Tuesday, December 1, 2020

Maciel y McCarrick invitados a las Bodas de Caná en el Vaticano

 

El 1 de mayo del 2010 el Vaticano publicó un comunicado sobre la visita apostólica a los legionarios de Cristo[i]. El mismo documento informa que se habían realizado más de mil entrevistas, se habían leído centenares de testimonios escritos; además agradece las contribuciones de obispos, consagrados y laicos.

 El comunicado por un lado nota el trabajo ingente y diligente de parte de los visitadores para luego minimizarlo en los párrafos subsiguientes. Todo el esfuerzo de los investigadores quedó reducido y abreviado en 1030 palabras (sin el título). Se considera la síntesis del siglo; miles de horas de conversaciones, muchas lágrimas, años de suplicio y de dolor, décadas de corrupción, de sobornos y de encubrimiento quedaron convenientemente recopilados en 1030 palabras. Es el milagro de Caná pero al revés; la conversión de cantidades industriales de vino en unas gotitas de agua insípida.  La maquinaria eclesiástica, tan hábil en producir encíclicas, cánones y bulas sobre las faltas y pecados ajenos, solo encontró material suficiente para redactar dos miserables hojas sobre el embustero religioso más conspicuo del siglo XX.

 

Bodas de Caná según "El Veronés", pero al revés

 

¿Cómo pudo la Iglesia creer que un informe de 1030 palabras iba a explicar lo que en sustancia era la crisis de credibilidad del catolicismo a inicios del nuevo milenio? ¿Cómo pudo suponer que en tan pocas palabras iba a responder a las miles de preguntas que surgían al revelarse la vida y los atropellos de Maciel?

 El documento, sin pretenderlo, refleja la cultura paternalista, elitista y disimuladora del Vaticano. De las 1030 palabras sólo 176[ii] se utilizan para exponer el más infame de todos los depredadores célebres, sus crímenes contra jóvenes seminaristas, sus mentiras, sus robos y su gestión dictatorial.

 Significativamente quedaron sin mención las décadas de relación amistosa (por no decir amorosa) con la curia romana incluyendo la amistad con Pablo VI, Juan Pablo II y un sinnúmero de cardenales, obispos y monseñores, los que recibieron sobrecitos, regalos vacaciones o a quienes sólo les tocó la estudiantina. En un lapsus de proporciones colosales cuelan el mosquito y tragan una manada de camellos.

 Este “comunicado” resulta más infame todavía cuando se compara con el informe que la iglesia acaba de publicar sobre las fechorías de Theodore McCarrick, excardenal. En 155.000 palabras el Vaticano detalla su carrera, sus delitos y la actuación de las autoridades eclesiásticas a lo largo de los 60 años de quien fuera uno de los hombres más influyentes del catolicismo norteamericano. Obispos, nuncios y hasta pontífices quedan manchados por la negligencia o encubrimiento en la promoción del depredador McCarrick; El informe también menciona los pobres intentos de controlar el daño para evitar un escándalo que pudiese afectar a la Iglesia. Nombres, fechas, hechos y contextos se revelan en lo que ha de ser la primera vez que la Iglesia institucional confronta la realidad de su propia corrupción.

 Por otro lado, el comunicado del 1 de mayo del 2010 sobre los Legionarios no menciona a ninguna de las víctimas públicas, no menciona ni un sólo nombre de los ‘padrinitos’[iii] en el Vaticano, no revela los nombres de las autoridades vaticanas que recibieron regalos de Maciel, ni los nombres de los obispos sobre los cuales Maciel tenía influencia porque había participado en el proceso de su nombramiento. Omite por completo la pregunta fundamental ¿cómo pudo un delincuente como Maciel operar tan exitosamente dentro de la Iglesia por tanto tiempo?

