El
viraje “jurídico” de los 3GMs a finales de 2017 y las afirmaciones
subsiguientes (“comunicado”) renuevan interrogantes no sólo sobre su propia
identidad y naturaleza, sino sobre la razón de ser de todo el grupo fundado por
el reconocido criminal Marcial Maciel Degollado.
Este
artículo recoge algunas reflexiones sobre la vocación, la misión, el destino y
la generosidad al interno del grupo LCRC. El equipo de Veritas Liberabit Vos no
llegó a un acuerdo en algunos temas, por lo que hay algunas opiniones
divergentes según se señala a lo largo del artículo y algunos temas se
presentan inconclusos. El análisis usará material reciente (publicaciones,
videos y escritos) generalmente publicado “oficialmente”. Vamos de lo más
abstracto a lo más concreto… La presente reflexión presupone algunos conocimientos
básicos de doctrina cristiana; por tanto no es un texto de divulgación general.
Existe
en casi todos los miembros que pertenecen al grupo LCRC un fuerte sentimiento
de “misión-destino” por el cual estarían,
“vocación”, llamados a algo[1].
Llamado
y envío pertenecen a lo más profundo del misterio cristiano, desde las misiones
Trinitarias, hasta el Llamado del Hijo y la elección-envío de los 12 Apóstoles.
La elección-envío de los 72 discípulos, la elección de Saulo y el envío de
Pablo, etc.
El
eje de la Vocación (elección) es el misterio cristiano, incluso desde la
perspectiva veterotestamentaria; el eje del envío (misión) es el misterio
pascual y/o su anuncio o prefiguración en tiempo de los profetas.
Sin
embargo, en la atmósfera LCRC el sentimiento de misión-destino no está centrado
en el misterio pascual; del mismo modo la “vocación” no siempre pertenece al
misterio cristiano. Es decir, para quienes se encuentran en dicha atmósfera la
“vocación” es más un sentido de pertenencia que propiamente un llamado. Esto se
puede verificar fácilmente con las discusiones que los mismos legionarios
tenían durante la época de apogeo de los colaboradores. Por ejemplo algunos
decían que ser colaborador era cuestión de “generosidad” y otros decían que ser
colaborador era una vocación dentro del Movimiento. En el ambiente LCRC se
habla de vocación con un sentido de pertenencia despojando al vocablo de su
significado original. Vocación=”pertenecer a un grupo al que Dios te ha destinado”
Si
cuestionamos un poco estos conceptos según las publicaciones y expresiones
recientes podemos encontrar no sólo una falta de formación doctrinal básica,
sino algunas ideas más propias de un grupo encerrado en sí mismo.
¿Cómo
es posible hablar de vocación dentro del Movimiento? ¿Acaso el que llama no es
el Mismo Señor de todos? Se les dice a los miembros del RC que se trata de una
vocación particular ¿Vocación particular? ¿Acaso hay una vocación particular
dentro de la vocación particular del Movimiento dentro de la vocación
cristiana? ¿No resulta hasta absurdo expresarlo así? ¿Con qué autoridad los
legionarios establecen cuál es una vocación, una sub-vocación o incluso una sub-sub-vocación?
Evidentemente
no usan esta terminología, pero cuando “traducimos” sus ideas a conceptos
definidos, aparece el ridículo. Una vocación particular dentro de la vocación
cristiana es una sub-vocación; y una vocación dentro del Movimiento es una
vocación particular dentro de la Vocación al Movimiento: por tanto una
sub-sub-vocación.
Cristo, ¿invita a pertenecer al ECYD? |
Tristemente
no hay literatura al respecto dentro del Movimiento para clarificar todas estas
expresiones; del mismo modo como no hay reflexión teológica o espiritual sobre
la Obra de Maciel. Sin embargo sí usan esos conceptos. Por ejemplo, en la
página web oficial del ECYD[2] describen esta
organización como una “respuesta a Cristo”, es decir, vocación (ver imagen de
enero 2018). Ciertamente no se habla de un llamado explícito y podría decirse
que se trata de un uso análogo del concepto (o quizás un uso equívoco). Pero el
otro día en los anuncios parroquiales el párroco invitó a nombre propio a
participar en el grupo de oración. ¡Qué diferencia con los legionarios! Ellos
hubieran dicho: “Cristo te invita”. Y preguntamos, ¿con qué autoridad los
directores del ECYD se atribuyen la facultad de indicar que la adhesión a su
club es una respuesta a Cristo?
