A partir del documental
del canal de noticias irlandés RTE,
decidimos publicar nuestros comentarios sobre las generaciones legionarias. No
se trata de una clasificación matemática y como todo análisis sociológico se
limita a observar las características más comunes que vuelven afines a
determinados individuos al grado de constituir un “grupo” con las mismas
características. En el andar de la Legión se distinguen prevalentemente los
siguientes grupos[1]
Los Reclutados: Son el
grupo de legionarios reclutados en su mayoría por el mismo Fundador Pedófilo.
Suelen provenir de un estrato social humilde y muy religioso generalmente de
pueblos de Michoacán. Tienen una estructura de personalidad débil (aún hoy en
día a sus 70 años). En este grupo se encuentran los que sufrieron el mayor
número de abusos sexuales. Miembros de este grupo podrían ser: Jorge Bernal,
Hermanos Izquierdo, Jorge Cortés, Rigoberto (Cristóforo) Fernández, Javier
García, Enrique Jiménez Esquivel, etc., etc.
Los Padres Graves: Son el
grupo que sumió responsabilidades y colaboró con Maciel en el gobierno en las
primeras etapas; la actividad y responsabilidad los alejó relativamente de los
crímenes del Toxicómano Fundador; sin embargo todos, en algún momento, tuvieron
elementos para juzgar con recta razón lo que acontecía. Ejemplo de ello es
Alfredo Torres[2]
que prefirió callar por muchos años. Los que pertenecen a este grupo han gozado
de prestigio y privilegios al interno de la Legión. Miembros: Alfredo Torres, Octavio
Acevedo, Gregorio López, Hermanos Samaniego[3],
Antonio Lagoa+, Ángel de la Torre, Jesús Blázquez, Peter Coates, etc., etc.
De estos dos grupos quienes tenían un sustrato familiar más sólido o una
base sociocultural firme salieron de la institución como si se alejaran de una
perniciosa secta.
Los místicos: Constituyen
este grupo quienes creyeron y quienes de algún modo creen en la santidad del Mujeriego
Fundador con todo lo que acompaña semejante creencia; se han alimentado de “su
espiritulidad” y han promocionado activamente un ideal sacerdotal inexistente.
Ejemplos: José Antonio Alonso, Fidel Quiroz, Fernando Martínez, Jesús Blázquez,
Salvador Maciel[4], Thomas
Moylan, Ángel Llorente, David Owen, Mariano de Blas, Florián Rodero, William
Brock, Marcelino de Andrés, etc., etc., etc.
Los mesiánicos: Constituyen
un bloque importante en la vida de la Legión pues le dieron solidez a la
Congregación. Este grupo tomó las responsabilidades de los “Padres Graves”;
provenientes de familias más sólidas y socioculturalmente altas al percibir las
deficiencias del grupo asumieron en primera persona el “destino manifiesto” de
llevarla adelante, mejorando lo que había que mejorar. Evaristo Sada, el gran
promotor de la figura de “Nuestro Padre”, Luis Garza, que sintió que sobre él
caía la responsabilidad de “sacar adelante” al grupo, Álvaro Corcuera, el
heredero de Maciel, Héctor Guerra, el de la espiritualidad legionaria, José
Albero de la Garza, gran informante, Eloy Bedia, siempre cercano al Fundador,
Ricardo Sada, comprometido con el reclutamiento, Peter Hopkins, Felipe Castro,
el redactor[5] de
las “Cartas de Nuestro Padre”, Eduardo Robles-Gil y Javier Dueñas superiores
alineados completamente con el sistema, Antonio León, formador de novicios sin
entender lo que es el discernimiento espiritual, Donal Clancy, Óscar Náder,
Miguel Segura, Juan Solana[6],
Carlos García, los rectores tan manipuladores de conciencias, etc., etc., etc.
La mayoría de ellos recibieron la ordenación sacerdotal a mediados de los años ’80.
Todos ellos sintieron fuertemente el mesianismo de la Legión, algunos, como
Luis Garza, llegando a asimilarlo en primera persona.
Los tecnócratas: Quienes
aprendieron a gobernar con los mesiánicos y aplican nuevas metodologías,
técnicas comerciales, esquemas de reclutamiento profesional, diagramas,
estadísticas, etc.: Benjamín Clariond, Daniel Brandemburg, Alejandro García
Acevedo, Miguel Cavallé, Alejandro Ortega, Juan Ramón de Andrés, Jesús María
Delgado, Alberto Simán, Leonardo Núñez[7],
José García Sentandreu, Guillermo Serra, Enrique Tapia, etc., etc.
Los co-fundadores: Constituyen
el grupo grande de quienes estaban en formación cuando se reveló la verdadera
identidad del Fundador y han permanecido. Se les dijo “de nosotros depende” y
se la creyeron. Han participado con ilusión en las reuniones de “renovación” y
algunos hasta han hecho aportaciones. Si se les pregunta por su vocación,
responden que no se consagraron a un hombre, sino a Dios. Rechazan los
pensamientos críticos y siguen alimentando su psicología con la propaganda
legionaria.
Los ilusos: Quienes siguen
entrando en la Legión pensando que existe un ideal legionario; han escuchado
las noticias, han sabido de algunos testimonios y se aferran a la idea de que
con ellos la obra que levantó Marcial Maciel, va a cambiar.
Es una pena, tanto talento desperdiciado.
La mayoría de los legionarios son buenos y virtuosos; muchos de ellos
lamentablemente llevan indeleble, como si fuese carácter sacramental, la
metodología legionario-macielista. Basta un ejemplo: la acepción de personas[8].
No existe una vocación legionaria es como peinar bombillas…
[1] El
apelativo sólo indica alguno de los aspectos más representativos del grupo.
[2] Cuando
Alfredo Torres comentó abiertamente sobre una de las mujeres de Maciel, la
Legión se apresuró a descalificarlo argumentando demencia senil.
[3]
Tarsicio Samaniego padece un grave desequilibrio de personalidad fruto de la “formación
legionaria”.
[4]
Contra quien pesan acusaciones no aclaradas de abuso sexual junto con Guillermo
Izquierdo.
[5] No
es el único redactor, pero por los testimonios es uno de los más prolíficos.
Maciel siempre lo tuvo a su lado; es manipulable y de estructura psicológica
débil. Es de los que aún cree en un posible “complot”.
[6] Juan
Solana fue además un superior puesto por Maciel y ha manifestado repetidamente
ese mesianismo heredado de Maciel al
hablar de la construcción de Magdala Centre.
[7] La
salud psíquica de Leonardo se vio profundamente afectada a partir de que se
publicaron algunos de los crímenes de su Fundador.
[8] No
se trata de la opción preferencial por los líderes ni supuestos semejantes, nos
referimos al simple trato cotidiano. Algunos hacen acepción de personas de modo
sumamente descarado y abierto: ejemplos: Jesús Blázquez, Juan Solana, Ramón
Hevia, Eamon Kelly
Muy bueno. ¿No han pensado en hacer un grupo con los que siempre han pertecenido al Clan de los Superiores?
ReplyDeleteMe parece bien la clasificación que hacéis, sin embargo creo que hay otra clasificación más simple: Los manipuladores que son los que mandan y los manipulables que son todos los demás
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