Monday, February 3, 2020

Capítulo General con Marcial Maciel


¡Venga tu Reino!

LaRed
«Donde hay caridad y amor, ahí está Dios»


LaRed, 9 de enero de 2005


Los Capítulos Generales de la Legión (I)
Todo Capítulo General, representación de una entera congregación, tiene importantes tareas: la elección de los cargos de gobierno generales y el tratar los asuntos que más afectan a su desarrollo; debe, además, promover la vitalidad espiritual y apostólica de la congregación con vistas a la realización cabal del plan que Dios sobre la misma. Para todos los miembros de la Legión, el Capítulo constituye un momento privilegiado de la gracia que nos invita a renovar y reforzar nuestra fidelidad al carisma de nuestro fundador y nuestro sentido de Iglesia.

1968. Vista del salón capitular en Vía Aurelia 677,
el primero en la historia de la Legión.
Las actividades del primer período del Capítulo Extraordinario
empezaron el 23 de septiembre de 1968 y terminaron el 12 de octubre
Para ayudarnos a vivir con profundidad el ya inminente nuevo Capítulo, se ofrece aquí un breve recorrido histórico sobre los Capítulos anteriores con una significativa memoria fotográfica de los mismos.    
Capítulo General Extraordinario (1968-69)
Después del Concilio Ecuménico Vaticano II, Nuestro Padre convocó un Capítulo General, de acuerdo con las directrices que el Papa Pablo VI había indicado en su Carta Apostólica Ecclesiae Sanctae, donde presentaba a los institutos religiosos las normas sobre la aplicación del Decreto Conciliar Perfectae Caritatis para una adecuada renovación de la vida religiosa. 

El 24 de septiembre de 1968,
durante la primera sesión
del Capítulo Extraordinario en Roma,
Nuestro Padre es elegido
Superior General de la Legión de Cristo
Ese Capítulo especial se articuló en dos períodos de sesiones distintos. En un primer período, los Padres Capitulares se reunieron en torno a Nuestro Padre en la casa de Vía Aurelia 677, en Roma, entre septiembre y octubre de 1968. El segundo período de sesiones tuvo lugar en Dublín, en el noviciado de Foxrock, entre agosto y octubre de 1969. 

1968. Los Padres Capitulares recogidos en oración ante el Santísimo Sacramento
en la capilla de la casa de Vía Aurelia 677
En la revista Ecos de aquel tiempo, se lee un breve comentario sobre el primer mensaje capitular de la historia de la Legión, del 12 de octubre de 1968, en el que los Padres Capitulares sintetizaron lo que, concluyendo el período de Roma, consideraron que el Espíritu Santo pedía a la Legión:
«Fidelidad. Ahí vemos a Cristo en la Cruz. Fidelidad, pues por ese mismo camino debe caminar la Legión. Fidelidad a un espíritu que tiene entrañas divinas, a un reglamento que tiene letras divinas, a un hombre que es el representante de Dios. Fidelidad este es el mensaje del Capítulo. Una invitación a los legionarios a seguir por el camino emprendido desde el principio. Una palabra y un juramento de adhesión al Papa».
El año siguiente, los Padres Capitulares volvieron a reunirse, esta vez en Irlanda, coincidiendo con la bendición e inauguración del edificio de Foxrock, nueva sede del noviciado en ese país. 

Los Padres Capitulares empezaron a llegar a Irlanda el 6 de agosto.
El día 9, después de un día completo de retiro,
se abre el segundo período de sesiones
del Capítulo General Extraordinario.
Esta celebración se llevó a cabo el 10 de octubre de 1969, presidida por el arzobispo de Dublín Mons. John Charles McQuaid, gran amigo de Nuestro Padre. 

10 de octubre de 1969. Después de bendecir el noviciado de Foxrock en Irlanda,
el arzobispo de Dublín Mons. John Charles McQuaid
posa para una foto de grupo frente al edificio con Nuestro Padre,
los Padres Capitulares, los Superiores y los novicios
Como escribió Nuestro Padre en su carta del 16 de octubre de 1969, último día del Capítulo, durante aquellas sesiones habían «quedado manifiestas la unidad, la caridad y la paz de Dios que nos une en su santo Amor». En la Comunicación capitular del día siguiente, 17 de octubre, los Padres Capitulares quisieron subrayar ese espíritu de unión, señalando sobre todo el principio de corresponsabilidad fundacional en el establecimiento y consolidación de la Legión y reafirmando la exigencia de una decidida e incondicional colaboración con nuestro Fundador.
Un fruto muy valioso de esta fase del Capítulo fue el Instructivo sobre la liturgia, del 7 de octubre de 1969, que garantizaría la necesaria uniformidad litúrgica entre los legionarios.
Después, Nuestro Padre, antes de celebrar su XXV aniversario de sacerdocio, prosiguió en Irlanda atendiendo a la formación de los legionarios. Frutos de su trabajo de esos días fueron sus cartas sobre el voto privado (CNP 1055) y sobre los ejercicios espirituales (CNP 1070).  
Este Capítulo vino así a ser un momento de preparación a los retos del postconcilio de los años 70. En su historia, la Legión contaba ya con la experiencia de los primeros años de fundación, culminados en la concesión del Decretum Laudis en 1965. Por delante, tenía el gran reto del crecimiento apostólico y el lanzamiento del naciente Movimiento Regnum Christi.
I Capítulo General Ordinario (1980)
Transcurridos doce años, con el I Capítulo General Ordinario, la Legión pudo definir y codificar aspectos muy importantes de su espiritualidad, disciplina y metodología.
Esta vez se escogió como sede capitular el Centro Internacional Teresiano, casa General de las Madres de la Compañía de Santa Teresa, en Roma. 