Otro
ejemplo donde también usan el concepto adulterado de “misión” lo podemos
encontrar en la página oficial de los Colaboradores.
Click para ver en grande y leer el texto |
El
texto es de 2017, aunque parecería de antes de 2009. Explícitamente hablan de
“presentar las distintas vocaciones que existen en el Regnum Christi
(Matrimonio, Sacerdocio, Laicos Consagrados)”.
¡¡¿Vocaciones
que existen en el Regnum Christi??!
Lo
que llamaron una “jornada de discernimiento” para colaboradores en realidad se
trata del conocido proceso de inducción vocacional que siempre hemos conocido
en la Legión, pero ahora muestran lo que ellos llaman “plenitud vocacional”
(más adelante lo analizaremos) para disfrazar un poco las cosas. Por si hay
lectores que niegan esto, en el mismo artículo arriba citado dan testimonio del
momento en que tuvieron que sacar los pañuelos “momento emotivo”, cuando 3
colaboradores (no uno ni dos, ¡sino 3!) compartieron que irán al candidatado… Y
como en la Legión de siempre lo que importa son los números, además de esos 3,
otro anunció que dará más años y otros dijeron que harán su proceso vocacional
en la universidad, porque según dijo otro “en esa jornada se dio cuenta que
hacía las cosas más por presión social que por convicción (como si en dicha
jornada no hubiera presión legionaria)”.
La
referencia a las “vocaciones que existen en el Regnum Christi” es innegable.
Casi como decir, los distintos tipos de “afiliación”, sobre todo ahora hablando
de la “federación”. Puedes afiliarte como “laico consagrado” (lo que ello
signifique), como sacerdote, o como matrimonio, como si el matrimonio fuese una
vocación “dentro” de la Obra de Maciel… “las distintas vocaciones que existen
en el Movimiento”…
Volvemos
a los dicho previamente y la carencia de profundidad teológica en el grupo LCRC,
¿no es el Señor quien llama? Entonces, ¿con qué autoridad establecen que hay
“vocaciones dentro del Movimiento”? ¿De verdad podemos decir que el Señor llama
a un Movimiento? ¿Hay algún texto en la Biblia, en la Patrística o en la
Historia de la Iglesia donde haya un testimonio en el que el Señor llame a
alguien a incorporarse a un “grupo” (y además fundado por alguien carente de
sentido religioso)?
En
el caso de la “Misión” la corrupción del concepto y su consiguiente
devaluación, son aún mayores; aunque en este caso se percibe mucho la
influencia del mundo empresarial que adoptó el dueto “misión-visión” para
expresar la actividad y giro de una organización. Por ejemplo, las llamadas
“Consagradas” (antes 3GF) tienen en su página web una descripción de su
“misión”.
El
texto parece más el manifiesto de una empresa “misión-visión” que no dice
mucho. Definen “su” misión como un colaborar con Cristo para…
Pero
el sentido cristiano de “misión” es el “envío” y no un manifiesto
organizacional. Hablando de las 3GF, ¿quién las envió? ¿a qué? ¿a colaborar en qué?
Pero
no hay Envío sin llamado; por eso a la pregunta del envío debe preceder la
pregunta por el llamado; entonces, ¿quién las llamó? Lo mismo podemos decir de
los Hermanos Terciarios Legionarios (antes 3GM). El caso de los clérigos
legionarios es un poco más complejo por el Sacramento del Orden donde hay un
llamado y un envío al ministerio eclesialmente (esto no quiere decir que todos
los legionarios tengan el llamado, como se ha visto en innumerables casos de
vocaciones inducidas).
Dejemos
por el momento aparte a los legionarios para reflexionar en las “otras
vocaciones” (como ellos las llaman); por ejemplo los adolescentes del ECYD, los
colaboradores, las Consagradas y en los Terciarios Legionarios, ¿puede hablarse
de misión? Más aún, ¿puede hablarse de vocación?
