Desde
hace algo de tiempo han circulado por las redes sociales algunas inquietudes
sobre la “espiritualidad y el carisma” de los legionarios y los miembros del
3G. Estas inquietudes, tanto al interno del grupo como por parte de exmiembros,
manifiestan la ambigüedad de un fenómeno que la misma Iglesia no ha sabido manejar.
Quienes
aún permanecen en el grupo muestran un anhelo sincero por purificar y decantar
una auténtica espiritualidad y un carisma eclesial; por otro lado, la
perspectiva de los exmiembros suele ser crítica y escéptica.
Más
allá de las posturas un tanto fanáticas o infantiles de quienes condenan lo que
sea, o de quienes aprueban todo a partir de sus experiencias previas en el
grupo; encontramos una profunda inquietud genuina tanto en miembros como en
exmiembros. La inquietud es, sin embargo, ampliamente significativa.
¿Cuál
es el núcleo de esta inquietud?
Los
legionarios han venido asumiendo esta inquietud aunque, podríamos decir, sin
mucha conciencia y ciertamente sin profundizar en la verdadera causa. El pasado
mes de septiembre lanzaron una iniciativa que intenta responder a esta
inquietud: “Semillas de Espiritualidad”.
La
presentación institucional[1] de la que se ha venido
llamando revista electrónica o plataforma “Semillas de Espiritualidad” da
bastantes pistas del sustrato de la inquietud.
Dice
Michael Ryan «Me di cuenta de que había un cierto vacío en lo que respecta a
nuestra espiritualidad»[2].
Después
viene el comentario de Mario Olivieri[3] (3GM) y la aportación de Megan
Houbeck (3GF), quien presumiblemente es la fuente de la iniciativa. Por último
incluyen a Juan Carlos Ortega[4] quien desde hace tiempo
venía dedicándose al tema de la vida religiosa, principalmente con las
religiosas. En definitiva buscaron un legionario, una 3GF y un 3GM y pusieron a
otro legionario como “presidente” del grupo. Sabemos que todos los documentos
pasan por la revisión de Juan Carlos Ortega, a menos que el autor sea alguien
de mayor rango.
“Semillas
de Espiritualidad” trata de responder a «un vacío», dicho con las mismísimas
palabras de Michael Ryan. El vacío evidentemente es institucional pues no hay
ninguna expresión “institucional” de la espiritualidad ni del “carisma”. Megan
habla de «compartir lo que hay en nuestros corazones», Olivieri de «compartir
lo que hemos vivido» y Ortega de «expresar matices del “carisma” recibido»…
Es
decir, se trata de compartir un carisma o una espiritualidad netamente
subjetivos. Todas las expresiones del “carisma” y de la espiritualidad son
subjetivas. No existe ninguna fuente de espiritualidad auténtica en el grupo
iniciado por Maciel. «Semillas de espiritualidad» es una manifestación de la
búsqueda y del subjetivismo que impera entre los miembros del grupo.
Si
se pregunta a cada uno de los miembros en qué consiste la espiritualidad habrá
tantas respuestas como personas interrogadas. Más allá de la reflexión
superficial que intentará devaluar esta afirmación diciendo que cada persona
tiene su propia experiencia espiritual[5], vemos un fondo común. La
experiencia espiritual de las Misioneras de la Caridad o de los Combonianos o
de los Mercedarios o de los Carmelitas, etc. es singular en cada uno de sus
miembros, pero todos y cada uno en su propia singularidad pueden dar testimonio
de una expresión espiritual común.
No
es así entre los grupos surgidos del Pedófilo Maciel, los legionarios y los
miembros del Movimiento. Dice Michael Ryan: «hay un vacío».
El
proyecto inició en Septiembre. Los contenidos aportados desde entonces no son
suficientes para llenar ese «vacío». Con el propósito de publicar 4
aportaciones cada mes han tenido que echar mano de escritos y conferencias
previos. Muchas de las aportaciones además del subjetivismo (ver escrito de Wagner
Campopiano) son una especie de manifestación de narcisismo espiritual (ver
reflexión de Viviana Limón).