Centro Internacional Teresiano (Roma), octubre 1980.
Uno de los Padres Capitulares emite su juramento
en manos de Nuestro Padre
El día 10 de octubre de 1980 se tuvo la inauguración solemne del Capítulo con la presencia del Cardenal Eduardo Pironio, Prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares. Después de la bendición final, el cardenal recordó a los legionarios el profundo sentido eclesial que debe tener todo Capítulo y aseguró: «De todo corazón estoy con los legionarios». Como sabemos, lo demostraría de forma evidente tres años después, con ocasión de la aprobación definitiva de nuestras Constituciones.
Las sesiones del capítulo se sucedieron sin pausa, el trabajó progresó y los frutos no tardarían en llegar. Nuestro Padre quiso que los Padres comunicaran a la comunidad de Roma sus testimonios sobre las vivencias de esos días. Este deseo se concretó en una serie de conferencias, cálidas y espontáneas, y en un fórum de preguntas a todos los Padres con Nuestro Padre a la cabeza. Así describió entonces Nuestro Padre la acción del Espíritu Santo en el Capítulo: 
«Yo he considerado a cada legionario un cenáculo viviente, y a toda la Legión en conjunto como un cenáculo viviente, donde el Espíritu Santo ha podido realizar su obra. El Espíritu Santo es el dulce huésped de nuestra alma. He podido contemplar que nuestro Capítulo General es también ni más ni menos que un cenáculo, donde todos nos hemos querido prestar, no a inventar, no a sacar nuestras cosas propias, sino a ver cuál es el pensamiento de Dios, qué es lo que la gracia del Espíritu Santo nos pide para llevarlo adelante en bien de la Iglesia y en bien del Reino de Cristo».
  
      
Roma, Vía Aurelia 677, 16 de noviembre de 1980.
Siguiendo un deseo de Nuestro Padre, cada legionario tiene la oportunidad
de dirigir sus preguntas a los participantes en el Capítulo
Profundas experiencias en torno a Cristo Eucaristía sellaron la convivencia de los Padres Capitulares. El 16 de noviembre, Nuestro Padre presidió una concelebración en el altar dedicado a la Virgen Gregoriana en la Basílica de San Pedro como muestra de gratitud a la Madre de Cristo por todas las gracias que Ella había alcanzado para la Legión. El día 20, repartió la Comunión a toda la comunidad, esta vez junto a la tumba del Apóstol San Pedro, primer vicario de Cristo en la tierra.  

Altar de la Virgen Gregoriana (Basílica de San Pedro en el Vaticano),
16 de noviembre de 1980. Nuestro Padre concelebra
con Mons. Jorge Bernal y el P. Octavio Acevedo.
En la homilía, Nuestro Padre dirige
unas palabras comprometedoras: fidelidad a Cristo y a la Iglesia
El 26 de noviembre, Nuestro Padre y los Padres Capitulares participaron en la audiencia general del miércoles con el Papa Juan Pablo II. El Santo Padre se dirigió a ellos con las siguientes palabras de aliento:
«A los Legionarios de Cristo presentes en esta Audiencia que, en torno a su Fundador, acaban de concluir su Capítulo General, doy mi afectuoso saludo con la expresión de mi cordial benevolencia. Alentándolos a ser fieles a la Iglesia y a su propia vocación, muy gustoso les imparto la Bendición Apostólica».
Cuatro días después, el Capítulo se concluyó. Gracias a Dios Providente, las tareas propuestas quedaron completadas y la instituzionalización de algunos medios más para el incremento del fervor, de la observancia religiosa y del apostolado se concretaron en las directrices del Comunicado Capitular que Nuestro Padre promulgó como Fundador y Director General de la Legión. 

Vaticano, 26 de noviembre de 1980. Por petición de los Padres Capitulares,
el Santo Padre ofrece unos instantes de su tiempo
para saludarlos personalmente y tomarse algunas fotografías con ellos. 

El Santo Padre, entregando un rosario a Nuestro Padre
Nota: Agradecemos al Archivo Histórico General la preparación de este artículo

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