Un
simple ejemplo para no alargar más este texto. En una publicación oficial (ver
Nota[3]) se dice que las niñas del
ECYD deben transmitir el ECYD, ¿qué no la vocación es para transmitir a
Cristo?... otra vez el uso análogo/equivoco de los conceptos…
A
cualquiera que le preguntes, te responderá con un firme y convencido sí. Como
cuando los 3G juraban que sí estaban aprobados por la Iglesia porque tenían un
libro de Estatutos (fraudulento).
¿Qué
diferencia hay entre una sub-sub-vocación (adoptando la conceptualización
legionaria) y una sub-vocación? Es decir, ¿qué diferencia hay entre un hombre
casado “dentro” del Movimiento y una Consagrada?
¿No
resulta ridículo clasificar y dividir la vocación de este modo? Los legionarios
negarán hacerlo así, pero el texto en su página oficial no da lugar a
equívocos: “una vocación particular dentro de la vocación al Movimiento”… y se
entiende que la vocación al Movimiento es ya una vocación particular dentro de la
vocación universal cristiana; por tanto estamos hablando de una
sub-sub-vocación.
Es
decir, la falta de reflexión en la Legión y el Movimiento y el uso y abuso del
concepto de vocación desde el tiempo de Marcial Maciel han venido deformando
las cosas al grado de estos ridículos.
Los
Legionarios (y los 3G) se refieren a esto como “plenitud vocacional”… otro
texto otra de las jornadas de “discernimiento” nos muestra el uso.
Plenitud Vocacional= Sub-sub-vocación |
Dice
el texto: «ofrecer a los colaboradores diversos elementos que les ayuden a
hacer un buen discernimiento sobre su plenitud vocacional, y presentar las
distintas vocaciones que existen en el Regnum Christi (1er y 2ndo grado,
Sacerdocio, Laicos Consagrados).». Más explícito no se puede ser.
En
otro lugar, en la presentación “oficial” de los legionarios en la página Web
del RC establecen que los legionarios son “sacerdotes que promueven la plenitud
de la vocación bautismal”.[4]
Todo
esto nos hace ver que la “vocación” y la “misión” en el Regnum Christi es un
artificio humano que usa y a veces abusa de términos cristianos y pretende, a
veces incluso piadosamente, actuar en el nombre de Jesús.
Cuando
se estudia fenomenología de las religiones, queda claro que en todos los casos
de “religión”, incluso en grupos modernos, siempre hay una adhesión a una
doctrina o a un grupo (caso de las sectas). El único caso donde no hay una
adhesión a una doctrina ni a un grupo es en el cristianismo. Jesús es el Único
que pide adhesión a su Persona (divina) y no a un cuerpo doctrinal o a un
grupo. Seguir la doctrina cristiana y la consiguiente pertenencia a la Iglesia
son una consecuencia de la Vida en Cristo, etc… pero he aquí que aparecen los
legionarios diciendo que Dios llama a pertenecer a un Grupo…
Por
tanto hablar de una vocación particular para pertenecer a un grupo eclesial es “sectario”.
En este punto ha habido discusiones porque no se trata de una separación
(sectum) de la Iglesia, sino de una agrupación al interno de Ésta. Por otro
lado aunque exhortan a vivir la Vida en Cristo y a adherirse a Él (conservando
el vínculo eclesial) colocan al Movimiento-Federación-Congregación como un
mediador de dicha adhesión.
¿Qué
sucede con la erróneamente llamada “vocación legionaria”?
El
tema es más complejo porque el estado clerical y la vida ministerial son
propiamente una vocación y misión. Sin embargo debido a las carencias
teológicas del Fundador y a la falta de inspiración divina la vocación se ha manejado
más como una “pertenencia” a un grupo selecto que propiamente un llamado y una
elección ministerial. Desde el seno de tu madre te llamé, etc. y otros textos
bíblicos que se usan sin el debido contexto teológico[5].
