La historia de Marcelino es inquietante. Su vida es una poderosa narración de la Legión. Para muchos la acción de Dios en su Iglesia y en sus ministros se ha puesto en entredicho a causa de la Congregación fundada por Maciel… Marcelino traza con su vida ese itinerario.
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| Ingresaron a la Congregación de Maciel desde menores |
Una vida como narración de la Congregación
A Marcelino de Andrés Núñez sus compañeros lo
describen como una persona alegre de mirada triste que siempre arrastraba
consigo un deje de melancolía; muchas veces callado y taciturno aunque
dispuesto a participar con entusiasmo en todas las actividades.
De su familia, eran 7 hermanos, fueron 3 los que ingresaron. Primero él a la apostólica, después su hermano menor, Juan Ramón, y por último en 1994 ingresó María Elena, la mayor de ellos tres cuando ella tenía 27 años.
Marcelino y Juan Ramón ingresaron desde pequeños al Centro Vocacional (seminario menor). Marcelino de Andrés inició el noviciado en 1982, pero él nació en noviembre de 1967; es decir ¡¡¡fue admitido al noviciado sin haber cumplido los 15 años de edad!!! Al terminar el segundo año de noviciado, emitió la primera profesión religiosa ¡¡¡sin haber cumplido los 17 años de edad!!! (Paréntesis: la reforma del código de derecho canónico es de 1983, Marcelino profesó en 1984 cuando comenzaban a aplicarse los cambios que requerían mayoría de edad para validez canónica).
Su instructor de novicios fue Fergus O’Carroll quien no detectó ni reportó ningún comportamiento extraordinario ni mencionó ninguna tendencia anormal en el novicio aún adolescente. Después continuó con su formación legionaria: 2 años de juniorado teniendo como superior a Juan Manuel Dueñas. Filosofía teniendo a Corcuera como superior. A la edad de 20 años inició sus “prácticas apostólicas” en el Cumbres de México como prefecto de disciplina; fue su primer contacto asiduo con seglares desde sus 13 años de edad. Duró un año en el Cumbres y pasó a la apostólica (seminario menor) de León, como prefecto de menores, otro año. Y regresó a Roma a continuar la filosofía, nuevamente teniendo a Corcuera como Superior. Mientras estudiaba salió nuevamente a “prácticas apostólicas”, esta vez a Madrid, al Everest cuando Santiago Oriol era el director. Fueron dos suplencias cortas al tiempo que iniciaba sus estudios de teología.
En 1996 recibió la ordenación sacerdotal (con 14 años de formación) casi a los 30 de edad; pero en lugar de “salir” a ejercer el ministerio sacerdotal, permaneció en Roma como “gerente” de la sección A (con Álvaro Corcuera). En el año 2000 pasó a la sede de la dirección general primero como redactor de cartas y después como miembro de la secretaría personal del Fundador, Marcial Maciel.
Al morir Maciel, Marcelino fue ubicado en Madrid primero como auxiliar de Jesús María Delgado en distintos cargos internos: coordinador de apostolado, asistente para el apostolado, gerente de comunidad; después inició propiamente su ministerio sacerdotal como capellán en Madrid en 2010 de donde fue removido por quejas de los padres de familia debido a su afinidad con el Fundador.
Y es que toda su visión de la vida es completamente legionaria.
Para hacerse una idea de lo profundo de este aspecto basta considerar las grandes fechas de su vida, a partir de 1980 (tenía 13 años) tuvo salida en los veranos con su familia y desde 1982 (tenía 15 años) sólo tres llamadas telefónicas sin salidas hasta 1988 (a la edad de 21 años) en que viajó a México y tuvo contacto asiduo con seglares en un colegio por un año. Desde 1989 hasta 2006 vuelve al centro de formación con dos salidas por unos meses en 1992 y 1994. Después de 30 años de vida oculta al interno de la Congregación, su primer ministerio es como capellán de un colegio.
Recordemos que antes del año 2010 toda comunicación proveniente del “exterior” era filtrada. Los religiosos no tenían permiso de usar redes sociales ni siquiera de tener email (a no ser con permiso escrito del superior general por motivos apostólicos). Además, el periodo de Marcelino de su vida en casas de formación en la Legión (1980-2004) coincide con el mayor crecimiento al culto de la persona de Marcial Maciel. Él mismo desde apostólico memorizó sus fechas, cartas y datos… Llegar a ser miembro del equipo secretarial del fundador era todo un privilegio que ni siquiera los Superiores tenían. Marcelino accedió a uno de los puestos más influyentes en la Congregación… y le tocó vivir junto a Maciel el descubrimiento de su vida fraudulenta.