Por
ejemplo una de las publicaciones iniciales es de Luis Garza Medina. La fecha
original de publicación fue octubre de 2013 en la página web oficial del RC[6]. En este blog se comentó
la falta de honestidad del artículo y algunas expresiones hipócritas de parte
del autor (por ejemplo al referirse al tiempo que los sacerdotes pasan en el
confesionario)[7].
Curiosamente
el texto de Luis Garza expresa claramente el subjetivismo que permea cualquier intento
de búsqueda de la espiritualidad del grupo; dice el texto de Luis Garza: «¿Cuál
es entonces la espiritualidad de la Legión y del Regnum Christi? Para mí, nuestra espiritualidad nace de (…)».
Nótese con claridad como inicia con un “para mí”.
Si
consideramos la publicación de María del Río[8] «Relación Histórica entre
la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la Fiesta de Cristo Rey» observamos
una gran pobreza académica y ninguna referencia a los legionarios, al fundador,
a la fundación, al nombre previo, etc. Más que una Relación histórica debería
considerarse una reseña de dos libros de Luís Cano. Para entender la relación
histórica entre la Devoción al Sagrado Corazón y Cristo Rey es necesario
considerar por ejemplo la normativa de la misma Santa Sede en torno a la
devoción (no se menciona nada en el artículo de María del Río) o la
documentación previa a la Consagración del mundo por parte del Papa León XIII
(ausente también en el artículo). Lo que sí manifiesta el artículo de María del
Río es el maniqueísmo legionario (que también está presente en el artículo de
Luis Garza) al considerar dos devociones al Sagrado Corazón o a Cristo Rey;
dice María del Río «una (devoción) profunda y religiosa, y otra más superficial
e incluso, desviada». Significativamente los ejemplos proporcionados de la
devoción superficial y desviada pueden reconducirse a una conferencia de
Maciel, el Pedófilo Fundador.
Una
de las grandes manifestaciones del subjetivismo es la autoreferencia. Por
ejemplo el artículo preparado por Bernardo Rangel[9], «¿Qué novedad aportan los
laicos consagrados del Regnum Christi?»;
allí afirma contundentemente apenas en el cuarto renglón que la vida laical
(fundada por el Pedófilo Maciel) es obra del Espíritu Santo; y para corroborar
dicha afirmación cita los Estatutos de la asociación…
No
es nuestra intención comentar cada una de las aportaciones, aunque algunas
merecen un comentario en sí mismas (trataremos de presentarlas más adelante);
queremos reflexionar sobre una realidad que miembros y exmiembros no terminamos
de esquematizar. Precisamente la carencia de una base que permita afirmar una
espiritualidad específica. En el pasado mucho giraba en torno al Fundador
(Pedófilo), sus cartas, conferencias, etc. Al retirarse todo este andamiaje no
queda estructura, sólo un conjunto de experiencias para compartir. Pero nunca
un conjunto de experiencias conformará una espiritualidad fundante.
Los
jesuitas tienen la experiencia de Manresa, las Misioneras de la Caridad aquel «I’m
thirsty», los dominicos «Contemplari et
contemplata aliis tradere», los mercedarios una espiritualidad
profundamente mariana y la oblación vicaria para librar a los cautivos, etc.,
etc. Los legionarios no tienen nada. El psalterio de mis días es un tremendo
plagio, las cartas del fundador son recopilaciones hechas por él o por sus
redactores, incluso algunos de los textos más “inspirados”, cuya autenticidad
podría ciertamente verificarse, pudieran ser fruto de un estado mental alterado
(mediante el consumo de sustancias). ¿Qué queda? Compartir experiencias…
Pero
incluso en este acto de “compartir experiencias” se distinguen claramente 3
grupos. Los artículos publicados en “Semillas de Espiritualidad” son un ejemplo
clarísimo:
·
Hay
quien actúa con falta de honestidad manifiesta (ejemplo las omisiones
deliberadas en el artículo de Luis Garza).
·
Hay
quien con buena intención muestra ignorancia; esto no quiere decir
analfabetismo pues hay una formación, pero dicha formación está estrictamente
circunscrita a las experiencias del grupo, se desconoce la espiritualidad
universal o las grandes tradiciones religiosas y monásticas, el bagaje
religioso conventual, por ejemplo. La mayoría de los textos de las 3GF son una
manifestación de ello; específicamente señalamos el comentario sobre la pobreza
de Alejandro Páez que es sólo un panegírico malogrado.