Antes
de analizar cómo no puede existir una “vocación legionaria” o un “sacerdocio
legionario” queremos destacar cómo se deforma la “vocación” en el ambiente
LCRC. El ejemplo nítido lo podemos ver en la oración por las vocaciones. La
Iglesia suplica a Dios que envíe operarios a la mies: “Oh Jesús, Pastor Eterno
de las almas (…)”, la oración concluye “Oh Jesús, danos sacerdotes, según tu
corazón”; pero en el Movimiento los 3G se sentían excluidos, así que añadieron “Oh
Jesús, danos sacerdotes, religiosos y almas consagradas, según tu corazón”;
pero en las secciones del Movimiento podía rezarse con otra inclusión siempre
buscando lo políticamente incluyente, así: “Oh Jesús, danos sacerdotes,
religiosos, almas consagradas y laicos santos, según tu corazón”.
Al
final, el sentido de la oración queda devaluado (quoad nos) porque ya no se
trata de suplicar a Dios que envíe Pastores, sino que es una inclusión general
de la vocación universal a la santidad.
¿Por
qué se introducen este tipo de deformaciones? Ante todo la falta de formación,
pero también el considerar la vocación como la “pertenencia un grupo” donde no
está bien que haya “categorías” y se
pida por unos y por otros no se pida… como si al pedir por los sacerdotes no se
estuviera beneficiando a toda la Iglesia. Aquí también aflora un poco del
semi-pelagianismo legionario… pero es otro tema.
En
este ambiente de “superficialidad teológica” no encontramos ningún texto que dé
fundamento a lo que se llama “vocación legionaria” o incluso “sacerdocio
legionario”. Sin embargo, son términos habitualmente usados al interno del
grupo.
¿Por
qué no se puede hablar de “Vocación legionaria”?
En
este punto hay muchas discusiones, porque algunos afirman que el uso del
término es sólo análogo y que “se entiende” que es sólo un modo de hablar. Sin
embargo hay otros que hablan de la especificidad de un llamado a pertenecer a
determinada Congregación o Grupo.
Basta
decir que el llamado universal es a la Santidad y no existe ninguna
especificación de dicho llamado; el
llamado concreto (elección de los discípulos) es a “estar con Jesús” y no a
pertenecer a un Grupo. Ahora bien, el “Estar con Jesús” se realiza en la
Iglesia en las comunidades formadas por la Iglesia y/o aprobadas por la
Iglesia. Este llamado es completamente “ministerial” (incluso hablando de la
Vida Contemplativa). La Vocación por tanto es al Sacerdocio en la Legión (y no
al revés).
Cuando
se altera el orden de los conceptos; ejemplo: vocación a la Legión y por ello
al sacerdocio, todo deriva en formas de sectarismo donde el sacerdocio se instrumentaliza
al servicio del grupo (como incluso algunos Obispos han señalado hablando del
caso de la Legión).
Cuando
consideramos la vivencia de la “vocación” y el “ministerio” al interno de la
Legión saltan alarmas importantes. Recordamos por ejemplo el caso de Luis Garza
Medina que después de 20 años de vida sacerdotal no acumulaba ni siquiera 5
minutos en el confesionario (confesando al Pueblo de Dios)… y la primera vez
que estuvo en el confesionario lo publicó en Facebook, como quien comparte sus
fotografías en un Safari Africano. El dato no es irrelevante, porque LGM ha
sido “canon” de vida legionaria al grado de participar en todos los Capítulos
Generales de la Congregación (desde que ingresó a la Legión, incluido el de
este año, 2018).
Si
consideramos la vida “pastoral” del actual sucesor de Maciel, Eduardo Robles
Gil Orvañanos, vemos que su servicio sacerdotal, es muy pobre, pues salvo
algunos domingos en los que confesaba al Pueblo de Dios, prácticamente ha
estado dedicado a labores directivas toda su vida sacerdotal.
Es
por ello que en la práctica los legionarios no consideran que la vocación es vocación
al sacerdocio vivida en la Legión. Para un legionario la vocación es a la
Legión y ello implica el estado clerical[6]. Es así que muchos
reclutadores vocacionales aseguraban que cuando hablaban, el mensaje iba
dirigido a un tipo de niños/jóvenes de un segmento específico de la población.
