Monday, March 26, 2018

Pesperctiva Vocacional…

El viraje “jurídico” de los 3GMs a finales de 2017 y las afirmaciones subsiguientes (“comunicado”) renuevan interrogantes no sólo sobre su propia identidad y naturaleza, sino sobre la razón de ser de todo el grupo fundado por el reconocido criminal Marcial Maciel Degollado.

Este artículo recoge algunas reflexiones sobre la vocación, la misión, el destino y la generosidad al interno del grupo LCRC. El equipo de Veritas Liberabit Vos no llegó a un acuerdo en algunos temas, por lo que hay algunas opiniones divergentes según se señala a lo largo del artículo y algunos temas se presentan inconclusos. El análisis usará material reciente (publicaciones, videos y escritos) generalmente publicado “oficialmente”. Vamos de lo más abstracto a lo más concreto… La presente reflexión presupone algunos conocimientos básicos de doctrina cristiana; por tanto no es un texto de divulgación general.

Existe en casi todos los miembros que pertenecen al grupo LCRC un fuerte sentimiento de “misión-destino”  por el cual estarían, “vocación”, llamados a algo[1].

Llamado y envío pertenecen a lo más profundo del misterio cristiano, desde las misiones Trinitarias, hasta el Llamado del Hijo y la elección-envío de los 12 Apóstoles. La elección-envío de los 72 discípulos, la elección de Saulo y el envío de Pablo, etc.

El eje de la Vocación (elección) es el misterio cristiano, incluso desde la perspectiva veterotestamentaria; el eje del envío (misión) es el misterio pascual y/o su anuncio o prefiguración en tiempo de los profetas.

Sin embargo, en la atmósfera LCRC el sentimiento de misión-destino no está centrado en el misterio pascual; del mismo modo la “vocación” no siempre pertenece al misterio cristiano. Es decir, para quienes se encuentran en dicha atmósfera la “vocación” es más un sentido de pertenencia que propiamente un llamado. Esto se puede verificar fácilmente con las discusiones que los mismos legionarios tenían durante la época de apogeo de los colaboradores. Por ejemplo algunos decían que ser colaborador era cuestión de “generosidad” y otros decían que ser colaborador era una vocación dentro del Movimiento. En el ambiente LCRC se habla de vocación con un sentido de pertenencia despojando al vocablo de su significado original. Vocación=”pertenecer a un grupo al que Dios te ha destinado”

Si cuestionamos un poco estos conceptos según las publicaciones y expresiones recientes podemos encontrar no sólo una falta de formación doctrinal básica, sino algunas ideas más propias de un grupo encerrado en sí mismo.

¿Cómo es posible hablar de vocación dentro del Movimiento? ¿Acaso el que llama no es el Mismo Señor de todos? Se les dice a los miembros del RC que se trata de una vocación particular ¿Vocación particular? ¿Acaso hay una vocación particular dentro de la vocación particular del Movimiento dentro de la vocación cristiana? ¿No resulta hasta absurdo expresarlo así? ¿Con qué autoridad los legionarios establecen cuál es una vocación, una sub-vocación o incluso una sub-sub-vocación?

Evidentemente no usan esta terminología, pero cuando “traducimos” sus ideas a conceptos definidos, aparece el ridículo. Una vocación particular dentro de la vocación cristiana es una sub-vocación; y una vocación dentro del Movimiento es una vocación particular dentro de la Vocación al Movimiento: por tanto una sub-sub-vocación.


Cristo, ¿invita a pertenecer al ECYD?


Tristemente no hay literatura al respecto dentro del Movimiento para clarificar todas estas expresiones; del mismo modo como no hay reflexión teológica o espiritual sobre la Obra de Maciel. Sin embargo sí usan esos conceptos. Por ejemplo, en la página web oficial del ECYD[2] describen esta organización como una “respuesta a Cristo”, es decir, vocación (ver imagen de enero 2018). Ciertamente no se habla de un llamado explícito y podría decirse que se trata de un uso análogo del concepto (o quizás un uso equívoco). Pero el otro día en los anuncios parroquiales el párroco invitó a nombre propio a participar en el grupo de oración. ¡Qué diferencia con los legionarios! Ellos hubieran dicho: “Cristo te invita”. Y preguntamos, ¿con qué autoridad los directores del ECYD se atribuyen la facultad de indicar que la adhesión a su club es una respuesta a Cristo?

