Con euforia y embriagado por los días que vivía, John Connor anunciaba que su perfil de Facebook estaba llegando al límite de lo que una cuenta permitía y que pasaría a tener un “perfil de organización”. La nueva cuenta de Facebook sería manejada por Gail Gore, el de marketing de la Congregación de Maciel en Estados Unidos de Norteamérica.
El perfil público en abril registró la última entrada con la felicitación de Pascua. Desde entonces la actividad de Connor se ha caracterizado por el sigilo y bajo perfil. ¿A qué se debe?
Facebook de Connor revisado a inicios de 2021
Durante marzo y abril en Legioleaks y en grupos privados de WhatsApp circularon bastantes comentarios acerca de los apoyos que Connor ofrecía a algunas de las víctimas históricas; regresaban los sobrecitos y ello demeritaba la sincera atención a las víctimas pues en general se vio como una manera de comprar silencio. Además, por esas fechas se hizo más público el caso del abuso cometido por Tomás Guerrero y jamás afrontado por los Superiores. Poco después la diócesis de Dallas descubrió que los legionarios habían ocultado información acerca del acosador legionario Edward Bentley. Shawn Aaron convocó una reunión para justificar las cosas, pero Alberto Simán guardó silencio a pesar de que los primeros abusos de Bentley habían ocurrido en México. Todo esto en su conjunto apagó la euforia de la “sangre nueva” de Connor. Quizás lo que más pesó fue un artículo de Liberabit Veritas en inglés y español, el cual fue replicado en varios medios. El artículo del mes de marzo narraba los hechos (y los respaldaba con documentos) acerca de lo que John Connor llamó “boundary violations”; claramente minimizando el abuso sexual cometido por Martin Pollock en un colegio de la Congregación.
Desde entonces, Connor ha procurado un bajo perfil.
Este próximo 20 de enero se cumplirá un año del inicio del Capítulo General.
El 26 de febrero se cumplirá un año de la promulgación del decreto “Proteger y Sanar”.
El 20 de marzo será un año de la entrevista en la que Connor dijo que las víctimas eran prioridad.
No ha habido justicia...
No ha habido reparación...
No se ha juzgado a los encubridores…
No se ha afrontado el abuso de conciencia…
No se ha afrontado el maltrato psicológico…
No se han analizado los casos de ordenaciones ilícitas y posiblemente inválidas...
No se ha hecho pública la lista de depredadores sexuales legionarios…
No se ha constituido el tribunal de la Congregación…
No se ha constituido la comisión mixta para analizar responsabilidades…
Personas que incurrieron en actos de encubrimiento siguen en puestos de autoridad…
Siguen descubriendo el carisma de Marcial Maciel que llevan dentro; el silencio y la falta de transparencia son uno de sus signos.
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