La
consecuencia práctica de esto es que la “vocación legionaria” es fruto de un
mecanismo de reclutamiento y selección donde el discernimiento y el llamado
forman parte pero como un componente más de la vocación (y no como la vocación
en sí misma). Algunos Superiores han querido negar el hecho; pero el mismo
Jorge Cortés insistía en que una de las primeras cribas era por el aspecto
físico… Y en una sesión de “questions” llegó a admitir que si en su tiempo se
hubieran aplicado los filtros de ahora (año 2002) él no hubiera sido admitido[7].
Es
por ello que entre los exlegionarios hay muchos que dan testimonio y afirman haber
entrado a la Legión y no al seminario; es decir, que entraron a ser legionarios
y no a ser sacerdotes.
Pero
analicemos las dos figuras públicas y conocidas que ya mencionamos.
Eduardo
Robles Gil Orvañanos y Luis Garza Medina. ¿Cómo viven ellos la “vocación” y la
“misión”? ¿Está la misión sacerdotal por encima de su misión legionaria?
¿Coinciden?
La
trayectoria de ambos es muy semejante; ambos estuvieron afiliados al
Movimiento. Ambos estuvieron en los nacientes colegios elitistas de los
Legionarios. Ambos fueron cultivados con seguimiento personalizado. Ambos
ingresaron a la orden de Hermanos Terciarios, entonces conocidos como 3GM y de
allí pasaron al Noviciado en la Congregación de los Legionarios. Ambos
provienen de familias con solvencia económica y ambos tuvieron cargos
directivos y puestos de relevancia desde el inicio. Ambos tuvieron puestos con
manejo de la economía dentro de la Congregación. Ambos han ejercicio el
ministerio sacerdotal desde su ordenación de modo muy selectivo (más Luis que
Eduardo). Ambos tienen una formación teológica básica (a pesar de que Luis ha
conseguido varios títulos académicos, más por trámite, que por dedicación).
Ambos fueron ordenados en a inicios de los 80s (1983 y 1985).
Tanto
a Luis como a Eduardo, desde muy pequeños se les imbuyó del espíritu del
Instituto. Se les dijo que el ECYD era la esperanza del Mundo y de la Iglesia;
esto se enfatizó mucho cuando pasaron al Movimiento y ante el sacerdote
pronunciaron “a mí me toca, de mí depende”. A lo largo de muchas predicaciones,
pláticas y exhortaciones se les decía que “había muchas almas cuya salvación
dependía de la fidelidad de ellos”; algún predicador se atrevía a afirmar que
“cuántas almas se pierden cuando no eres fiel a las cosas pequeñas”.
Poco
a poco se forjó en su mente y su conciencia un convencimiento de que su
vocación era parte de la esperanza de la Iglesia. Y que ellos tenían una misión
especial en el mundo. Estos sentimientos no son exclusivos de Luis ni de
Eduardo, pues es algo que los reclutadores usan desde el momento de enganchar a
alguien. Se enfatiza mucho el tema de la generosidad, la fidelidad, las almas
que dependen de tu sí generoso como el de María, etc. De algún modo es algo que
hemos vivido todos los que estuvimos en la Legión.
Llega
a ser tan profunda esta convicción que se coloca la vocación legionaria por
encima del sacerdocio; nunca se expresa esto con tal claridad, pero el acceso a
las Órdenes Sagradas depende del desarrollo legionario y no del candidato en
relación con la Iglesia.
La
convicción de ser la última coca-cola en el desierto quedó tan arraigada en
Luis Garza, que en una conferencia en el Centro de Estudios Superiores en 2010
afirmó que él tenía la vida resuelta porque tenía patrimonio y una familia que
le sostenía, pero que no abandonaba la Legión “por Uds. y por los demás”. No lo
dijo, pero daba a entender que los demás eran los que no podrían rehacer su
vida fuera de la legión; al menos no como él y que él elegía quedarse para
rescatar la Legión.
Esta
convicción quasi-mesiánica se formó desde el ECYD porque continuamente se les
decía que “somos la esperanza de la Iglesia y de la Sociedad”. Para el año 2010
Luis Garza había asumido demasiado “poder” casi al grado de experimentar que él
llevaba adelante la Legión, como expresó en otra sesión de preguntas con
seglares. Una de las manifestaciones de este quasi-mesianismo se dio repetidas
ocasiones en su interacción con la “rama femenina”, pues él asumió un liderazgo
especial como “guía de la rama femenina”.