Otro ejemplo donde también usan el concepto adulterado de “misión” lo podemos encontrar en la página oficial de los Colaboradores.

Click para ver en grande y leer el texto


El texto es de 2017, aunque parecería de antes de 2009. Explícitamente hablan de “presentar las distintas vocaciones que existen en el Regnum Christi (Matrimonio, Sacerdocio, Laicos Consagrados)”.

¡¡¿Vocaciones que existen en el Regnum Christi??!

Lo que llamaron una “jornada de discernimiento” para colaboradores en realidad se trata del conocido proceso de inducción vocacional que siempre hemos conocido en la Legión, pero ahora muestran lo que ellos llaman “plenitud vocacional” (más adelante lo analizaremos) para disfrazar un poco las cosas. Por si hay lectores que niegan esto, en el mismo artículo arriba citado dan testimonio del momento en que tuvieron que sacar los pañuelos “momento emotivo”, cuando 3 colaboradores (no uno ni dos, ¡sino 3!) compartieron que irán al candidatado… Y como en la Legión de siempre lo que importa son los números, además de esos 3, otro anunció que dará más años y otros dijeron que harán su proceso vocacional en la universidad, porque según dijo otro “en esa jornada se dio cuenta que hacía las cosas más por presión social que por convicción (como si en dicha jornada no hubiera presión legionaria)”.

La referencia a las “vocaciones que existen en el Regnum Christi” es innegable. Casi como decir, los distintos tipos de “afiliación”, sobre todo ahora hablando de la “federación”. Puedes afiliarte como “laico consagrado” (lo que ello signifique), como sacerdote, o como matrimonio, como si el matrimonio fuese una vocación “dentro” de la Obra de Maciel… “las distintas vocaciones que existen en el Movimiento”…

Volvemos a los dicho previamente y la carencia de profundidad teológica en el grupo LCRC, ¿no es el Señor quien llama? Entonces, ¿con qué autoridad establecen que hay “vocaciones dentro del Movimiento”? ¿De verdad podemos decir que el Señor llama a un Movimiento? ¿Hay algún texto en la Biblia, en la Patrística o en la Historia de la Iglesia donde haya un testimonio en el que el Señor llame a alguien a incorporarse a un “grupo” (y además fundado por alguien carente de sentido religioso)?

En el caso de la “Misión” la corrupción del concepto y su consiguiente devaluación, son aún mayores; aunque en este caso se percibe mucho la influencia del mundo empresarial que adoptó el dueto “misión-visión” para expresar la actividad y giro de una organización. Por ejemplo, las llamadas “Consagradas” (antes 3GF) tienen en su página web una descripción de su “misión”. 

 
¿En qué colaboran las 3GFs?

El texto parece más el manifiesto de una empresa “misión-visión” que no dice mucho. Definen “su” misión como un colaborar con Cristo para…

Pero el sentido cristiano de “misión” es el “envío” y no un manifiesto organizacional. Hablando de las 3GF, ¿quién las envió? ¿a qué? ¿a colaborar en qué?

Pero no hay Envío sin llamado; por eso a la pregunta del envío debe preceder la pregunta por el llamado; entonces, ¿quién las llamó? Lo mismo podemos decir de los Hermanos Terciarios Legionarios (antes 3GM). El caso de los clérigos legionarios es un poco más complejo por el Sacramento del Orden donde hay un llamado y un envío al ministerio eclesialmente (esto no quiere decir que todos los legionarios tengan el llamado, como se ha visto en innumerables casos de vocaciones inducidas).

Dejemos por el momento aparte a los legionarios para reflexionar en las “otras vocaciones” (como ellos las llaman); por ejemplo los adolescentes del ECYD, los colaboradores, las Consagradas y en los Terciarios Legionarios, ¿puede hablarse de misión? Más aún, ¿puede hablarse de vocación?

