[31] Maciel fue trasladado de la sede del seminario de Atzcapotzalco a la sede de Mixcoac después de las vacaciones; no hay detalles del motivo del cambio. Pudo ser algo meramente organizacional.
[32] Fundación, Ibid. pag. 64
[33] Ibid. pag. 64
[34] Masturbación mutua
[35] Durante el periodo de persecución religiosa y con seminarios clandestinos, expulsar a un seminarista por envidias es una causa impensable y ridícula. Maciel narró esto ocultando la verdadera causa de su expulsión.
[36] CNP 1651; 22 de abril de 1955 «(...) desde mi llegada de México he debido llevar casi diariamente la cruz de mi enfermedad. Encomiéndeme mucho, mi carísimo hermano, porque veo cercano el ocaso de mi vida y tantas cosas por hacer. No ha sido más leve que mi sufrimiento corporal, intenso como nunca, la pena moral que Jesucristo quiere regalarme, y es que veo crecer a la Legión y no se conserva su espíritu.»
[37] CNP 24; 15 de septiembre de 1946 «La persecución me alienta desde el día que acabé de comprender que el sufrimiento es la única fuente de fecundidad en el apostolado por la gloria de Dios y las salvación de las almas.»
[38] CNP 71; 29 de noviembre de 1948 «Así, perseguido, calumniado, incomprendido, difamado, traicionado, quizá derrotado ante los hombres, pero con el consuelo de haber servido a Dios, seguiré por este camino de la vida, luchando y trabajando para que El reine primero en vosotros, hijos míos y después en todos los hombres y sociedades y en mí, miserable e indigno siervo suyo.»
[39] Por ejemplo Maciel decía que su texto favorito del Evangelio era el de la vid y los sarmientos, también decía que los legionarios eran brotes de la rama podada que era su vida: CNP 1536; 14 de marzo de 1975 «os veo también como hijos que habéis nacido de la rama podada de mi vida, convirtiéndoos en ella, a mi muerte, en vida; la Legión y el Movimiento que Dios me ha querido, sois vosotros a quienes he llegado a sentiros tan hondamente como mi misma vida y mi propia existencia.».
[40] Las referencias son múltiples y muy variadas, algunas más sutiles, por ejemplo CNP 188 del 1 de febrero de 1953 «Al elevarse el avión, os vi primero a vosotros, y después como en cinta cinematográfica, pasó ante mis ojos la visión de San Pedro. Este cuadro evocó recuerdos y me sumí en la contemplación de la fundación de la Iglesia, con sus Apóstoles, sus mártires, sus perseguidores y sus Judas... Todo ello lo fui barajando en mi mente, y como la Iglesia, y dentro de su seno maternal, vi surgir a la Legión siguiendo sus huellas y calcando humildemente su historia. Y vi más claramente que nunca la Providencialidad de la Legión, su misión...».
[41] CNP 65; 6 de mayo de 1948 «Quizá os parezca demasiada literatura, pero es en realidad lo que yo, como instrumento indigno, elegido por Dios para la fundación del instituto del Papa (…)»
[42] CNP 6; 26 de mayo de 1946.
[43] Hay muchas referencias de esto; por ejemplo CNP 50, 19 de mayo de 1947 «(…) han de comprender las ansias inmensas que tengo, como Fundador y transmisor de la Voluntad Divina para los miembros del Instituto (…)»
[44] Evaristo Sada promotor de la “mística”, los autores del libro Fundación, Rafael Arumí y otros que contribuyeron a fortalecer la imagen de santidad con la que Maciel se presentaba a sí mismo.
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