En síntesis, Marcelino ingresó a los 13 años y desde 1980 hasta 2006 vivió en un régimen donde la comunicación con el mundo exterior estaba filtrada por los Superiores. Toda su visión de la vida es netamente legionaria.
Por eso la historia de Marcelino es también la
historia de la Legión. Desde los 13 años se le dijo que ellos eran el último
esfuerzo del Sagrado Corazón para salvar a la humanidad, que el Fundador era un
santo y que el Papa los había llamado “la esperanza de la Iglesia”.
El caso de Marcelino no es el único. Vladimir Reséndiz (prófugo condenado por abuso sexual) ingresó a los 15 años, Óscar Turrión (señalado por supuesto abuso) ingresó antes de los 15 años. En otro orden de cosas, Alfredo Cabral (expulsado por desobediencia) ingresó también antes de los 15 años de edad.
Todos ellos: Óscar Turrión, Alfredo Cabral, Vladimir Reséndiz, Marcelino de Andrés eran considerados buenos religiosos. Incluso Alfredo y Marcelino llegaron a ser considerado modelos de observancia, obediencia y fidelidad religiosa.
Con un carisma humano, es fácil intoxicar en vez de
santificar
¿Qué es lo que falla en esa Congregación además del Fundador y del supuesto carisma?
No se trata de casos aislados, ni del mínimo estadístico, ni como decía el obispo Velasio de Paolis, el llamado Fracasado Pontificio, “dada la gravedad de la situación con el Fundado, era de esperarse”. Estamos hablando de vidas humanas que ingresaron a la organización con mentes inocentes.
Si el argumento sigue siendo: Maciel malo, Legión buena; el caso de Marcelino implica que TODOS los que han tenido contacto con Maciel pueden ser posibles depredadores y ninguno debería trabajar en colegios no estar en contacto con menores o personas vulnerables…
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| Marcelino y macielistas con Maciel |
Es necesario que la Congregación dé una explicación a la Iglesia y a la sociedad: ¿por qué un menor de 13 años en ambiente de fervor se transforma en un depredador?
Centenas de adolescentes han pasado por los centros vocacionales y fueron sometidos a la presión de la “generosidad”. ¿Cuántos de ellos cargan con una psicología dañada?
Los legionarios reclutan y reciben púberes y adolescentes que 40 años después se manifiestan como depredadores, desobedientes, rebeldes… Non sequitur… porque a menos que procedan de familias disfuncionales o hayan sufrido violencia sexual en el núcleo familiar (lo cual no es el caso), a los 13 ó 14 años de edad no hay esa malicia. Es por esto que la Congregación debe una explicación a la Iglesia y a la sociedad.
El informe de abusos de este año además de los esquemas, gráficos, estadísticas y las promesas de siempre… incluye un cuadrito más con el sacerdote 09 en España. Pero la Iglesia y la sociedad necesitan una explicación y no un simple cuadrito…
¿Cómo puede un puberto en el proceso formativo legionario llegar a transformarse en un depredador 40 años después? ¿Qué dice la Ratio Institutionis al respecto? Tantos casos de abuso sexual, psicológico, de conciencia, de autoridad habiendo recibido muchachos sanos desde tan jóvenes, ¿no es de llamar la atención? ¿De qué sirven los informes y las campañas de 0abusos si el problema es interno?
Este año en el grupo de jóvenes que reciben la ordenación hay varios que ingresaron antes de los 15 años… ¿Alguna autoridad de la Iglesia ha verificado que se respetara el proceso de maduración psicoafectiva de estos adolescentes? ¿Será que a la pregunta “sabéis si son dignos” los legionarios entregan un informe con gráficos, cuadritos y estadísticas que muestra que todo está bien?
Claramente las cosas no están bien cuando los casos
siguen dañando a la Iglesia y a la sociedad. Claramente los informes no están
bien cuando casa caso nuevo desmiente la narrativa de los informes.
La Congregación debe una explicación a la Iglesia y a
la sociedad.