Un simple ejemplo para no alargar más este texto. En una publicación oficial (ver Nota[3]) se dice que las niñas del ECYD deben transmitir el ECYD, ¿qué no la vocación es para transmitir a Cristo?... otra vez el uso análogo/equivoco de los conceptos…

A cualquiera que le preguntes, te responderá con un firme y convencido sí. Como cuando los 3G juraban que sí estaban aprobados por la Iglesia porque tenían un libro de Estatutos (fraudulento).

¿Qué diferencia hay entre una sub-sub-vocación (adoptando la conceptualización legionaria) y una sub-vocación? Es decir, ¿qué diferencia hay entre un hombre casado “dentro” del Movimiento y una Consagrada?

¿No resulta ridículo clasificar y dividir la vocación de este modo? Los legionarios negarán hacerlo así, pero el texto en su página oficial no da lugar a equívocos: “una vocación particular dentro de la vocación al Movimiento”… y se entiende que la vocación al Movimiento es ya una vocación particular dentro de la vocación universal cristiana; por tanto estamos hablando de una sub-sub-vocación.

Es decir, la falta de reflexión en la Legión y el Movimiento y el uso y abuso del concepto de vocación desde el tiempo de Marcial Maciel han venido deformando las cosas al grado de estos ridículos.

Los Legionarios (y los 3G) se refieren a esto como “plenitud vocacional”… otro texto otra de las jornadas de “discernimiento” nos muestra el uso.

Plenitud Vocacional= Sub-sub-vocación


Dice el texto: «ofrecer a los colaboradores diversos elementos que les ayuden a hacer un buen discernimiento sobre su plenitud vocacional, y presentar las distintas vocaciones que existen en el Regnum Christi (1er y 2ndo grado, Sacerdocio, Laicos Consagrados).». Más explícito no se puede ser.

En otro lugar, en la presentación “oficial” de los legionarios en la página Web del RC establecen que los legionarios son “sacerdotes que promueven la plenitud de la vocación bautismal”.[4]

Todo esto nos hace ver que la “vocación” y la “misión” en el Regnum Christi es un artificio humano que usa y a veces abusa de términos cristianos y pretende, a veces incluso piadosamente, actuar en el nombre de Jesús.

Cuando se estudia fenomenología de las religiones, queda claro que en todos los casos de “religión”, incluso en grupos modernos, siempre hay una adhesión a una doctrina o a un grupo (caso de las sectas). El único caso donde no hay una adhesión a una doctrina ni a un grupo es en el cristianismo. Jesús es el Único que pide adhesión a su Persona (divina) y no a un cuerpo doctrinal o a un grupo. Seguir la doctrina cristiana y la consiguiente pertenencia a la Iglesia son una consecuencia de la Vida en Cristo, etc… pero he aquí que aparecen los legionarios diciendo que Dios llama a pertenecer a un Grupo…

Por tanto hablar de una vocación particular para pertenecer a un grupo eclesial es “sectario”. En este punto ha habido discusiones porque no se trata de una separación (sectum) de la Iglesia, sino de una agrupación al interno de Ésta. Por otro lado aunque exhortan a vivir la Vida en Cristo y a adherirse a Él (conservando el vínculo eclesial) colocan al Movimiento-Federación-Congregación como un mediador  de dicha adhesión.

¿Qué sucede con la erróneamente llamada “vocación legionaria”?

El tema es más complejo porque el estado clerical y la vida ministerial son propiamente una vocación y misión. Sin embargo debido a las carencias teológicas del Fundador y a la falta de inspiración divina la vocación se ha manejado más como una “pertenencia” a un grupo selecto que propiamente un llamado y una elección ministerial. Desde el seno de tu madre te llamé, etc. y otros textos bíblicos que se usan sin el debido contexto teológico[5].

