Sociológicamente
resulta muy interesante analizar el comportamiento de los integrantes de esta
organización en sus diferentes estratos, desde el núcleo más interior (los que
gobiernan, tengan o no puestos) pasando por los sacerdotes, los religiosos, los
llamados 3GM y 3GF y luego un círculo más exterior de laicos.
Quiérase
o no, la criminalidad del Fundador y su narcisismo con tintes de magalomanía
han impregnado profundamente la obra. No por nada una de las cartas atribuidas
a él reza así: «55 años al servicio del
Reino, y 34 de la Legión, han hecho una amalgama entre mi vida y la obra de
Dios. Ya no soy yo por un lado y la Legión por otro; yo soy por la Legión que
Dios me quiere, y como mi vida no puede verse separada de la Legión aquí estoy
sin poderme ver separado de vosotros» (CNP 14/mar/1975). Este texto era
recitado y declamado en “Academias” por los legionarios.
Un
análisis sociológico manifiesta comportamientos que no son normales en un
tejido social sano. Y no son los comportamientos típicos de una organización
religiosa católica donde supuestamente por su cultivo espiritual son las
personas más libres en este mundo. Los Legionarios, 3GM y 3GF SE COMPORTAN COMO
UNA COLECTIVIDAD.
Un
colectivo como la colmena o una colonia de hormigas o un nido de termitas. La
comparación no es banal ni tiene connotaciones negativas. Estas imágenes son
meramente funcionales. En una colmena los individuos están en función del todo
(al igual que en el hormiguero o en el termitero). En la Legión, a esto le
llaman “espíritu de cuerpo” y se inculca por todos los medios. Si un individuo
comienza a actuar por sí mismo recibe una paulatina forma de incomunicación de
facto de parte de los demás miembros, “rancho aparte”, le dicen, hasta que
logran aislarlo por completo. Entre los legionarios hay muchos ejemplos de este
comportamiento. Pero recordemos otra frase del Fundador: «Paso mis días, carísimos hermanos, entregando mi vida, dando lo mejor
de mi ser, de mis esfuerzos para que vosotros podáis venir después a estos
campos inmensos de trabajo que, como buen Padre, preparo para mis hijos, que
serán después la prolongación de mi vida, de la Legión, del Reino» (CNP
15/may/1969). Así, se decía a los legionarios que NP fundó, NP evangelizó, NP
construyó, NP consiguió, etc., etc. y todo centrado en la figura de la Abeja
Reina.
Los
testimonios de legionarios que “se han sentido usados” es incontable, el último
más divulgado es del P. Deomar Deguedes. La colectividad usa las habilidades y
destrezas de los miembros como si fuesen habilidades y destrezas propias de la
misma colectividad. Otro ejemplo es el caso de Mel Gibson que fue abordado y
cultivado por dos legionarios interesados en arte; ninguno de estos dos
legionarios siguió, pero la Legión usó estas relaciones para acercarse al actor
y productor de cine.
Una
colectividad está formada por individuos. La colectividad es tal, sólo si los
individuos funcionan (la palabra funcionar con toda su fuerza semántica) como
miembros de un colectivo. Por eso la búsqueda del Carisma Perdido, la nueva
redacción de las Constituciones, las pequeñas o grandes reformas cosméticas,
incluso una intervención más contundente de parte del Sumo Pontífice poco harán
a la organización: Los Legionarios en su estructura relacional son una
colectividad.
Muchos
exlegionarios se han quejado de la hostilidad con la que son tratados al salir
(y no nos referimos a los gravísimos casos de quienes han sido demandados por
la Congregación); nos referimos al trato cotidiano, al saludo en Facebook o al
correo de recuerdo, etc. Esta hostilidad es un comportamiento natural en la
colectividad. Ejemplo, cualquier insecto, animal o elemento ajeno a la colmena
será rechazado por las abejas instintivamente, incluso una abeja de otra
colmena. Por eso a finales de los 90 organizaron campañas para cultivar a los
exLC conscientes del daño que ellos estaban causando a la organización con su
descontento. Emplearon a un exLC de los afines al sistema, llamado Marcial
Padilla para comunicar noticias e intentar ser un vínculo con la organización.
A
este respecto resulta muy iluminadora la forma de proceder de otro psicópata. Charles Manson, Fundador
de un grupo llamado “La Familia” (curiosamente los legionarios dicen ser
familia), psicópata muy mediatizado, decía: “En un grupo donde yo pueda controlar
toda la comunicación les haré creer lo que sea”.
Recientemente
los legionarios han renunciado al férreo control de las comunicaciones que
ejercían sobre los miembros del grupo. Muchos lo presentan como una victoria.
Sin embargo, resulta que ya no es necesario tal control, porque la estructura legionaria
está formada. Y no será la búsqueda del carisma perdido ni las Constituciones
ni el Papa lo que traerá salud a este grupo. Los legionarios que han sido
fieles (parafraseando la desatinada homilía
de Mons. de Paolis), los que han permanecido han creído y CREEN en el ideal
legionario. A este respecto recordamos una frase del Capítulo General de
1992: «No es nuestra intención
desarrollar con amplitud cada una de dichas dimensiones, ni tampoco ofrecer una
visión sintética de la formación integral legionaria, ya dadas magistralmente
por Nuestro Padre en sus escritos. Pretendemos hacer, desde una orientación
fundamentalmente apostólica y en clave del Movimiento Regnum Christi, algunas
recomendaciones que potencien el esfuerzo de los formadores y de los formandos
en su acción para alcanzar el ideal del apóstol legionario» (CCG II, 496).
Si
se quisiera salvar al grupo, ¿qué se podría hacer?
En
nuestra opinión, además de la mayoría de las recomendaciones que circulan por
la red: Individualizar y aislar a los cómplices y colaboracionistas, renovar a
los superiores (y no sólo reacomodarlos), publicar los resultados de una
auditoría financiera, transparentar el origen y destino de los fondos,
regularizar la propiedad de los bienes, hacer la verdad sobre algunos hitos
históricos importantes, definir con claridad sus formas de apostolado, prohibir las técnicas voraces de reclutamiento, sea de vocaciones sea de "miembros", etc., etc....
Además de todo lo anterior y muchas cosas más es necesario destruir la estructura relacional de colectividad. Es un hecho que incluso organizativamente los legionarios no operan como congregación, sino como intento de multinacional. Hay que romper esa estructura creando provincias independientes como cualquier congregación donde el apostolado de cada individuo beneficie a la Iglesia local y a la Congregación. Atención, el bien común, no es el bien del colectivo. Después de esta reingeniería en cada Provincia deben tener talleres obligatorios para aprender a colaborar en sociedad siendo cada individuo él mismo; y no con el llamado “espíritu de cuerpo”; los casos más agudos deberán tener tratamiento psicológico.
Además de todo lo anterior y muchas cosas más es necesario destruir la estructura relacional de colectividad. Es un hecho que incluso organizativamente los legionarios no operan como congregación, sino como intento de multinacional. Hay que romper esa estructura creando provincias independientes como cualquier congregación donde el apostolado de cada individuo beneficie a la Iglesia local y a la Congregación. Atención, el bien común, no es el bien del colectivo. Después de esta reingeniería en cada Provincia deben tener talleres obligatorios para aprender a colaborar en sociedad siendo cada individuo él mismo; y no con el llamado “espíritu de cuerpo”; los casos más agudos deberán tener tratamiento psicológico.