·
Hay
quien se engaña a sí mismo. Autoengañarse es de por sí un acto inconsciente
donde la psicología protege algunos valores altamente estimados, incluso contra
evidencia de la realidad. Un ejemplo lo encontramos en la conferencia de
Sylvestre Heereman cuando afirma categóricamente que “el corazón del carisma es
el misterio del Reino de Dios” y de allí nace una espiritualidad una misión y
una comunidad. Heereman (muy dado a hablar demasiado) no explica cómo nace la
comunidad legionaria a partir del Misterio del Reino, tampoco menciona el
vínculo entre espiritualidad, misión, comunidad y Reino… ¿qué no había dicho
Luis Garza que era el Sagrado Corazón? ¿Quizás pasamos por alto la acción
eficaz de Jorge López? ¿La espiritualidad Trinitaria que destaca Michael Ryan?...
que cada uno elija.
[1]
Artículo publicado en su página oficial el 4 de enero de 2016: http://legionariosdecristo.org/compartir-desde-nuestro-interior/
[2]
Para no perder el hilo de nuestra reflexión señalamos aquí algunos aspectos
sobre la edición del artículo. Michael Ryan señala que “me di cuenta (…) un
cierto (…)” palabras procedentes en su estilo del lenguaje coloquial,
posiblemente una entrevista, una pregunta o un comentario. La siguiente frase,
sin embargo, no procede del lenguaje coloquial, al parecer añadida al editar «Por
otro lado sentí que la espiritualidad y el carisma estaban vivos en la vida de
los legionarios y de los miembros del Regnum
Christi».
[3]
Mario Olivieri ha sido miembro del 3GM desde hace 35 años y prácticamente toda
su trayectoria en el grupo ha estado vinculada a la administración, primero en
la Provincia de México y después en el gobierno general. Las palabras que se le
atribuyen en el artículo difícilmente pudieron haber sido pronunciadas por él.
Frases como “¿Qué toca las cuerdas más profundas de mi corazón (…)?” en
absoluto pueden serle atribuidas.
[4] La
trayectoria de Juan Carlos Ortega suscita no poca suspicacia. Él trabajaba en
el Sureste de México y desarrollaba su actividad pastoral dedicando bastante
tiempo a la Vida Religiosa Femenina. Repentinamente abandonó México sin una
“transición” adecuada… En España siguió con el tema de la vida religiosa y el
instituto de ciencias religiosas, según consta por comunicaciones que él
publicó en su muro. De pronto, nuevamente, interrumpe para ser trasladado a
Roma. En el artículo señalan que la Conferencia Episcopal Española le pidió
que coordinara un grupo de reflexión sobre las nuevas realidades eclesiales. Non sequitur, si estaba coordinando
dicho grupo de reflexión a petición de la CEE, ¿por qué motivo abandonó
precisamente durante el Año de la Vida Consagrada? Por otro lado, en ninguno de
los directorios de la Comisión para la Vida Religiosa de la CEE, ni en el
trienio presente ni en ninguno de los dos trienios anteriores, aparece el
nombre de Juan Carlos Ortega ni como miembro, ni colaborador, ni como
coordinador de nada… ¿otra mentira de la propaganda legionaria?
[5]
En una de las entrevistas a Joseph Ratzinger se le preguntó por el número de
caminos que conducen a Dios; él respondió que existen tantos como personas…
[6]
Omitimos la referencia porque el enlace (link) fue retirado después de que en
este Blog se comentó la falta de honestidad y de rigor del artículo.
[8] De
nacionalidad española, al igual que Olivieri con 30 años de pertenencia al
Grupo. Es uno de los casos en los que los estudios previos (estudió derecho en
Jerez) quedaron obscurecidos con la formación al interno del Grupo.
[9]
Miembro del 3G desde hace aprox. 18 años; estuvo bajo el adoctrinamiento del
grupo desde temprana edad pues perteneció al llamado “Centro Estudiantil”. La
ligereza de sus afirmaciones manifiesta su carencia de sentido crítico.