Antes de analizar cómo no puede existir una “vocación legionaria” o un “sacerdocio legionario” queremos destacar cómo se deforma la “vocación” en el ambiente LCRC. El ejemplo nítido lo podemos ver en la oración por las vocaciones. La Iglesia suplica a Dios que envíe operarios a la mies: “Oh Jesús, Pastor Eterno de las almas (…)”, la oración concluye “Oh Jesús, danos sacerdotes, según tu corazón”; pero en el Movimiento los 3G se sentían excluidos, así que añadieron “Oh Jesús, danos sacerdotes, religiosos y almas consagradas, según tu corazón”; pero en las secciones del Movimiento podía rezarse con otra inclusión siempre buscando lo políticamente incluyente, así: “Oh Jesús, danos sacerdotes, religiosos, almas consagradas y laicos santos, según tu corazón”.

Al final, el sentido de la oración queda devaluado (quoad nos) porque ya no se trata de suplicar a Dios que envíe Pastores, sino que es una inclusión general de la vocación universal a la santidad.

¿Por qué se introducen este tipo de deformaciones? Ante todo la falta de formación, pero también el considerar la vocación como la “pertenencia un grupo” donde no está bien que haya “categorías”  y se pida por unos y por otros no se pida… como si al pedir por los sacerdotes no se estuviera beneficiando a toda la Iglesia. Aquí también aflora un poco del semi-pelagianismo legionario… pero es otro tema.

En este ambiente de “superficialidad teológica” no encontramos ningún texto que dé fundamento a lo que se llama “vocación legionaria” o incluso “sacerdocio legionario”. Sin embargo, son términos habitualmente usados al interno del grupo.

¿Por qué no se puede hablar de “Vocación legionaria”?
En este punto hay muchas discusiones, porque algunos afirman que el uso del término es sólo análogo y que “se entiende” que es sólo un modo de hablar. Sin embargo hay otros que hablan de la especificidad de un llamado a pertenecer a determinada Congregación o Grupo.
Basta decir que el llamado universal es a la Santidad y no existe ninguna especificación  de dicho llamado; el llamado concreto (elección de los discípulos) es a “estar con Jesús” y no a pertenecer a un Grupo. Ahora bien, el “Estar con Jesús” se realiza en la Iglesia en las comunidades formadas por la Iglesia y/o aprobadas por la Iglesia. Este llamado es completamente “ministerial” (incluso hablando de la Vida Contemplativa). La Vocación por tanto es al Sacerdocio en la Legión (y no al revés).

Cuando se altera el orden de los conceptos; ejemplo: vocación a la Legión y por ello al sacerdocio, todo deriva en formas de sectarismo donde el sacerdocio se instrumentaliza al servicio del grupo (como incluso algunos Obispos han señalado hablando del caso de la Legión).



Cuando consideramos la vivencia de la “vocación” y el “ministerio” al interno de la Legión saltan alarmas importantes. Recordamos por ejemplo el caso de Luis Garza Medina que después de 20 años de vida sacerdotal no acumulaba ni siquiera 5 minutos en el confesionario (confesando al Pueblo de Dios)… y la primera vez que estuvo en el confesionario lo publicó en Facebook, como quien comparte sus fotografías en un Safari Africano. El dato no es irrelevante, porque LGM ha sido “canon” de vida legionaria al grado de participar en todos los Capítulos Generales de la Congregación (desde que ingresó a la Legión, incluido el de este año, 2018).

Si consideramos la vida “pastoral” del actual sucesor de Maciel, Eduardo Robles Gil Orvañanos, vemos que su servicio sacerdotal, es muy pobre, pues salvo algunos domingos en los que confesaba al Pueblo de Dios, prácticamente ha estado dedicado a labores directivas toda su vida sacerdotal.

Es por ello que en la práctica los legionarios no consideran que la vocación es vocación al sacerdocio vivida en la Legión. Para un legionario la vocación es a la Legión y ello implica el estado clerical[6]. Es así que muchos reclutadores vocacionales aseguraban que cuando hablaban, el mensaje iba dirigido a un tipo de niños/jóvenes de un segmento específico de la población.