 El tono del comunicado del 1 de mayo pone de manifiesto cómo la Iglesia se deslinda completamente del macielismo, manifiesta sorpresa como si no hubiera tenido información sobre Maciel desde los años cuarenta… o como dijo el Papa Benedicto XVI, “hasta el año 2000”. Con falso cariño el documento dice a los legionarios: “la Iglesia tiene la firme voluntad de acompañarlos y ayudarlos en el camino de purificación que les espera”,  como si la depravación macielista sólo fuese propiedad de la Legión y el Vaticano no tuviese nada que ver con los 60 años de delitos macielinos. Cual inocente cordero, la Santa Sede se presenta como juez imparcial en un caso en el cual no tiene nada que ver.

 El informe McCarrick no tiene el tono artificiosamente paternalista que emana del comunicado de los legionarios; tampoco hace promesas sentimentales de acompañamiento insustancial a los afectados. Hace un servicio auténtico a las víctimas al señalar la cultura enfermiza operante en las esferas del gobierno eclesial además de exhibir la incompetencia y cobardía a todos los niveles de autoridad. El informe desvela una realidad inquietante: que los crímenes de McCarrick son también crímenes de la iglesia. La mentalidad McCarrick refleja la mentalidad de una comunidad cristiana enferma.

 

Maciel y McCarrick manchando ya 4 pontificados

 

Después del informe sobre el caso McCarrick los afectados por Maciel o su obra han de sentir aún más abandono de parte de la Iglesia. ¿Por qué sus calvarios y angustias fueron relegados a unas miserables palabrejas dentro de un comunicado exiguo de 1030 palabras? ¿Por qué los responsables del encubrimiento de Maciel no han sido nombrados y llevados a la justicia civil y canónica? ¿Por qué la Iglesia no ha publicado aquellas miles de horas de testimonio dadas con tanta agonía a los visitadores apostólicos? ¿Por qué no se han dado a conocer los resultados de las visitas apostólicas realizadas en los años 50s? ¿Acaso las víctimas de Maciel son menos importantes que las víctimas de McCarrick?

 Ya es hora de que la Iglesia reconozca que los crímenes de Maciel son también crímenes de la Iglesia. Llegó la hora en que la Iglesia debe aceptar que la única razón por la cual un enfermo trastornado como Maciel pudo operar tan impunemente dentro de las estructuras eclesiales es porque esas mismas estructuras facilitaron el abuso, la corrupción y la podredumbre. ¡Es hora del informe Maciel!

 

P.D. Este artículo contiene exactamente 1030 palabras (excluyendo el título y las notas de referencia) y fue redactado en 4 horas. Así puedes evaluar exactamente lo que la iglesia ofreció al mundo el 1 de Mayo del 2010 como fruto de sus investigaciones, de las más de mil horas de entrevistas, de los centenares de cartas y mensajes recibidos y de los tantos testimonios que se han entregado al Vaticano desde los años 40s acerca del daño de Maciel y su obra.


[i] http://www.vatican.va/resources/resources_comunicato-legionari-cristo-2010_sp.html

[ii] La Visita Apostólica ha podido comprobar que la conducta del P. Marcial Maciel Degollado ha causado serias consecuencias en la vida y en la estructura de la Legión, hasta el punto de hacer necesario un camino de profunda revisión.

Los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales del P. Maciel, confirmados por testimonios incontestables, representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos y de verdadero sentimiento religioso. Dicha vida era desconocida por gran parte de los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones construido por el P. Maciel, que había sabido hábilmente crearse coartadas, ganarse la confianza, familiaridad y silencio de los que lo rodeaban y fortalecer su propio papel de fundador carismático.

A menudo, el descrédito lamentable y el alejamiento de cuantos dudaban de su recta conducta, así como la errónea convicción de no querer dañar el bien que la Legión estaba llevando a cabo, habían creado a su alrededor un mecanismo de defensa que le permitió ser inatacable por mucho tiempo, haciendo consiguientemente muy difícil el conocimiento de su verdadera vida.

[iii] https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-habla-por-primera-vez-sobre-el-escandalo-de-marcial-maciel-68745

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