En
la “vocación” de Luis Garza no está grabado el ministerio sacerdotal, sino una
misión casi mesiánica de sacar adelante un grupo de elite que es la Esperanza
de la Iglesia[8].
En el camino formativo de Luis Garza no encontramos propiamente un itinerario
sacerdotal, sino una preparación para dirigir la Legión[9] en el testimonio que
citamos en la Nota[10], Luis narra cómo razonó
su ingreso a la Legión. Al artículo no fue redactado por él, sino por Trish
Bailey[11] y por tanto se escapan
algunos detalles, como el seguimiento que Maciel dio a LGM desde los 14 años
(como Maciel refirió en varias ocasiones).
La
elección-razonamiento de Luis, no fue algo espontáneo, sino algo inducido. Su
misma actividad ministerial a lo largo de toda su vida religiosa son un
testimonio más que elocuente de esta inducción.
¿Participa
Eduardo Robles Gil del mismo itinerario y entendimiento del sacerdocio
ministerial?
La Legión "da la cara" por los sacerdotes legionarios... |
[1] No
por nada, ambas palabras han perdido su significado auténtico con su propia fuerza
semántica y teológica. Ahora son un vocablo más de propaganda legionaria: “vive
tu misión”, “test your call”, “redmisión”, “café vocacional”, etc., etc. Es tal
la “devaluación semántica” que laicos miembros afines al RC preguntan en la
parroquia a otros católicos “¿cuál es tu misión?”, “¿cuál es tu llamado?”, etc.
[2] El
significado original es “Educación, Cultura y Deporte”; pero en el juego
nominalista que ha caracterizado a la obra de Maciel en este momento significa
“Encuentros, convicciones y decisiones”.
[4]
Página http://www.regnumchristi.org/es/legionarios-de-cristo/
consultada el 10 de Marzo de 2018.
[5]
Particularmente elocuente resulta el paralelismo con el que presentan a la
Legión como Obra Escogida de Dios usando textos del Deuteronomio. Ejemplo No.6
del Comunicado Capitular de 1980: « Si nuestra razón se resiste a creer y
nuestra vida se resiste a cambiar para ajustarse en todo al plan de Dios, es
porque no hemos contemplado y reflexionado hondamente que no ha habido a
nuestro alrededor cosa semejante en estos tiempos; que Dios no ha dado a otros
tantas pruebas, señales y prodigios como los que ha realizado por nosotros ante
nuestros mismos ojos. Persuadidos de que sólo de la oración mana la fuerza y
sólo en la reflexión maduran las convicciones del espíritu, exhortamos a todos
con las palabras de la Sagrada Escritura: Reconoce hoy y medita en tu corazón
que el Señor es el único Dios en el cielo y en la tierra. Guarda sus preceptos
y sus mandamientos, para que seas feliz tú y tus hijos después de ti. Pues por
haber escuchado estas normas, por haberlas guardado y practicado, el Señor tu
Dios te mantendrá la alianza y el amor que, bajo juramento, prometió a vuestros
padres. Te amará, te bendecirá, te multiplicará (Deut 4, 39-40; 7, 12-13).»
[6]
Las anteriores versiones de las Constituciones hacían eco de esta concepción.
En la versión actual se dice explícitamente que los miembros son sacerdotes o
candidatos al sacerdocio.
[7]
Innumerables reclutadores pueden dar testimonio de cómo eran excluidos (según
la jerga coloquial) los frijolitos; es decir: gorditos, chaparros y prietos…
[8]
San Juan Pablo II en su alocución a los miembros del capítulo General de los
legionarios repitió dos veces que la Iglesia los miraba con esperanza. La
cúpula legionaria hizo amplísimo eco de este detalle.
[9] El
mismo Marcial Maciel comentó que había preparado a Luis Garza desde mucho
antes. En otra ocasión dijo lo mismo de Álvaro Corcuera.
[11] Casada
con uno de los responsables de la imagen legionaria, exlegionario, exDG Juan
Carlos Arceo.