La consecuencia práctica de esto es que la “vocación legionaria” es fruto de un mecanismo de reclutamiento y selección donde el discernimiento y el llamado forman parte pero como un componente más de la vocación (y no como la vocación en sí misma). Algunos Superiores han querido negar el hecho; pero el mismo Jorge Cortés insistía en que una de las primeras cribas era por el aspecto físico… Y en una sesión de “questions” llegó a admitir que si en su tiempo se hubieran aplicado los filtros de ahora (año 2002) él no hubiera sido admitido[7].

Es por ello que entre los exlegionarios hay muchos que dan testimonio y afirman haber entrado a la Legión y no al seminario; es decir, que entraron a ser legionarios y no a ser sacerdotes.

Pero analicemos las dos figuras públicas y conocidas que ya mencionamos.

Eduardo Robles Gil Orvañanos y Luis Garza Medina. ¿Cómo viven ellos la “vocación” y la “misión”? ¿Está la misión sacerdotal por encima de su misión legionaria? ¿Coinciden?

La trayectoria de ambos es muy semejante; ambos estuvieron afiliados al Movimiento. Ambos estuvieron en los nacientes colegios elitistas de los Legionarios. Ambos fueron cultivados con seguimiento personalizado. Ambos ingresaron a la orden de Hermanos Terciarios, entonces conocidos como 3GM y de allí pasaron al Noviciado en la Congregación de los Legionarios. Ambos provienen de familias con solvencia económica y ambos tuvieron cargos directivos y puestos de relevancia desde el inicio. Ambos tuvieron puestos con manejo de la economía dentro de la Congregación. Ambos han ejercicio el ministerio sacerdotal desde su ordenación de modo muy selectivo (más Luis que Eduardo). Ambos tienen una formación teológica básica (a pesar de que Luis ha conseguido varios títulos académicos, más por trámite, que por dedicación). Ambos fueron ordenados en a inicios de los 80s (1983 y 1985).

Tanto a Luis como a Eduardo, desde muy pequeños se les imbuyó del espíritu del Instituto. Se les dijo que el ECYD era la esperanza del Mundo y de la Iglesia; esto se enfatizó mucho cuando pasaron al Movimiento y ante el sacerdote pronunciaron “a mí me toca, de mí depende”. A lo largo de muchas predicaciones, pláticas y exhortaciones se les decía que “había muchas almas cuya salvación dependía de la fidelidad de ellos”; algún predicador se atrevía a afirmar que “cuántas almas se pierden cuando no eres fiel a las cosas pequeñas”.

Poco a poco se forjó en su mente y su conciencia un convencimiento de que su vocación era parte de la esperanza de la Iglesia. Y que ellos tenían una misión especial en el mundo. Estos sentimientos no son exclusivos de Luis ni de Eduardo, pues es algo que los reclutadores usan desde el momento de enganchar a alguien. Se enfatiza mucho el tema de la generosidad, la fidelidad, las almas que dependen de tu sí generoso como el de María, etc. De algún modo es algo que hemos vivido todos los que estuvimos en la Legión.

Llega a ser tan profunda esta convicción que se coloca la vocación legionaria por encima del sacerdocio; nunca se expresa esto con tal claridad, pero el acceso a las Órdenes Sagradas depende del desarrollo legionario y no del candidato en relación con la Iglesia.

La convicción de ser la última coca-cola en el desierto quedó tan arraigada en Luis Garza, que en una conferencia en el Centro de Estudios Superiores en 2010 afirmó que él tenía la vida resuelta porque tenía patrimonio y una familia que le sostenía, pero que no abandonaba la Legión “por Uds. y por los demás”. No lo dijo, pero daba a entender que los demás eran los que no podrían rehacer su vida fuera de la legión; al menos no como él y que él elegía quedarse para rescatar la Legión.

Esta convicción quasi-mesiánica se formó desde el ECYD porque continuamente se les decía que “somos la esperanza de la Iglesia y de la Sociedad”. Para el año 2010 Luis Garza había asumido demasiado “poder” casi al grado de experimentar que él llevaba adelante la Legión, como expresó en otra sesión de preguntas con seglares. Una de las manifestaciones de este quasi-mesianismo se dio repetidas ocasiones en su interacción con la “rama femenina”, pues él asumió un liderazgo especial como “guía de la rama femenina”.

En la “vocación” de Luis Garza no está grabado el ministerio sacerdotal, sino una misión casi mesiánica de sacar adelante un grupo de elite que es la Esperanza de la Iglesia[8]. En el camino formativo de Luis Garza no encontramos propiamente un itinerario sacerdotal, sino una preparación para dirigir la Legión[9] en el testimonio que citamos en la Nota[10], Luis narra cómo razonó su ingreso a la Legión. Al artículo no fue redactado por él, sino por Trish Bailey[11] y por tanto se escapan algunos detalles, como el seguimiento que Maciel dio a LGM desde los 14 años (como Maciel refirió en varias ocasiones).

La elección-razonamiento de Luis, no fue algo espontáneo, sino algo inducido. Su misma actividad ministerial a lo largo de toda su vida religiosa son un testimonio más que elocuente de esta inducción.

¿Participa Eduardo Robles Gil del mismo itinerario y entendimiento del sacerdocio ministerial?

La Legión "da la cara" por los sacerdotes legionarios...



[1] No por nada, ambas palabras han perdido su significado auténtico con su propia fuerza semántica y teológica. Ahora son un vocablo más de propaganda legionaria: “vive tu misión”, “test your call”, “redmisión”, “café vocacional”, etc., etc. Es tal la “devaluación semántica” que laicos miembros afines al RC preguntan en la parroquia a otros católicos “¿cuál es tu misión?”, “¿cuál es tu llamado?”, etc.
[2] El significado original es “Educación, Cultura y Deporte”; pero en el juego nominalista que ha caracterizado a la obra de Maciel en este momento significa “Encuentros, convicciones y decisiones”.
[4] Página http://www.regnumchristi.org/es/legionarios-de-cristo/ consultada el 10 de Marzo de 2018.
[5] Particularmente elocuente resulta el paralelismo con el que presentan a la Legión como Obra Escogida de Dios usando textos del Deuteronomio. Ejemplo No.6 del Comunicado Capitular de 1980: « Si nuestra razón se resiste a creer y nuestra vida se resiste a cambiar para ajustarse en todo al plan de Dios, es porque no hemos contemplado y reflexionado hondamente que no ha habido a nuestro alrededor cosa semejante en estos tiempos; que Dios no ha dado a otros tantas pruebas, señales y prodigios como los que ha realizado por nosotros ante nuestros mismos ojos. Persuadidos de que sólo de la oración mana la fuerza y sólo en la reflexión maduran las convicciones del espíritu, exhortamos a todos con las palabras de la Sagrada Escritura: Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es el único Dios en el cielo y en la tierra. Guarda sus preceptos y sus mandamientos, para que seas feliz tú y tus hijos después de ti. Pues por haber escuchado estas normas, por haberlas guardado y practicado, el Señor tu Dios te mantendrá la alianza y el amor que, bajo juramento, prometió a vuestros padres. Te amará, te bendecirá, te multiplicará (Deut 4, 39-40; 7, 12-13).»
[6] Las anteriores versiones de las Constituciones hacían eco de esta concepción. En la versión actual se dice explícitamente que los miembros son sacerdotes o candidatos al sacerdocio.
[7] Innumerables reclutadores pueden dar testimonio de cómo eran excluidos (según la jerga coloquial) los frijolitos; es decir: gorditos, chaparros y prietos…
[8] San Juan Pablo II en su alocución a los miembros del capítulo General de los legionarios repitió dos veces que la Iglesia los miraba con esperanza. La cúpula legionaria hizo amplísimo eco de este detalle.
[9] El mismo Marcial Maciel comentó que había preparado a Luis Garza desde mucho antes. En otra ocasión dijo lo mismo de Álvaro Corcuera.
[11] Casada con uno de los responsables de la imagen legionaria, exlegionario, exDG Juan Carlos Arceo.

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